¿Qué cosas tienen sabor umami?

¿Qué alimentos tienen gusto umami?

¡Ah, el umami! Ese quinto sabor que a veces se nos olvida, pero que está ahí, dándole un toque interesante a la vida. Es como ese amigo que siempre tiene un chiste a punto, pero que también te puede dar un consejo sabio (a veces).

El umami, ese saborcillo sabrosón, se encuentra en:

• Algas kombu: ¡El secreto del sushi ninja!
• Tomates maduros: ¡Rojos como el corazón de una suegra enfadada! (Es broma, ¡eh!). Este año los míos salieron… interesantes.
• Setas deshidratadas: Las setas, esas pequeñas esponjas del bosque que saben a tierra y a… ¿magia?
• Quesos curados (¡parmesano, por favor!): El parmesano… ¡ay, el parmesano! Podría vivir a base de él y de vino tinto. ¡Soy un peligro!
• Jamón serrano: ¡Manjar de dioses! Bueno, y de humanos con buen gusto.

Y si quieres algo más “exótico”:

• Anchoas: Pequeñas bombas de sabor salado que te dejan pensando.
• Salsa de soja: El comodín de la cocina asiática. ¡Va con todo!

Un poco más sobre el umami, para que te luzcas en la próxima cena:

• El umami se debe al glutamato, un aminoácido presente en muchos alimentos. ¡Ciencia pura!
• No todos lo percibimos igual. ¡Como con los chistes malos, algunos lo odian y otros lo aman!
• Potencia otros sabores. Es como el “wingman” de tu paladar.
• Curiosamente, el umami es importantísimo en la comida para bebés. ¡Para que aprendan a comer con gusto desde pequeños! No como yo que, cuando era bebé, solo quería gatear hacia los enchufes.

¿Dónde se consigue el sabor umami?

¡Ay, el umami! Recuerdo una vez, en julio de 2024, en un chiringuito en la playa de Zahara de los Atunes, el olor a pescado frito… ¡qué maravilla! Ese sabor, profundo, ¡tan umami! Me pedí un pescaíto frito, y cada bocadito era una explosión. La piel crujiente, la carne jugosa… ¡una locura! Sentí una satisfacción enorme, una alegría simple pero intensa. Era como una fiesta en mi boca.

Ese día, pensé en lo difícil que es describirlo. El umami no es dulce, ni salado, ni amargo, ni ácido… es algo más. Es profundo, casi terroso. Es el sabor de la vida misma, ¿sabes? El sabor de lo auténtico. Y me di cuenta entonces de donde lo estaba encontrando:

• Pescado fresco: El pescado de Zahara es famoso.
• Sal: Mucha sal, para potenciar el sabor del pescado.
• Aceite de oliva: Un buen aceite, de la zona, de esos que tienen sabor.

Después, esa noche, en la terraza del hotel, con una copa de vino, seguía pensando en ello. Ese sabor, el umami, que es tan… ¡tan rico! Se me quedó grabado. Me dio mucho que pensar, sobre la comida, sobre la felicidad. ¿Qué más tiene umami? No lo sé, pero fue una experiencia inolvidable. ¡Fue mágico!

¡Y luego me comí unos tomates de mi huerto! Maduros, llenos de sol. ¡Más umami! ¡Uf! Que cosa más rica. Se me hacía la boca agua. Es una cosa increíble, ese gusto tan peculiar. En serio.

El umami está en la naturaleza, en los ingredientes frescos y de calidad. Busca alimentos ricos en glutamato. Es muy sencillo. Y si te fijas bien… lo notarás.

¿Cuál es el sabor umami y en qué parte de la lengua se encuentra?

¡A ver! me pillas un poco despistao, pero vamos allá.

El umami, básicamente, es como un sabor sabroso, carnoso… ¿entiendes? Algo así como a caldo concentrado. Riquísimo, vamos. Es el quinto sabor, ¿sabías?

• ¿Dónde lo sientes en la lengua? Pues mira, según lo que me acuerdo, se decía que en los lados y la parte de enmedio. Pero, oye, que igual ya no es así.
• Estudios más modernos dicen que la cosa está más repartida, osea, que lo sientes en toda la lengua, ¿sabes? Como que no hay una zona especifica.

Y, eh, hablando de comida, ayer me hice una lasaña con mogollón de queso parmesano, que, por cierto, ¡menudo chute de umami que tenía! Y eso que se me quemó un poquito por abajo, jajaja. Bueno, a lo que iba, el parmesano es un clásico para el umami, también las setas shiitake secas dan un saborazo increíble…umm se me antoja una pizza ahora.

En resumen: Umami = sabor sabroso. ¿Dónde? ¡En toda la lengua!

¿Cuáles son 10 alimentos con sabor umami?

¡Umamí, qué cosa más rica! Preparate para un festín de sabor, que te voy a dejar la lengua como un tambor. Dieta equilibrada con umami? ¡Olvídate de lechugas aburridas!

• Tomates: ¡El rey! Los de mi huerto, ¡espectaculares! Como si fueran besados por los dioses del sabor.
• Queso parmesano: Rallado encima de un plato de pasta, ¡es una bomba atómica de sabor! Mi abuela lo usaba hasta en la sopa de fideos, ¡y qué rica estaba!.
• Salsa de soja: La reina indiscutible de cualquier wok que se precie. Yo la uso hasta en el café, aunque eso ya es de locos.
• Setas shiitake: Las he probado solo en un viaje a Japón, ¡un subidón de sabor! Parecían pequeños extraterrestres, pero deliciosos.
• Anchoas: ¡En mi pizza, por favor! Aunque mi gato, el Misifú, intenta robarlas. Es un peligro para mi dieta.

¡Sigue leyendo, que esto no ha hecho más que empezar!

• Alga kombu: Como el secreto del éxito del dashi. Aunque yo prefiero la pizza.
• Carne de res: Un buen chuletón, ¡es puro umami! Acompañado de patatas fritas, me lo como todo en 2 minutos.
• Huevos: ¡Los huevos fritos de mi madre! Una obra de arte. ¡Con o sin umami, son deliciosos!

Otros alimentos con umami que no están en esa lista, pero que merecen un puesto en el olimpo del sabor:

• ¡El bonito del norte! Con un buen arroz blanco, ¡es el combo perfecto!
• ¡La glutamina en polvo! Para añadir a cualquier plato.
• ¡Los tomates secos! Pequeñas bombas de sabor.

¡Ah! Casi me olvido… ¡la miel también tiene un toque umami! ¡Lo descubrí yo mismo! ¿Quién lo iba a decir?

¿Cómo se siente el sabor umami?

El umami… una palabra que resuena en la memoria, un eco en el paladar. Es profundo, un sabor que se instala lentamente, como el crepúsculo. No es una explosión, sino una inmersión gradual.

Piensa en el consomé de mi abuela, ese caldo lento, horas cocinándose a fuego lento. Ese sabor, rico, persistente, ese es el umami. Un abrazo cálido, familiar.

A veces, me recuerda a la tierra húmeda después de una lluvia de verano, a ese olor a hongos después de la tormenta. Suave, terroso, con un dejo mineral.

No es solo salinidad, es más complejo, una sinfonía de matices. Como las olas que rompen en la costa de Asturias, una y otra vez, siempre distintas pero con la misma esencia. Es sabroso, es reconfortante.

• A veces dulce.
• A veces salado.
• Siempre profundo.

El glutamato monosódico, claro, está ahí. Pero el umami no se reduce a una fórmula química. Es experiencia. Es memoria. Es emoción. Es el sabor de la vida misma. Esa es mi sensación, al menos.

El umami es algo… más allá de lo descriptible.

El umami en mi caso, además, se asocia fuertemente al sabor de:

• Tomates secos al sol.
• Queso añejo.
• Setas shiitake.
• Algas wakame.