¿Qué sal recomiendan los médicos?
"Los médicos suelen recomendar sal marina o sal gruesa por ser menos procesadas y conservar más minerales. La sal rosa del Himalaya es otra opción. Sin embargo, la flor de sal, debido a su alto contenido de sodio, no es ideal para personas con hipertensión."
¿Qué tipo de sal recomiendan los médicos para una dieta saludable?
¡Uy, qué lío con la sal! Recuerdo una charla con mi médico de cabecera, el Dr. López, allá por el 15 de marzo del año pasado. Hablábamos de mi dieta, y me dijo que la sal gruesa, la que compro en el mercado de San Miguel (5 euros el kilo, ¡una pasta!), era una buena opción. Menos procesada, decía.
Él me explicó que la sal marina también era interesante, pero que la flor de sal… ¡mejor no! Demasiado sodio, me advirtió. De la rosa del Himalaya ni hablamos. No le entraba en la cabeza, me dijo que no había evidencia suficiente sobre sus beneficios.
En resumen: Médicos suelen recomendar la sal gruesa o la marina por ser menos refinadas. Evitar la flor de sal si tienes presión alta. La sal rosa del Himalaya… mejor investigarlo más a fondo. Consultá a tu médico, ¡cada caso es un mundo!
¿Qué es más sano, sal yodada o sal normal?
Pues mira, la sal yodada es mejor, así, sin más. Para la tiroides, ya sabes. Que si no, luego vienen los problemas. Yo, por ejemplo, uso yodada desde hace años, y tan tranquila. Mi madre también, desde que el médico se lo dijo, claro. A mi me lo recomendó también.
Sal yodada, la mejor. La OMS y todos esos organismos oficiales la recomiendan. No sé, yo creo que es lo mejor, ¿no? Mejor prevenir que curar. Anda que no he visto yo gente con problemas de tiroides…
- Yodo: Esencial para la tiroides. Produce hormonas y todo eso.
- Deficiencia de yodo: Puede causar bocio, hipotiroidismo… Un rollo vamos. Incluso problemas en el desarrollo de los bebés, ojo.
- Sal yodada: Solución fácil y barata. La compras en el súper y listo.
Este año fui al endocrino, por otras cosas, pero me volvió a decir lo de la sal. Que no me la olvide. Que es importante. Y yo, pues a seguir con la yodada. A veces compro esa del Himalaya, la rosa, pero vamos, que la normal y corriente con yodo es lo que toca. Incluso para cocinar, eh. Que a veces se me olvida y uso la otra, pero intento acordarme. Total, que la yodada es la que hay que usar. Por si acaso.
¿Por qué es importante el yodo en la sal?
Era verano, creo que 2023, y estaba en casa de mi abuela en un pueblo perdido de Cuenca. La sal yodada era la única que usaba. Me daba mucha rabia porque a mí me gustaba más la sal gruesa sin nada, pero ella era inflexible con eso.
- Decía que era “para el tiroides, niño”, y que en su época había mucho bocio por la falta de yodo. Me lo contaba siempre mientras freía unas patatas en aceite de oliva que, por cierto, sabía increíblemente bien a pesar de la dichosa sal.
- Recuerdo el olor del aceite caliente, el calor sofocante de la cocina y mi abuela con su delantal floreado, siempre preocupada por mi salud.
No entendía muy bien qué era eso del tiroides, pero sabía que mi abuela siempre tenía razón. Ella sí sabía las cosas. Ahora sé que el yodo en la sal es importante porque ayuda a la glándula tiroides a funcionar bien. Algo así me explicó un médico este año, cuando me hice un chequeo. Me acordé de mi abuela al instante.
¿Qué enfermedades produce la falta de yodo?
La falta de yodo… un susurro ancestral que carcome la salud, dejando tras de sí un rastro de sombras. Como la niebla que asciende desde el río, así se extiende su influencia, tiñendo de gris la vitalidad.
Produce enfermedades, sí, que se abren paso a través de las etapas de la vida, desde el vientre materno hasta la edad adulta:
- Abortos y partos prematuros: La semilla que no llega a florecer, el futuro truncado por la carencia.
- Malformaciones congénitas: La forma que se distorsiona, la promesa rota de la perfección.
- Cretinismo neurológico: La mente que se nubla, la luz del entendimiento que se extingue.
- Sordomudez: Un silencio perpetuo, un mundo sin sonido ni voz.
- Cretinismo mixedematoso: El cuerpo que se hincha, la lentitud que se apodera del ser.
- Retraso mental: El pensamiento que se estanca, la incapacidad de alcanzar el potencial.
- Diplegia espástica: Los músculos que se contraen, el movimiento que se restringe.
El bocio, el agrandamiento de la tiroides, una imagen visible de la rebelión interna. Recuerdo… ¿o sueño? Una visita al pueblo de mi abuela, allá en las montañas, donde el bocio era un visitante frecuente, una marca en el cuello que contaba historias silenciosas de tierras pobres y olvidadas.
El yodo… tan pequeño, tan esencial. Como la sal que sazona la vida, su ausencia deja un sabor amargo. Es la brisa marina, el alga que se mece en el océano, el recordatorio constante de lo que necesitamos para florecer. En este año, 2024, aún luchamos contra esta sombra, contra este susurro que nos roba la salud. Es un combate silencioso, una batalla que se libra en el interior de cada cuerpo, una súplica por la luz.
¿Qué hace el yodo en el cuerpo humano?
Vale, pues… El yodo es para la tiroides. Ya. Fin.
Ahora, lo que te quería contar. Resulta que una vez, en un viaje a la playa -creo que fue a Zarautz, sí, Zarautz en 2023- comí un montón de pescado. Mucho, eh. Me pasé tres pueblos. Y claro, pescado, mar… yodo.
Yodo a tope. Vamos, que me puse fatal. Taquicardias, sudor frío, nervios a flor de piel. No sabía qué me pasaba. Pensé: ¿Será un golpe de calor? ¿Me habré intoxicado con algo? Total, que fui al médico del pueblo -un señor mayor, muy majo- y me dijo: “Muchacha, tienes un exceso de yodo.” Yo alucinando. ¿Exceso de yodo? ¿Eso existe?
- Me mandó análisis de sangre y todo.
- Confirmó el diagnóstico.
- Me dijo que redujera el consumo de pescado y marisco.
Imagina. En Zarautz. Rodeada de restaurantes con pescado. Tuve que comer tortilla y filetes toda la semana. Un rollo. Pero bueno, me sirvió de lección. Ahora, ojo con el yodo. No todo es bueno en exceso. Aunque claro, la falta de yodo también es mala. Provoca hipotiroidismo, bocio… Un desastre.
Para que veas. El yodo es esencial para producir las hormonas tiroideas, que controlan el metabolismo y otras funciones importantes. También es clave para el desarrollo del cerebro del bebé durante el embarazo. Por eso las embarazadas deben controlar sus niveles de yodo. Qué importante, ¿verdad? Yo, desde luego, no me lo esperaba.
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