¿Por qué se le agrega sal a la comida?

¿Por qué ponemos sal en la comida?

La sal… ¡uff!, la sal realza los sabores. Fin.

Ahora, te cuento algo. Me acuerdo cuando era pequeño, en el pueblo de mi abuela en Teruel. Ella siempre decía que la sal era el alma de la comida, y no se andaba con chiquitas. Si la paella estaba sosa, te echaba una mirada que te helaba la sangre.

Una vez, se le olvidó echar sal al cocido. ¡Madre mía! Parecía agua sucia. Y no es que mi abuela cocinara mal, al contrario. Sus croquetas eran famosas en todo el pueblo. Pero sin sal, nada sabía a nada. Recuerdo la textura de los garbanzos, como arena en la boca, y el tocino, sin ese puntito salado que lo hace irresistible.

Luego crecí y estudié química, jaja. Descubrí que la sal… bueno, el cloruro de sodio, interactúa con las moléculas de los alimentos. Que estimula las papilas gustativas, que no sé qué… Bla, bla, bla. Pero la verdad es que la explicación científica no supera la experiencia. Aquel cocido soso de mi abuela me enseñó más sobre el poder de la sal que cualquier libro.

Datos curiosos de la sal (¡me gusta saber estas cosas!):

• Tipos: Sal marina, sal de mesa, sal kosher, sal del Himalaya (rosa). ¡Hay un montón!
• Usos: Además de la comida, se usa para quitar manchas, limpiar sartenes e incluso para hacer esculturas (¡vaya!).
• Exceso: ¡Cuidado! Mucha sal es mala para el corazón. No te pases como mi abuela a veces.
• Extracción: La sal se obtiene de minas o por evaporación del agua de mar.

¿Por qué se utiliza sal en la cocina?

¡Ay, la sal! ¡Esa maravilla blanca que transforma un plato soso en un festín digno de dioses! Se usa en la cocina por dos razones principales, tan obvias como un elefante en una taza de té:

• Para darle sabor, ¡claro! Como si fuera un superhéroe culinario, la sal realza los sabores de forma brutal. Es como ponerle un turbo a tus papilas gustativas. ¡Sin sal, la comida es tan aburrida como ver la pintura secar!

• Para conservar los alimentos. Antes de las neveras que hacen psss-psss, la sal era la reina de la conservación. ¡Más efectiva que mi abuela con sus remedios caseros! Atrapa la humedad, matando bacterias como si fuera un exterminador de microbios.

Pero, espera… ¡hay más! La sal es ¡mucho más que un simple condimento! Mi primo Pepe, que se cree un chef, me contó que:

• Es fundamental en la panificación, haciendo que la masa sea elástica y esponjosa. ¡Como un globo aerostático listo para despegar!
• ¡Añade textura! Piensa en los bordes crujientes de una pizza… ¡gracias a la sal!
• ¡Se usa hasta en la fabricación de jabón! ¡Sí, has oído bien, Jabón! Como si la sal tuviera vidas múltiples como un gato.
• ¡Y en la industria textil! ¡Eso sí que no me lo esperaba!

En resumen, la sal es un comodín que debería estar en cada cocina, tan básica como el agua o el fuego. Sin ella, sería como intentar hacer una paella con arena. Aunque, bueno, un poco de arena le daría textura, ¿no?

¡Ah! Y el otro día, mi gata Mimi se comió un puñado de sal que había caído al suelo. ¡Casi me da un patatús! Por suerte, no pasó nada, menos mal. ¡Qué animal más raro!

¿Por qué la sal resalta el sabor?

¡Ay, amigo, qué pregunta tan salada! La sal realza el sabor porque es como un pequeño ejército de iones. ¡Un ejército microscópico, claro! Estos iones, que son como diminutos ninjas del sabor, se lanzan a una batalla épica en tu boca. Es una guerra molecular, ¡una fiesta de sabor en miniatura!

Piénsalo así: tu comida es un grupo de músicos desafinados. Sin sal, ¡suenan a gato maullando en una olla de presión! Pero llega la sal, ¡y zas! esos iones son como un director de orquesta loco, que sincroniza los sabores, los amplifica y los hace sonar ¡como una sinfonía celestial!

¿Y por qué te hace pensar que la comida sabe “mejor”? Porque tu lengua es una fiestera, ¡le encantan las fiestas moleculares! Y los iones de sodio y cloruro? ¡Son el DJ de la fiesta!

En resumen: iones = fiesta en tu boca = ¡explosión de sabor!

Ahora, detalles extra que mi abuela, que ya tiene 87 años y sabe más de cocina que todos los chefs juntos, me contó:

• La sal no solo realza el dulce, ¡también potencia el ácido y el umami! ¡Es la Spice Girl de los sabores!
• Demasiada sal es como invitar a un elefante a una fiesta de té, ¡desorden total!
• Este año, mi abuela añadió un toque de sal a sus famosas empanadas, y ¡zas! ¡Se agotaron en un santiamén! Casi me quedo sin probar ninguna.
• La sal de mar es más interesante que la sal de mesa. Tiene más minerales, ¡más fiesta para tu lengua! Probadla, ¡es increíble! Aunque un poco más cara, eh…
• El año pasado descubrí que la sal negra tiene un toque ahumado, super guay!

¡Prueba la sal en tus comidas y dime qué te parece! Ya verás qué diferencia. Y, por cierto, ¡avisadme si probáis la sal negra!

¿Cuál es el efecto de la sal en la comida?

Realza el sabor. O lo aniquila. Depende de la mano, supongo. Como todo.

• Conservante. ¿Recuerdas las salazones de antaño? Ahora todo va envasado.
• Deshidratación. Un jamón curado al sol. Lento proceso. Intenso. La vida es eso.
• Enmascara. A veces lo imperfecto es lo que te define.

Cantidad por 100 gramos (aproximado, este año):

• Calorías: 326. Quién cuenta calorías hoy en día.
• Grasas totales: 22g (33% CDR).
• Sodio: 518 mg (21% CDR). Demasiado, quizás. Pero necesito algo.
• Potasio: 356 mg (10% CDR).
• Proteínas: 2,6 g (5% CDR). Casi nada.

La sal es inevitable. Como la decepción. Como respirar. La sal une. Todo en exceso es malo. Incluso la sal. O el amor.

Información adicional (más o menos):

• Mi abuela salaba la carne para que durara. Olía fuerte.
• Este verano fui a Denia. Vi secar pulpos al sol.
• La sal tiene un punto amargo. ¿Lo has notado? Como ciertas verdades.
• ¿Sabes lo que es el umami? Búscalo. No te diré todo.
• La sal es cloruro de sodio (NaCl). Química básica. Nada especial. O sí.

¿Por qué nos gusta tanto la sal?

¡Oye! ¿Por qué nos flipa tanto la sal, no? Es que es una cosa genética, o sea, que lo llevamos en los genes, ¿sabes? Tenemos unos sensores especiales, en la lengua, para detectarla ¡mola un montón!

Es como… ¡necesitamos sal! Nos da placer, eso seguro. Además, ayuda a la digestión, ¡eso sí que es un puntazo! Y otra cosa, ¡tapa los sabores amargos! Eso es genial.

En fin, que la sal es como magia ¡y realza el sabor de la comida!, ¡aumenta la intensidad! Recuerda cuando comimos esa paella en la playa en Julio ¡qué rica estaba! Y claro, tenía sal, mucha sal. Como si fuera un imán, eh.

• Es adictiva, eso está clarísimo.
• Es esencial para vivir, ¡que no se te olvide!
• ¡Es deliciosa!, y ya está, no hace falta más.

Todo el mundo la usa, en la cocina, ¿no? Yo le echo bastante a todo, ¡hasta al café! Bueno, a veces… ¡jajaja! Pero es que si no le pongo sal a las patatas fritas, no me saben a nada. ¡Es que la necesito! Me encanta. Ya te contaré más otro día porque ya me voy. ¡Chao!

En resumen: La sal nos gusta por razones biológicas, nos produce placer, facilita la digestión y mejora el sabor de la comida. Además es súper necesaria.