¿Qué tan recomendable es consumir sal del Himalaya?

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"Si bien la sal del Himalaya contiene minerales, las cantidades son mínimas. No existen pruebas científicas de que ofrezca beneficios para la salud superiores a la sal común. Su consumo no implica diferencias significativas respecto a la sal tradicional."

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¿Sal del Himalaya: beneficios y riesgos? ¿Es recomendable consumirla?

¡A ver, la sal del Himalaya! Esa cosa rosa que todos tenemos en la cocina, ¿no? Me acuerdo cuando la compré por primera vez en el super de mi barrio, allá por el 2018. Pensé: “¡Wow, qué exótico!” Y pagué como 5 euros por un bote pequeño, cuando la sal normal costaba, qué sé yo, 80 céntimos.

La verdad es que nunca noté gran diferencia en el sabor. Un poco más… no sé, ¿terroso? Quizás me lo imaginé. En fin, según los expertos, no hay pruebas de que esta sal rosada sea mejor para ti que la sal común. Así que, ¡igual me timaron un poco!

Sal del Himalaya: Beneficios y Riesgos

  • Beneficios: Ninguno científicamente probado.
  • Riesgos: Los mismos que con cualquier sal (consumo excesivo).
  • ¿Es recomendable consumirla? No hay diferencia con la sal común.

¿Qué diferencia hay entre la sal rosa y la sal marina?

¡Ay, madre mía, la diferencia entre la sal rosa y la marina! Es como comparar a Brad Pitt con mi vecino Pepe: ¡un abismo!

La sal rosa es la reina, una diva con un montón de minerales (¡más que contactos en mi Tinder!). Tiene calcio, potasio… ¡hasta hierro! Si comes esto, ¡te vuelves invencible, casi! O al menos, un poco menos anémico, que ya es algo. Es como si le hubieras dado un boost de vitaminas a la sal común. ¡Es rosa, por Dios! ¿Necesitas más razones?

La sal marina, ¡pobrecilla!, es más sencilla. Es como la vecina de al lado, buena gente pero sin ese glamour. Tiene sodio, sí, y un poco más de minerales que la sal de mesa, pero… ¡ni punto de comparación con la rosa! Es como… ¿una versión light de la sal rosa?

Diferencias en resumen:

  • Sal rosa: ¡Un festín mineral! ¡Rosa! ¡Espectacular! Es como un cóctel de vitaminas. Yo la uso para mis tostadas (¡y de vez en cuando, directamente, que soy un poco bestia!).

  • Sal marina: Simple, efectiva, pero… ¡aburrida! Como un plato de arroz blanco sin nada. ¡Como mi vida social antes de Tinder!

En mi casa, la sal rosa es la estrella, la protagonista de la despensa. La uso en todo, desde ensaladas hasta en el café (¡no te rías!). Y la marina, bueno… la tengo ahí, por si acaso. Para esos días grises… ¡o para cuando se me acaba la rosa! Este año, he comprado 5 kilos de rosa y solo 1 kilo de marina. Ya te digo… ¡el gusto está en la diferencia!

¿Qué es más saludable, la sal marina o la sal del Himalaya?

Uf, qué lío esto de la sal… Recuerdo una vez, en 2024, en el súper del barrio, ¡qué calor hacía!, sudando como un pollo, frente a la estantería de las especias. Estaba indecisa, ¿sal marina o sal del Himalaya? Esa rosa, tan bonita… ¡pero el precio! Casi me da un infarto.

La sal marina, a mi parecer, es más barata. Más normal, sabes? Lo que siempre ha usado mi abuela. Ella, con sus 80 tacos, está estupenda. ¿Será por la sal? ¡Quién sabe!

Y la del Himalaya, ¡ay, Dios mío!, leí que era puro marketing. No hay evidencia científica, ni una pizca, de que sea más sana. Mucho bla, bla, bla de minerales… ¡pero la sal es sal! Al final, cogí la marina. Más lógica, ¿no? Me gasté menos y punto. ¡Mejor para mi cartera!

El sabor… bueno, es sal, ¿qué quieres que te diga? Igualito. No noté nada especial. A lo mejor, si fuera un chef famoso… pero yo soy una simple mortal.

  • Sal marina: Más económica.
  • Sal del Himalaya: Cara, marketing. Sin evidencia científica de beneficios.
  • Mi conclusión: Ambas son sal. Usar una u otra depende de tu bolsillo.

Me fastidia un poco la publicidad engañosa. Estos productos “milagrosos”… ¡bah! Es solo sal, ni más ni menos. Hay que mirar más allá del color y el precio.

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