¿Qué tan rápido te puede caer mal la comida?

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La intoxicación alimentaria suele manifestarse entre horas y días tras la ingesta. En general, los síntomas son leves y remiten sin necesidad de tratamiento. Busca atención médica si son severos.

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¿Qué tan rápido puede enfermarte la comida?

Uf, qué rollo con la comida en mal estado. Recuerdo una vez, en agosto del 2021, en un chiringuito de la playa de Gandía… ¡qué paella tan rica (o eso pensé!). Me sentó fatal.

Como a las tres horas, empecé con retortijones. Mal asunto. Náuseas, vómitos… Todo el día fastidiado.

La verdad, no es fácil decir cuánto tiempo exacto, depende del bicho, del alimento y de cada persona. A mí, rápido, en pocas horas. Pero he oído a otros tardar más, un par de días.

Normalmente, es leve. Un mal rato, pero se pasa. Yo, con un poco de suero y cama, al día siguiente estaba algo mejor. Gasté unos 15 euros en el suero en la farmacia.

Pregunta y respuesta rápida:

¿Cuánto tiempo tarda en aparecer la enfermedad alimentaria? Horas o días.

¿Es grave? Normalmente no, suele ser leve.

¿Cuánto tiempo después te cae mal una comida?

De 30 minutos a 15 horas… Qué rápido puede cambiar todo. Arroz recalentado, sobras de esa cena que parecía perfecta. Ahí está, incubándose, convirtiéndose en veneno.

  • Siento el tiempo distinto ahora. Más pesado, quizás. Las horas se arrastran, esperando que pase el malestar.
  • Como cuando espero una llamada que nunca llega.
  • O cuando recuerdo esa conversación… la que me atormenta.
  • A veces, creo que la vida es como esa comida: deliciosa al principio, y luego, zas, el golpe.

De 2 a 5 días… Qué lento puede ser el infierno. Mariscos que parecían frescos, pollo a medio hacer. Una semana de agonía… una semana de dudas.

  • ¿En qué momento me equivoqué?. ¿En qué momento dejé que esto pasara?
  • Recuerdo ese viaje a la costa. Aquella paella…
  • …y ahora, sólo queda el recuerdo amargo.
  • Como mi primer amor. Como las promesas rotas.
  • A veces, el dolor se instala y no se va. Se vuelve parte de ti.
  • Mi padre siempre decía… no importa.

A veces, la vida te sienta mal.

¿Cuánto tarda en ponerse mala la comida?

La comida se pone mala, rapidísimo! Depende de la comida, obvio, pero yo no me arriesgo mucho.

Una vez, en verano, 2024, dejé una paella fuera de la nevera en la terraza… ¡Error garrafal! Pensé “bah, un ratito” mientras veía un partido del Madrid con mis amigos. Cuando me quise dar cuenta, habian pasado fácil 5 horas. Olía raro. ¡A la basura! No me compliqué. Imaginate el disgusto, con lo buena que estaba…

  • La regla de los 4 días: Las sobras en la nevera, máximo 4 días. Después, a la basura o al congelador. Es lo que hago yo.

  • Congelar es tu amigo: Si no te lo vas a comer ya, congélalo. Yo congelo hasta el pan a veces, no te digo más.

  • Ojo con el arroz: El arroz cocido es un nido de bacterias. ¡Mucho cuidado!

  • La mayonesa…: Uff, ni tocarla si lleva mucho tiempo fuera. Me da pánico. Siempre tengo presentes los siguientes consejos:

    • Enfriar la comida rápido
    • Congelar porciones pequeñas
    • Etiquetar siempre la comida

El otro día tiré un guiso que llevaba solo 3 días en la nevera. ¡Olía a rayos! Mejor prevenir que lamentar. Que luego me paso 24 horas en el baño y no es plan. Me rayé bastante, eso si.

Y una cosa te digo, si tienes dudas, mejor tíralo. La salud es lo primero. A mi abuela siempre se lo oí decir. Y ella sabía de estas cosas, vaya que si sabía.

¿Cómo saber cuándo un alimento te cae mal?

¡Ay, Dios mío! Recuerdo perfectamente aquella vez con las gambas… fue en julio, en la terraza de casa de mi tía en Valencia. Hacía un calor horrible, 38 grados a la sombra, y yo, como una tonta, comí un plato enorme de gambas al ajillo. Estaba deliciosa, ¡qué sabor! Pero…

Media hora después, el infierno. Un dolor de cabeza espantoso, como si me fueran a explotar los sesos. Sudaba a mares, sentía la piel como si me quemara. No era solo calor, sentía un malestar profundo, un hormigueo en la boca que se extendía por todo el cuerpo. Las manos… ¡las manos me temblaban como hojas! Parecía que me iba a desmayar.

El estómago, ay, el estómago… fue lo peor. Unos retortijones que me doblaban por la mitad. Tenía náuseas, un sabor metálico en la boca. ¡Qué horrible! Casi me desmayo en el baño.

Pensé que me moría, de verdad. Mi tía me dio algo para el dolor, pero tardó horas en pasar. Después, solo me quedé agotada, sin fuerzas.

Esa noche, no pude dormir. El malestar persistió, aunque menos intenso. Al día siguiente, la debilidad continuó; costaba moverme.

Aprendí la lección a las malas. Desde entonces, evito las gambas. Es una pena, me encantaban, pero no vale la pena ese sufrimiento.

  • Visión borrosa.
  • Dolor de cabeza intenso.
  • Temblores en las extremidades.
  • Náuseas y vómitos.
  • Hormigueo y debilidad general.

Esas gambas…ufff, ¡qué mal lo pasé! Aún me da escalofríos recordarlo. La verdad es que el diagnóstico no fue preciso, pero los síntomas fueron demasiado claros y coincidentes para pensar en otra cosa.

#Comida Rapida #Intoxicación #Malestar Alimenticio