¿Cuál es el nivel de educación?

0 ver

La educación formal se estructura en tres niveles principales: preescolar, que sienta las bases del aprendizaje; la educación básica, que abarca primaria y secundaria, y la educación media, que prepara para la educación superior o la inserción laboral.

Comentarios 0 gustos

Más allá de los niveles: entendiendo la arquitectura de la educación

Hablar del “nivel de educación” simplifica una realidad compleja y multifacética. Si bien es cierto que la estructura educativa formal se organiza tradicionalmente en niveles como preescolar, básica (primaria y secundaria) y media, esta categorización no refleja completamente la riqueza y diversidad de las experiencias de aprendizaje. Pensar en la educación como una simple escalera con peldaños predefinidos ignora la horizontalidad del conocimiento, la variedad de modalidades y la importancia de la educación no formal.

La categorización por niveles, si bien útil para la administración y la organización del sistema, puede generar una visión lineal y jerárquica del aprendizaje. Preescolar, primaria, secundaria y media se presentan como etapas progresivas que se deben superar, pero ¿qué ocurre con quienes optan por formaciones técnicas o artísticas después de la secundaria? ¿Y con la educación para adultos o la formación continua? Estas experiencias, a menudo relegadas a un segundo plano, son cruciales para el desarrollo individual y social.

Más que enfocarnos en la altura del peldaño, deberíamos considerar la arquitectura completa del edificio educativo. Imaginemos un edificio con diversas alas, cada una representando una modalidad educativa: formal, no formal, técnica, artística, online, presencial. Dentro de cada ala, encontramos diferentes espacios, adaptados a las necesidades específicas de los aprendices: aulas interactivas, talleres, laboratorios, espacios de estudio individuales y colaborativos.

Esta metáfora arquitectónica nos permite visualizar un sistema educativo más inclusivo y dinámico, donde los individuos pueden construir su propio recorrido de aprendizaje, moviéndose entre las diferentes alas y espacios según sus intereses, habilidades y metas. La educación no es una escalera que se sube una sola vez, sino un edificio que se explora, reconstruye y habita a lo largo de la vida.

En lugar de preguntarnos “¿cuál es el nivel de educación?”, deberíamos preguntarnos: “¿qué tipo de aprendizaje necesito para alcanzar mis objetivos?”, “¿qué espacios y recursos me ofrece el sistema educativo?” y “¿cómo puedo construir mi propio camino dentro de esta arquitectura compleja y diversa?”. Solo entonces podremos trascender la visión simplista de los niveles y aprovechar plenamente el potencial transformador de la educación.