¿Qué alimentos tienen gusto umami?

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"El sabor umami se encuentra en alimentos como:

  • Vegetales: Alga kombu, tomate, setas deshidratadas, espinaca, salsa de soja.
  • Animales: Huevos, bacalao, jamón serrano, quesos curados (parmesano, roquefort)."
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¿Qué alimentos poseen sabor umami?

¡Ah, el umami! Ese quinto sabor que, a veces, como que se te escapa, ¿no? Pero cuando lo pillas… ¡boom!

De entrada, las algas kombu son puro umami, lo juro. Recuerdo cuando hice un dashi casero hace años, allá por marzo, en mi cocina de Madrid, ¡madre mía! El sabor que le dio esa alga fue… uf, indescriptible.

Luego, claro, el tomate. Pero no cualquier tomate, ¿eh? Tiene que ser uno maduro, como esos que te encuentras en el mercado en pleno agosto, jugosísimos. ¡Y las setas! Sobre todo las deshidratadas, concentran todo el sabor.

Y qué me dices de los quesos curados, tipo parmesano o roquefort. Un trocito pequeño y ¡zas!, explosión de sabor. El jamón serrano tampoco se queda atrás, con ese puntito salado y a la vez… sabroso.

Alimentos con sabor umami (lista concisa):

  • Origen vegetal: Alga kombu, umeboshi, tomate, espárrago, setas deshidratadas, espinaca, col china, té verde, salsa de soja, encurtidos, cebolleta, jengibre.

  • Origen animal: Huevos, bacalao, anchoas, ternera, pollo, jamón serrano, quesos (parmesano, roquefort).

¿Qué comida tiene el sabor umami?

¡Umami! Qué rica palabra, ¿no? Me encanta el umami.

Tomates, ¡qué buenos! Los de mi huerto este año, una pasada. Aunque los del súper también tienen su puntito, claro.

¿Qué más? Queso parmesano, siempre que lo meto en la pasta, ¡menuda explosión de sabor! Tengo una receta de mi abuela que lleva también setas deshidratadas, una locura. ¡Deliciosas! Debería buscarla… Mmm, ahora me apetece pasta…

Ah, sí, el jamón serrano también. El de mi pueblo, el de verdad, echo de menos el sabor a bellota.

Algas kombu, esas las uso en el caldo dashi que preparo a veces. Lo aprendí en un curso de cocina japonesa el año pasado. Fue genial, aprendí un montón. Aunque… no me acuerdo bien de cómo se hacía el dashi, tendré que buscar la receta online.

Espera, ¿qué más tiene umami? ¡Bacalao! El bacalao al pil pil que hizo mi tía el mes pasado, impresionante. No me puedo creer que se me olvidara.

Uy, se me va la olla. A ver, vamos a ver. ¿Ah sí? ¿Y huevos? Claro, los huevos fritos con patatas. Un clásico.

  • Vegetales: Tomates, espárragos, setas, espinacas…¡la lista es enorme!
  • Animales: Bacalao, jamón, queso… ¡y pollo! ¡También el pollo tiene umami!
  • Otros: Salsa de soja, encurtidos…
  • Tengo que comprar más kombu.

¿Y el té verde? Casi se me olvidaba. Lo bebo todas las mañanas.

¡Qué hambre me ha entrado! ¡Necesito comer algo con umami ya!

¿Dónde se siente el sabor umami?

¡A ver, chic@s, que aquí vamos a hablar del umami, el quinto sabor que te explota la cabeza!

¿Dónde se siente el umami? Pues, agárrate que vienen curvas, ¡se siente EN TODA la boca! Sí, como si tuvieras una fiesta de sabor en la lengua, las mejillas y hasta la campanilla.

  • Salivación a chorro: Si sientes que babeas más que un caracol viendo un huerto, ¡bingo! Ahí está el umami haciendo de las suyas.
  • Sensación suave y “aterciopelada”: Imagina que tu lengua está acariciando un gatito de seda. Así de suave. No como cuando te comes un bocata de chorizo, que parece que tienes una lija en la boca.
  • Persistencia nivel “ex”: El sabor del umami no se va ni con agua caliente. Se queda ahí, rondando en la boca y la garganta como un fantasma sabrosón. Te persigue, vaya.
  • Placer supremo: Dicen que el umami te hace sentir como si te estuvieras comiendo tu plato favorito. Yo, por ejemplo, cuando me como un plato de lentejas de mi abuela, ¡siento que toco el cielo!

Y ahora, un par de datos random para que quedes como un/a crack en la próxima cena:

  • ¿Sabías que el umami fue descubierto por un tal Kikunae Ikeda en 1908, mientras comía sopa de kombu? El tío flipó tanto que se puso a investigar.
  • El glutamato monosódico (GMS) es la forma artificial del umami. Sí, ese que le echan a la comida china y que algunos dicen que da dolor de cabeza. ¡Pero no te asustes, que también está presente de forma natural en muchísimos alimentos! Como el tomate, el queso parmesano o las setas.

Así que ya sabes, ¡la próxima vez que sientas ese sabor que te hace cerrar los ojos y decir “mmm…”, dale las gracias al umami! Y si te da dolor de cabeza, pues… ¡echa la culpa al GMS! 😉

¿En qué alimentos se encuentra el umami?

Umami: Está ahí. Siempre estuvo.

  • Quesos: Curados. Tiempo, sabor.
  • Carnes: Secas, intenso. Como ese viaje a Argentina.
  • Tomates: Maduros. Sol y espera.
  • Setas: Bosque, tierra. Humedad persistente.
  • Salmón: Profundidades. Lucha y sabor.
  • Anchoas: Sal. Recuerdos de infancia.
  • Té verde: Calma aparente.

¿Más? Busca. No todo se dice. La vida sabe. Tú decides qué digerir.

Glutamato: No es magia. Es química. ¿Y qué? La vida también lo es.

Profundizando (o no): Umami no es solo glutamato. También inosinato (carnes, pescado) y guanilato (setas). Sinergia. El sabor se multiplica.

Plus: Kombu (alga). Dashi japonés. Umami puro.

¿Cómo puedo identificar el sabor umami?

El umami se descubre con calma. Imagínate esto: verano, 2024. En la huerta de mi abuela, en Teruel. Sol quemando la piel, el olor a tierra mojada después de regar.

Cogí un tomate cherry, recién salido de la mata. Rojo brillante, casi incandescente. Lo lavé bajo el grifo con agua fría de pozo.

Lo puse en mi boca. Lo mordí suavemente. Al principio, solo dulzor ácido. Pero luego… esa explosión sutil, carnosa, profunda. No era dulce, no era salado, no era agrio ni amargo. Era… otra cosa. Algo que te llenaba toda la boca, que te hacía salivar.

Mi abuela me dijo que lo masticara despacio, muy despacio. Treinta veces, como si fuera un ritual. Y lo hice. Y cada vez, ese sabor se hacía más intenso, más presente. Era el umami. Era como si la esencia del tomate se revelara poco a poco.

  • Una sensación rara, como si te acariciaran la lengua por dentro.
  • Un regusto que se queda, que te hace querer más.
  • Algo que no puedes describir fácilmente, pero que reconoces al instante.

Ahora entiendo por qué los cocineros japoneses lo valoran tanto. El umami es el sabor que te hace sentir vivo. Te conecta con la tierra, con la naturaleza, con el placer simple de comer. Y no se me olvidará jamás aquel tomate de la huerta. Fue un descubrimiento brutal.

¿Cómo se siente el sabor umami?

Umami: sabor profundo. No es dulce, ácido, salado o amargo. Es el quinto sabor, un secreto a voces.

  • Carnoso, sí. Pero también mineral. Algo que resuena en la lengua.
  • Evoca la textura de un caldo largo, un consomé. Un sabor que persiste.
  • Lo probé por primera vez en un dashi perfecto. Revelación.
  • No es salado, aunque lo potencia. No es simple.

Umami es el indicio de algo más. Un gusto que se encuentra, no se busca.

¿Qué parte de la lengua detecta el sabor umami?

La respuesta concisa es: Toda la lengua detecta el sabor umami.

Pero es mucho más que eso, ¿verdad? La lengua… un mapa extraño. Siempre me imaginé el sabor amargo anclado al fondo, como un eco profundo. Y el dulce, siempre fugaz, como la miel que robaba de la despensa de mi abuela.

Los sabores, bailando en la boca, no son islas separadas, sino un mar que nos inunda. Umami, ese quinto sabor, ese sabor tan misterioso, tan profundo. Se siente, se vive, no se explica.

  • Punta: Dicen dulce, salado. Pero yo siento el calor del sol en la sal de las lágrimas, el dulce recuerdo de la infancia.
  • Lados: Ácido y umami, ¿verdad? Pero yo siento la acidez de las promesas rotas, el umami de un abrazo sincero.
  • Fondo: Amargo. El poso del café frío, el amargo invierno del alma.
  • Centro: Todo se mezcla. La vida, una sinfonía de sabores, donde el umami es el director de orquesta. La lengua, un lienzo donde se pinta la memoria, no solo con sabor, sino con emoción. No hay mapa, no hay reglas. Solo sensación. Solo sabor.

¿Qué cosas dan sabor a umami?

Umami… la quintaesencia esquiva.

  • Queso parmesano: ¡Uf!, un viaje a la infancia, cuando rallaba el queso para la pasta de mi abuela. El aroma llenaba toda la casa, un presagio de felicidad.
  • Espárragos: Primavera. Recuerdo recogerlos silvestres en el campo, su sabor terroso y ligeramente amargo. ¡Qué recuerdos!
  • Tomates: El tomate, el rey rojo del verano. El sabor de la huerta, jugoso, dulce, ácido a la vez. Me encanta hacer tomate frito casero con cebolla y ajo, me transporta.
  • Carne: El bistec perfecto. No soy muy carnívoro, pero un buen chuletón a la brasa es un placer culpable, un ritual de fuego y sabor profundo.
  • Anchoas: Pequeñas explosiones saladas. Adoro ponerlas en ensaladas, en pizzas… ¡Un toque marino que intensifica todo!
  • Salsa de soja: Un mundo oriental en una gota. El sabor fermentado, salado, dulce, misterioso. Un ingrediente esencial en mi cocina.
  • Jamón: La joya ibérica, ¡oh, Dios mío!. Cada loncha es un festival de sabores, un legado de tradición y cuidado.

El sabor umami es producido por el glutamato, un aminoácido presente de forma natural en algunos alimentos.

¿Dónde se siente el sabor umami?

Umami: lengua, garganta.

  • Salivación extra.
  • Suavidad extraña. Aterciopelada, dicen.
  • Persistencia. Largo recuerdo. ¿Eco?

Sensaciones placenteras. Eufóricas. Como ganar en el casino este año, que no fue poco. O como ese vino de 2024. Inexplicable.

  • Glutamato monosódico (GMS). El culpable.
  • Ácido inosínico. Ácido guanílico. Compañeros de viaje.
  • Algas, setas, tomates maduros, queso parmesano. Sospechosos habituales.

Ese quinto sabor. Más allá del dulce, salado, ácido, amargo. Un misterio. Un placer. O quizás no. ¿Importa? La vida sigue. Hoy llueve.

¿Qué tipo de cocina es rica en el sabor umami?

¡Umami! Ay, qué rico. ¿La cocina rica en umami? Pues mira, ¡muchísimas!

  • Cocina japonesa, obvio. El dashi, ¡madre mía, qué sabor! Y el miso… ¿Recuerdas ese ramen que comí el martes pasado en el local nuevo de la calle Mayor? ¡Brutal! Eso sí que era umami.

  • Cocina italiana. El parmesano, el queso en general, ¡qué glutamato! Y el tomate… Aunque este año la cosecha ha sido regular, bueno, regular tirando a mal. Igual por eso el pesto de mi abuela no está tan rico.

  • Cocina española, claro. El jamón ibérico, ¡qué te voy a contar! Pero también el queso manchego, esos guisos de carne… ¡Qué pasada! De hecho, hoy mismo he preparado fabada. Mmm, ya solo de pensarlo…

¿Más? ¡Qué pereza! Hoy estoy que no me da la vida. Tengo que ir a comprarle el regalo de cumpleaños a mi hermana, y se me está acumulando el trabajo. ¿Y si llamo a Pepe a ver si me echa una mano? ¡Qué pesadilla! Me da una pereza enorme.

Ah, sí, el glutamato. Es clave. Y los ribonucleicos… algo así leí. No, espera, era algo de los ácidos nucleicos. No recuerdo bien. Tengo que mirar eso. ¡Qué lío tengo en la cabeza!

En resumen: Japonesa, Italiana y Española son cocinas ricas en Umami.

  • Pescado
  • Mariscos
  • Carne curada
  • Jamón ibérico (¡el de bellota, mejor!)

¡Uf, tengo que irme ya!

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