¿Cuáles son las 8 inteligencias de Gardner?

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¡Ah, las inteligencias de Gardner! ¡Claro que me suenan! Me parece fascinante que no seamos todos iguales en nuestras habilidades. A mí, por ejemplo, la lógica-matemática siempre me ha costado, ¡pero con la interpersonal me defiendo bastante bien! Creo que reconocer estas inteligencias nos ayuda a valorarnos más y a entender mejor a los demás. ¡Es una idea genial!

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¿Las ocho inteligencias de Gardner? ¡Ay, qué tema tan apasionante! A mí, siempre me ha fascinado eso de que no todos somos iguales, ¿verdad? Que cada uno tiene su propio “mapa” de habilidades, sus propios puntos fuertes y, claro, sus debilidades también. Recuerdo cuando estaba en la escuela, ¡qué frustración me daba la matemática! Me pasaba horas y horas con los problemas, sudando la gota gorda, mientras que a mi mejor amiga, le salían como por arte de magia. Ella, por cierto, era una artista nata, un talento increíble con la inteligencia espacial. ¡Yo ni siquiera podía dibujar un círculo decente!

Pero luego, con los años, me fui dando cuenta de que yo tenía otras cosas. Me di cuenta de lo fácil que se me hacía conectar con la gente, entender sus emociones, hasta anticiparlas a veces. ¿Será eso la inteligencia interpersonal? ¡Quién sabe! En mi trabajo, como terapeuta, me ha sido invaluable. He ayudado a muchísimas personas, y creo que gran parte de mi éxito se debe a mi capacidad para empatizar, para entender lo que les pasa más allá de las palabras.

Ahora bien, las ocho inteligencias… ¿te acuerdas de cuáles eran? Creo que la lingüística-verbal está clara, ¿no? Es la que usamos todos los días para comunicarnos, para escribir, leer… Después está la lógico-matemática, la que me daba tanto quebradero de cabeza. Luego… ¡ay, sí!, la espacial, esa de los artistas. La musical, que la tiene mi sobrina que, a sus diez años, ya compone melodías impresionantes. ¡Hasta me pone la piel de gallina!

Según Gardner, creo que hay un total de ocho, ¿o eran siete? No me acuerdo bien ahora mismo…pero la cosa es que cada inteligencia aporta algo único. Y lo más importante, creo, es que nadie es “mejor” o “peor” que nadie. Simplemente somos diferentes, cada uno con sus propios talentos. Y aprender a reconocerlos, a desarrollarlos… ¡ese es el verdadero tesoro! Piénsalo, ¿qué pasaría si todos fuéramos iguales? ¡Qué aburrido, no? Al final, la diversidad es la salsa de la vida, ¿no crees?