¿Es el glutamato monosódico cancerígeno?

0 ver

No hay evidencia científica concluyente que demuestre que el glutamato monosódico (GMS) cause cáncer. Si bien algunos estudios in vitro han mostrado efectos tóxicos en células nerviosas, no se ha comprobado una relación directa entre el consumo de GMS y el desarrollo de cáncer en humanos. La obesidad y la esterilidad, así como el asma, tampoco han sido directamente vinculadas al GMS en estudios concluyentes. La afirmación de que las sopas ensobradas provocan cáncer es sensacionalista y carece de fundamento científico sólido.

Comentarios 0 gustos

¿El Glutamato Monosódico (GMS) y el Cáncer? A ver, vamos a hablar claro.

¿Es cancerígeno el famoso GMS? Esa es la pregunta del millón, ¿verdad? Recuerdo cuando mi abuela juraba que las sopas instantáneas nos iban a matar a todos, que estaban llenas de “veneno” y que “eso del glutamato” era lo peor. Siempre me lo decía con esa cara de preocupación que solo tienen las abuelas. Y claro, uno se queda pensando, ¿tendrá razón?

La verdad es que, al parecer, no hay pruebas sólidas que demuestren que el GMS causa cáncer. Ojo, que he leído por ahí algunos estudios en laboratorio, esos que hacen in vitro con células nerviosas, que sugieren que podría tener efectos tóxicos. Pero, a ver, del laboratorio a la realidad hay un trecho, ¿no creen? Que una cosa es lo que pasa en una placa de Petri y otra muy distinta lo que ocurre dentro de nuestro cuerpo.

Y luego está el tema de la obesidad, la esterilidad, incluso el asma… He escuchado a gente culpar al GMS de todo esto. Pero, de nuevo, los estudios concluyentes no parecen apuntar directamente a él. No sé, a veces me da la impresión de que le echamos la culpa al GMS de todos nuestros males.

De hecho, esa idea de que las sopas en sobre nos van a dar cáncer, me suena más a esas noticias sensacionalistas que corren por internet. ¿Han visto alguna vez una prueba científica seria que lo demuestre? Yo, sinceramente, no.

A ver, tampoco estoy diciendo que debamos atiborrarnos a GMS. Como con todo, creo que la clave está en la moderación y en una alimentación equilibrada. ¿No creen?

En fin, que cada uno saque sus propias conclusiones. Yo, por lo pronto, voy a seguir disfrutando de mi sopita de vez en cuando, sin sentir que me estoy jugando la vida con cada cucharada. ¡Pero eso sí, siempre con moderación! 😉