¿Qué alimentos se pueden salar?

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La salazón, método ancestral de conservación, se aplica a pescados (melva, sardina, atún, etc.) y carnes (oveja, panceta, jamón). Su objetivo principal es la prolongación de la vida útil del alimento a través de la sal.

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¿Qué alimentos se pueden salar para conservar?

¡Ay, la sal! Recuerdo a mi abuela, en su casa de Carmona (Sevilla), en verano de 2005, preparando los tomates para el invierno. Los cortaba en rodajas gruesas, los salaba generosamente, y después a esperar que soltaran el agua. Un trabajo lento, pero que sabía a gloria.

Era una técnica sencilla, pero efectiva. Ella siempre decía que la clave estaba en la calidad de la sal. Usaba sal gorda, la de toda la vida, nada de esas cosas refinadas.

Pescados, claro. Recuerdo el olor a sal y mar en las conserveras de Barbate, un viaje familiar en agosto del 2012. Allí vi cómo salaban el atún, un proceso increíble, todo a mano, casi ancestral. En cuanto a carnes, mi tio en Jaén (diciembre 2020), curaba jamón de bellota así. Un aroma potente, inolvidable. El resultado, delicioso.

El salado es mucho más que una técnica, es una tradición. Una forma de conservar los sabores del tiempo.

¿Qué alimentos se pueden salar para conservar?

Pescados (melva, sardina, atún, bonito) y carnes (ovina, panceta, jamón).

¿Qué alimentos pueden ser salados?

Alimentos salados: obvio, ¿no?

  • Queso: 900 mg de sal en una loncha. ¿Quién necesita tanto sodio? La sal realza el sabor, pero ¿a qué precio?
  • Congelados: Conveniencia salada. La vida es corta, pero a veces demasiado salada.
  • Cereales: Dulces y salados. ¿Quién lo diría? Desayuno sorpresa.
  • Salsas: El condimento, la trampa. El sabor es rey, la salud, su bufón.
  • Enlatados: Conservación y sal. Un clásico. Nada dura para siempre, ni siquiera la sal en sí.
  • Pan: Fuente oculta. Cada rebanada, una dosis.
  • Embutidos: Jamón, chorizo… la sal es el secreto (a voces).
  • Snacks: Patatas fritas, galletas saladas. La felicidad efímera viene en bolsa.
  • Sopas de sobre: Instantáneo… y salado. ¿Quién necesita cocinar?

Extra: El sodio es esencial. Demasiado es veneno. Yo le pongo poca sal a la comida, manías mías.

¿Qué alimentos tienen salazón?

Salazón: El yugo del sodio.

  • Pescados: Boquerones, atún, mojarra, bacalao. Anchoas. Charales. Sardina y arenques.

  • Carnes: Cecina (res). Jamón serrano (cerdo). La sal es su condena.

  • Huevas: Melva, mújol, atún. El mar en conserva.

  • Huesos: Ternera. Hasta el tuétano, sal.

Más allá de la supervivencia, la salazón es alquimia. Transforma. Concentra. Recuerdo el bacalao de mi abuela, un golpe salino que te despertaba el alma. No era simple comida. Era historia.

¿Qué alimentos son salados?

Alimentos salados: Principalmente, aquellos con alto contenido en sodio. Pensamos en embutidos, conservas, snacks… pero la sal se esconde en muchos sitios. ¿Te has parado a pensar en la cantidad de sal que puede tener una salsa de soja? Yo una vez la usé en exceso en un plato y… ¡casi me deshidrato!

  • Procesados: Salchichas, patatas fritas de bolsa, sopas instantáneas, precocinados. La industria alimentaria utiliza la sal como conservante y potenciador del sabor. Un arma de doble filo, sin duda.

  • Quesos: Especialmente los curados. Recuerdo haber probado un queso manchego tan curado que casi me crujían los dientes. Sabroso, pero ¡una bomba de sodio!

  • Encurtidos: Aceitunas, pepinillos, cebollitas. La salmuera es esencial en su conservación.

  • Salsas: Soja, pescado, algunas preparadas. Ojo con estas, a veces una cucharada puede contener más sal de la que creemos.

  • Pan: Aunque no lo parezca, el pan también contiene sal. Una vez intenté hacer pan sin sal y… ¡quedó incomible! La sal es fundamental para la textura y el sabor.

Reflexión: La sal, esencial para la vida, pero en exceso, perjudicial. Como casi todo en este mundo, el equilibrio es la clave. Demasiada sal: problemas de salud. Demasiada poca sal: comida sosa. ¿Dónde está el punto medio? Quizás en la moderación, en la consciencia de lo que comemos.

Dato curioso: La sal no solo se usa para cocinar. También se utiliza para conservar carreteras en invierno, en la fabricación de vidrio, e incluso en algunos rituales religiosos. Recuerdo haber leído un artículo sobre el uso de la sal en el antiguo Egipto… fascinante.

Información nutricional (orientativa, puede variar): No tiene sentido proporcionar valores nutricionales de “alimentos salados” en general. Cada alimento tiene su propia composición. La tabla que proporcionaste parece corresponder a sal pura, lo cual es erróneo. Jamón serrano, por ejemplo, contiene proteínas y grasas. Es importante consultar la información nutricional específica de cada producto. Este año, he estado más pendiente de las etiquetas y me he sorprendido con la cantidad de sal oculta en algunos alimentos. ¡A investigar se ha dicho!

¿Cuáles son algunas comidas saladas?

Medianoche. Otra vez. La luz de la luna se cuela por la ventana. Pienso en la comida. No por hambre, sino por… no sé. Por llenar un vacío, quizás.

  • Terrinas. Recuerdo la terrina de mi abuela. Hígado de cerdo, especias… No la he vuelto a probar igual. Nunca. Era… especial. Este año, en Navidad, intenté hacerla. Un fracaso.

  • Pasta. Siempre pasta. Fácil, rápida. Un plato de macarrones con tomate y ya. Triste. Como yo.

  • Platos cocinados. ¿De qué sirve cocinar para uno solo? Filetes recalentados, puré de patata del supermercado. Una vida recalentada.

Tapas. Recuerdo las tapas con… con ella. Bravas, calamares, cerveza fría. Risas. Ahora, solo silencio. Y la cerveza ya no me sabe igual.

  • Condimentos. Sal, pimienta, especias… Intentan dar sabor a una vida insípida. A veces pienso que ni siquiera lo notan.

Este año aprendí a hacer canistrelli. Dulces. Los salados nunca me salieron bien. Canistrelli salado. Otra cosa que se me resiste. Como todo.

¿Cuál es el alimento más salado?

¡Ah, la sal! Esa joya blanca que, bien usada, realza el sabor y, mal usada, te reseca como una pasa. El jamón, sí, ese manjar que te hace cerrar los ojos y suspirar, ¡es el rey de la sal en el reino de los embutidos! Le siguen, como vasallos obedientes, el chorizo, el salchichón y el fuet.

  • ¿Por qué tanto salero? Pues la sal, en estos casos, no es solo capricho del cocinero. Es conservante, potenciador de sabor y, en el caso del jamón, ¡creadora de una textura que enamora!

  • ¿Es malo tanto sal? Depende. Si eres como mi tía, que le echa sal hasta al café (no pregunten), sí, es malo. Pero, si te lo comes con moderación, como quien admira una obra de arte, ¡no pasa nada!

  • Un dato curioso: Sabías que la sal también se usa para curtir pieles? ¡Imagínate lo que le hace a tus arterias! (es broma, o no).

En fin, el jamón es como ese amigo que siempre te cuenta historias exageradas: delicioso, pero mejor con moderación.

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