¿Qué sales minerales debemos consumir?

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Para una salud óptima, prioriza los macrominerales: calcio, fósforo, magnesio, sodio, potasio, cloro y azufre. Necesitas estos en mayor cantidad. Los oligoelementos, como el hierro o el zinc, también son esenciales, pero en menor proporción. ¡Una dieta equilibrada es la clave!

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¿Cuáles son las mejores sales minerales para el cuerpo?

A ver, te cuento desde mi experiencia… ¿Las mejores sales minerales? Uf, un tema que me ha tenido dando vueltas.

Es que no hay una respuesta única, depende mucho de cada uno. Pero si hablamos de lo que el cuerpo necesita en cantidades más grandes, los “macrominerales”, ahí entran el calcio (vital para los huesos, ¿no?), el fósforo, el magnesio… ¡Ah! y también sodio, potasio, cloro y azufre. Esos son como la base, lo que necesitamos en mayor proporción.

Luego, están los “oligoelementos”, que son como los ingredientes secretos de una receta. Los necesitamos en cantidades más pequeñas, pero son igual de importantes.

Recuerdo que una vez, en un viaje a Jujuy, Argentina, probé unas sales de baño con magnesio que me dejaron la piel increíble. ¡Incluso dormí mejor esa noche! No recuerdo el precio exáctamente, pero valió la pena. Y eso me hizo pensar en lo importante que es fijarse en qué sales minerales estamos consumiendo, ¡ya sea en la comida o en productos para el cuidado personal!

Preguntas y respuestas concisas:

  • ¿Qué son los macrominerales? Minerales que el cuerpo necesita en grandes cantidades, como calcio, fósforo, magnesio, sodio, potasio, cloro y azufre.
  • ¿Qué son los oligoelementos? Minerales que el cuerpo necesita en pequeñas cantidades.

¿Cuántos minerales hay en el cuerpo humano?

El cuerpo… un universo de átomos, un misterio contenido en esta piel. Hay más de 70 minerales en el cuerpo humano, aunque algunos apenas trazos, fantasmas en la danza molecular.

El calcio, oh, ese calcio, tan sólido, tan presente en huesos que albergan recuerdos, fragmentos de tiempo pasado, risas grabadas en su dura sustancia. Un susurro de la infancia, un eco lejano en cada movimiento. Ese calcio que alguna vez fue mar, ahora es parte de mi.

Y el fósforo, el silencioso, omnipresente, el compañero del calcio en la construcción de la memoria, de los sueños. Un brillo sutil en la oscuridad. Es cierto, abunda en las plantas… recordando el sabor a tierra de los tomates de la huerta de mi abuela en 2024. Su aroma, un eco en mi paladar.

Potasio, sodio, cloro… una orquesta salina en la sinfonía de la vida. Un equilibrio delicado, un juego de fuerzas en constante movimiento. Siento la sal en mis labios, un recuerdo de un mar lejano.

Azufre, magnesio, manganeso… un elenco de secundarios esenciales. Cada uno, una pieza diminuta, vital. A veces los olvidamos, pero ellos permanecen. Siempre. Fijos.

Hierro, el color de la sangre, la fuerza de la vida que late. Un latido profundo, un eco en el silencio de la noche. Yodo, flúor, zinc, cobalto, selenio… nombres que suenan a conjuro, a antiguos rituales de sanación. Pequeños guardianes, vigilantes de la salud.

  • Calcio
  • Fósforo
  • Potasio
  • Sodio
  • Cloro
  • Azufre
  • Magnesio
  • Manganeso
  • Hierro
  • Yodo
  • Flúor
  • Zinc
  • Cobalto
  • Selenio

Cada mineral, una historia. Una historia escrita en la misma materia de la que estamos hechos. La tierra en nosotros, un eco incesante. Un universo en miniatura.

¿Cuáles son los minerales esenciales para el cuerpo?

Vale, minerales esenciales… mmm, sí, de eso sé algo.

Calcio, fósforo, magnesio, sodio, potasio, cloro y azufre: esos son los que me vienen a la mente primero. ¡Ah! Y los oligoelementos: hierro, manganeso, cobre, yodo, cinc, cobalto, flúor y selenio.

Te cuento una cosa. En 2024, mi abuela tuvo una caída fatal. Le diagnosticaron osteoporosis severa. Imagínate, ¡qué susto! El médico insistía en que tomara calcio y vitamina D, sol y lácteos. Pero ella, nada, decía que el queso le hinchaba, que el sol le daba alergia. Era tozuda la mujer.

  • Le gustaba tomar el sol a las 12 de la tarde y luego se quejaba del dolor.
  • Se negaba a tomar suplementos, decía que eran “cosas de farmacia”.
  • Prefería el café con leche descremada… ¡sin leche!

Luego, me acuerdo cuando estuve en un retiro de yoga en Huesca. Era agosto, un calor horrible. La instructora, Ana, era súper estricta con la hidratación. Insistía con el potasio y el sodio, sobre todo por el sudor. Preparaba unos zumos de tomate con sal marina que, al principio, me daban asco, pero después los necesitaba.

Yo creo que lo mejor es comer de todo un poco. Lo que sí, ahora en 2024, hay que tener cuidado con lo procesado. A mi me gusta cocinar mucho, es mi hobbie, no uso sal y solo aceite de oliva virgen extra, si eso cuenta.

¿Cuáles son los minerales del cuerpo humano?

Perdón, no puedo dormir. Las cosas… pesan. El cuerpo, esta cárcel de huesos y carne, me recuerda a lo frágil que soy. He estado pensando en lo que somos, en realidad, qué nos construye.

¿Minerales? Sí, minerales… Calcio, claro, para los huesos… mis huesos, tan cansados. Fósforo, magnesio… siempre olvidando los nombres, como olvidando cosas importantes. Son como… pequeñas piezas de un rompecabezas enorme y oscuro. Sodio, potasio, cloro, azufre… Macrominerales, los llaman. Suenan a algo… distante.

Y luego están los otros…los microminerales… Hierro… necesito más hierro, lo sé. Manganeso, cobre… yodo… esa pequeña gotita que me falta siempre. Zinc… para qué sirve el zinc, a estas horas. Cobalto, flúor, selenio… nombres que se me escapan como el humo.

Mi doctora me dijo… hace como seis meses, que tenía niveles bajos de hierro. Debí haber tomado las pastillas, lo sé. Es culpa mía.

Macrominerales:

  • Calcio
  • Fósforo
  • Magnesio
  • Sodio
  • Potasio
  • Cloro
  • Azufre

Microminerales:

  • Hierro (necesito más…)
  • Manganeso
  • Cobre
  • Yodo (siempre me falta)
  • Zinc
  • Cobalto
  • Flúor
  • Selenio

Todo esto… y sigo sintiendo esta… vacuidad. Este cansancio eterno.

¿Cuáles son los minerales más importantes para el cuerpo?

Los minerales esenciales para el cuerpo son diversos y cruciales. Entre ellos destacan: calcio, fósforo, potasio, sodio, cloro, azufre, magnesio, manganeso, hierro, yodo, flúor, zinc, cobalto y selenio.

  • Calcio: Fundamental para huesos y dientes, también interviene en la función nerviosa y muscular.
  • Fósforo: Aunque su deficiencia es rara debido a su abundancia en alimentos vegetales, es vital para la estructura ósea y la producción de energía.
  • Potasio y Sodio: Claves en el equilibrio de fluidos y la transmisión de impulsos nerviosos. Curioso cómo algo tan elemental define nuestra capacidad de reaccionar al mundo.
  • Hierro: Indispensable para el transporte de oxígeno en la sangre. Recuerdo cuando mi abuela siempre decía que las espinacas eran la fuente de la juventud gracias al hierro.
  • Yodo: Necesario para la función tiroidea, que regula el metabolismo.
  • Zinc: Importante para el sistema inmunológico y la cicatrización de heridas.

Consideraciones adicionales:

  • La biodisponibilidad de los minerales varía según la fuente alimenticia y la interacción con otros nutrientes. No todo lo que comemos se absorbe igual.
  • El equilibrio es fundamental. El exceso de un mineral puede interferir con la absorción de otro.
  • Las necesidades individuales varían según la edad, el sexo, el estado fisiológico (embarazo, lactancia) y la presencia de ciertas enfermedades.

Es fascinante pensar cómo estos elementos, a menudo invisibles, son la base de nuestra salud y bienestar. Como diría un filósofo, somos polvo de estrellas, pero un polvo muy bien organizado, ¿no crees?

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