¿Cómo hacer solución salina con una jeringa?

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Para extraer solución salina con jeringa:

  1. Coloca el vial sobre una superficie plana.
  2. Introduce la aguja perpendicularmente en el tapón.
  3. Inyecta aire en el vial con el émbolo.
  4. Manten el émbolo presionado para evitar que el aire regrese.
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Vale, ¡vamos allá! A ver si consigo darle un toque más personal y cercano a esto de extraer suero salino con una jeringa. Aquí va:

¿Cómo saco solución salina con una jeringa? (Mi pequeña guía práctica)

Vale, a ver, que todos hemos estado ahí, ¿verdad? Necesitas un poco de suero salino para limpiar una herida, para los mocos de los peques (¡ay, los mocos!), o yo que sé, para mil cosas. Y ahí estás, con el vial y la jeringa, pensando… “A ver cómo narices hago esto para no liarla parda”.

Pues bien, después de alguna que otra metedura de pata (sí, lo confieso, una vez casi baño el techo con suero salino), he aprendido un par de trucos. Aquí os cuento lo que me funciona a mí:

  1. Colocando el vial, con cariño: Lo primero, busca una superficie plana, ¡importante! No queremos que el vial salga rodando y terminemos con todo el suelo mojado. Yo normalmente lo pongo en la encimera de la cocina o en la mesa del comedor.

  2. Aguja al ataque, con cuidado: Ahora viene la parte que da un poco de cosa. Coges la jeringa con la aguja (¡ojo, que esté bien puesta!) y la introduces perpendicularmente en el tapón de goma del vial. Aquí, lo importante es tener pulso firme. ¿Os acordáis de cuando os decía vuestra abuela “mano firme, hija”? Pues aquí se aplica.

  3. El truco del aire (¡aquí viene lo bueno!): Este es el truco que marca la diferencia. Antes de empezar a extraer suero, ¡inyecta aire en el vial! ¿Por qué? Pues porque así evitas el vacío y el suero sale mucho más fácil. Aprietas el émbolo y metes aire. ¿Ves cómo burbujea un poco? ¡Eso es buena señal!

  4. Mantén la presión, pequeño Padawan: Una vez que has metido el aire, ¡no sueltes el émbolo! Mantenlo presionado para que el aire no se escape. Si lo sueltas, el aire vuelve a salir y te tocará repetir la operación. Créeme, te ahorrarás un par de suspiros si lo mantienes presionado.

Y ya está, con estos pasos, tienes tu suero salino listo para usar. ¿Fácil, verdad? A mí me costó un poco pillarle el truco, pero ahora soy toda una experta. ¡Espero que os sirva!