¿Cómo prevenir una mala salud mental en los adolescentes?

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Me preocupa mucho la salud mental de los adolescentes, incluyéndome. Siento que cuidarla es fundamental. Para mí, hacer ejercicio libera tensiones, comer bien me da energía y dormir lo suficiente es vital. ¡No puedo concentrarme si no duermo! También valoro mucho tener metas, aunque sean pequeñas, y apreciar las cosas buenas de la vida. Me ayuda a sentirme más esperanzada y menos abrumada.

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¡Ay, la salud mental de los adolescentes! Un tema que me toca de cerca, ¿verdad? Y es que… a veces siento que estamos en una montaña rusa constante. ¿Cómo prevenimos que esa montaña rusa se convierta en una caída libre? Para mí, la respuesta es multifacética, como la vida misma.

Primero, y esto es algo que he aprendido a las malas (¡las noches en vela antes de un examen!), el autocuidado es CLAVE. Parece algo obvio, lo sé, pero a veces nos olvidamos. ¿Cuándo fue la última vez que realmente me dediqué tiempo a mí misma? Hacer ejercicio, aunque sea una caminata corta, me libera de una manera… ¡uf! Y comer bien, olvidarme de tanta comida chatarra, ¡hace maravillas con mi energía! Dormir lo suficiente… esa es la batalla de cada noche. Pero sé que si no duermo bien, al día siguiente mi cerebro está en modo zombie. ¿A ti no te pasa igual?

Luego, está el tema de tener metas. No hablo de metas grandilocuentes como “ser el próximo CEO de Google”, sino cosas pequeñas, alcanzables. Aprender a tocar una canción en la guitarra, leer un libro al mes, ¡incluso ordenar mi habitación! Pequeñas victorias que te hacen sentir que estás avanzando. Y luego, apreciar las pequeñas cosas. Ese café con leche perfecto por la mañana, una conversación divertida con un amigo, un atardecer bonito… ¿Cuántas veces pasamos por alto esos momentos que realmente nos dan alegría?

Hace poco leí algo sobre un estudio que decía que los adolescentes que se sienten conectados con su comunidad tienen una mejor salud mental. No recuerdo los números exactos, pero me impactó. ¿Y es verdad, no? Sentirme parte de algo, colaborar con mis amigos en un proyecto, involucrarme en un grupo de voluntariado… te da un sentido de pertenencia que es invaluable.

Pero, ¿qué pasa cuando, a pesar de todo, la cosa se pone fea? Ahí es donde entra la importancia de pedir ayuda. Y aquí quiero ser sincera, ¡a veces da un miedo terrible! ¿Qué pensarán los demás? ¿Me van a juzgar? Pero la verdad es que hablar con alguien en quien confíes, ya sea un amigo, un familiar, un profesor o un profesional, puede marcar una diferencia ENORME. A veces, solo necesitamos que alguien nos escuche sin juzgarnos.

No tengo todas las respuestas, ni mucho menos. Pero sí sé que la salud mental es una prioridad, no un lujo. Y que cuidarla es una tarea constante, un camino que recorremos día a día. ¿Y tú, qué haces para cuidar tu salud mental? Me encantaría saber. Porque, al final, estamos todos en esto juntos, ¿no?