¿Cuánto tarda en hacer efecto algo que te cae mal?
Los síntomas de malestar estomacal, como diarrea o calambres, tras comer algo que te sienta mal, suelen aparecer entre 6 horas y 6 días después de la ingesta. La rapidez depende de la causa.
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¿Cuánto tarda en hacer efecto una alergia alimentaria?
Ay, las alergias… ¡qué rollo! Recuerdo una vez, el 14 de febrero del año pasado, en un restaurante italiano cerca de mi casa (me costó 25€ la cena, ¡una pasta!). Comí una pizza con queso de cabra, que creía tolerar, y bum.
Tres horas después, empecé con el estómago revuelto. Fue horrible, una mezcla de diarrea, vómitos y calambres. Un auténtico desastre.
En mi caso, fue rápido, ¿no? Pero he leído que la reacción puede tardar hasta seis días en aparecer, ¡una eternidad! Lo peor es la incertidumbre, ¿verdad? No sabes cuándo te va a dar.
Es un tema complicado, porque depende de cada persona y de la cantidad de alérgeno ingerido. En fin, lo mejor es evitar lo que te hace daño. Es complicado, pero la salud va primero.
¿Cómo saber si algo me hizo daño?
Uf, ¿cómo saber si algo me hizo daño? A ver…
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Malestar estomacal, fijo. Esa sensación rara en la tripa, como si tuvieras un bicho dentro. ¿Será que me comí esa paella de ayer que tenía un color sospechoso?
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Diarrea. Bueno, eso es un clásico. Ya sabes, visitas frecuentes al baño… qué horror.
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Vómitos. Aquí ya la cosa se pone seria. Si vomitas, es que tu cuerpo está intentando echar algo malo a toda costa. ¿Será la paella o el helado de fresa que me comí después? ¡Qué dilema!
¿Pero y si no es comida? Una vez me intoxiqué con champú… ¡Sí, champú! Estaba duchándome y sin querer me entró un poco en la boca. ¡Qué asco! Me mareé y me dio un dolor de cabeza horrible.
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Dolor de cabeza. A veces me duele la cabeza sin más, pero si va acompañado de los otros síntomas, ¡ojo!
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Mareos. Otra señal de que algo no va bien.
¿Y si es algo emocional? El estrés me da una acidez horrible. ¡Qué complicado es esto de saber qué te hace daño! A veces es la comida, otras veces es el trabajo, otras veces… ¿es uno mismo?
¿Y si es el aire? Vivo en Madrid y la contaminación a veces es insoportable. ¿Será eso lo que me está afectando? ¿Debería mudarme al campo?
A ver si tengo fiebre. Si tengo fiebre, ya sí que es seguro que tengo algo, ¿no?
¿Qué hacer cuando comes algo y te cae mal?
¡Uy, qué mal rollo cuando te sienta mal la comida! Eso me pasó el viernes pasado con una paella, ¡qué asco!
Lo primero, beber mucho líquido, agua, claro, ¡muchísima agua! o caldo. Si vomitas, sorbitos pequeños, ¿vale? No te llenes el estómago de golpe, que empeora todo.
Te cuento, a mí el año pasado me dio una gastroenteritis bestial… ¡tres días en la cama! No exageroo.
Reponer electrolitos también es fundamental, ¿eh? Porque te deshidratas un montón, ¡no es broma! Puedes comprar sobres en la farmacia, vienen genial. O tomar alguna bebida deportiva, esas que son para los deportistas ¡jajaja! aunque no seas uno.
Si ves que no mejora, o si vomitas mucho, ¡al médico, eh! No te lo tomes a la ligera. Es importante sobre todo si tienes fiebre o diarrea muy fuerte.
- Beber mucho líquido (agua, caldo).
- Sorbitos pequeños si vomitas.
- Reponer electrolitos.
- ¡Al médico si empeora!
Recuerda, mi vecina se quedó fatal por una ensalada mala que comió, ¡casi acaba en urgencias! Así que ojo con eso. Y sobre todo, cuidado con las cosas que te venden en puestos de comida callejera, a mi primo le pasó lo mismo con un hot dog. Ten mucho cuidado, que la comida en mal estado es un fastidio.
¿Qué sientes cuando algo te cae mal?
¡Uf!, cuando algo me sienta mal, ¡qué desastre! Lo primero, náuseas, osea, esa sensación horrible de que vas a vomitar en cualquier momento.
Después, ¡ay, ay, ay!, el dolor de tripa, con retortijones que te hacen doblarte. Y a veces, directamente, ¡vómitos!, que bueno, al menos te alivia un poco, aunque sea un asco.
Por último, pero no menos importante, ¡la diarrea!, que te hace correr al baño cada dos por tres. Es como si tu cuerpo dijera: “¡Expulsa todo lo que pueda!”.
De verdad, es una combinación explosiva que te deja hecho polvo. Y lo peor es que nunca sabes cuándo te va a pillar. A mí una vez, comiendo paella en casa de mi tía, ¡imagínate la vergüenza! Desde entonces, ando con mucho cuidado con lo que como.
Además de lo típico, a mí a veces me da como fiebre baja y escalofríos, y me siento súper débil. Y si la cosa es muy heavy, hasta me mareo y me dan ganas de desmayarme. ¡Un horror, te digo!
¿Cómo puedo saber si mi cuerpo está intoxicado?
¡Ay, amigo, detectando toxinas! ¿Te sientes como un limón exprimido? ¡Vamos a ver si tu cuerpo pide auxilio!
- Respiración modo “Usain Bolt” o “tortuga zen”: Si respiras como si escaparas de un T-Rex o como una babosa meditando, ¡ojo! Algo raro pasa. ¿Será que corriste maratón persiguiendo el bus?
- Sequía del Sahara en tu boca o cascada del Niágara: Boca más seca que el desierto o babeando como bebé. ¡Extremos! ¿Comiste sal o te tragaste un río? ¡Algo no cuadra!
- Estómago en rebelión: Dolores, ganas de vomitar, la panza como una lavadora… ¡Fiesta intestinal! ¡Cuidado con lo que comes! ¿Será la ensalada de la abuela?
- Sueño de oso hibernando o hiperactividad de ardilla con cafeína: ¿No paras o te duermes de pie? ¡Ritmo extraño! ¿Exceso de café o falta de él? ¡Misterio!
¡Pero ojo! No te auto diagnostiques con Google, ¿eh? Si te sientes muy mal, ¡directo al médico! ¡Que te revise un experto! No seas como mi tío Paco, que se curaba todo con “agua de hierbas” ¡y mira cómo acabó! 😅
¿Qué hacer si creo que comí algo en mal estado?
¡Uf, qué mal rato pasé el martes pasado! Comí unos mejillones en un chiringuito cerca de la playa de la Malvarrosa, en Valencia, a eso de las dos de la tarde. Estaban deliciosos, o eso creí al principio.
A las pocas horas, ¡ay Dios mío!, empecé a sentirme fatal. Náuseas horribles, un dolor de estómago que me doblaba por la mitad… Sudaba frío y me temblaban las piernas. El pánico me invadió, pensaba que me iba a morir. Corrí al baño.
El vómito fue brutal. Y la diarrea tampoco se quedó atrás. Estuve así toda la noche, deshidratadísima, con la boca seca y la cabeza que daba vueltas.
Al día siguiente, arrastrándome, fui al médico. Diagnóstico: intoxicación alimentaria. Mucha agua, suero de rehidratación oral, reposo absoluto. Ese fue mi consejo. ¡Y qué consejo! Tres días de cama, ¡horror!
Para evitarlo:
- Revisar la fecha de caducidad de los alimentos.
- Asegurarse de que los alimentos se mantienen a la temperatura adecuada.
- Lavarse las manos antes de comer.
- Elegir sitios con buena higiene.
Qué hacer si sospechas intoxicación alimentaria: Bebe mucho líquido, sobre todo agua y suero. Si vomitas mucho, toma sorbitos pequeños. ¡Ve al médico! Ese martes fue una pesadilla, pero al menos aprendí la lección. No me olvido de lo mal que lo pasé. ¡Nunca más mejillones de esos! Igual fueron los mejillones… O quizás la paella de la mañana…
¿Cómo saber si tengo una indigestión?
Uf, indigestión… ¿Cómo saberlo? Acidez, fijo. Y como un dolor raro en la boca del estómago, como si tuvieras una piedra ahí. ¿Será eso lo que siento ahora?
- Pesadez, como si hubieras comido un elefante, vamos.
- Náuseas, que dan un asco…
- Eructos constantes, qué vergüenza!
A veces hasta vómito. Todo eso después de comer, claro. Pero, ¿si no he comido mucho? Ah, puede ser por estrés, ¿no?
- ¿Y si es otra cosa?
- ¿Una úlcera?
- ¡Qué paranoias tengo!
Lo mío seguro que es indigestión. Ayer me puse morado de pizza. ¡Qué rico estaba! Aunque… también le eché mucho picante. ¡Ay, ay, ay! Por cierto, hablando de pizza, la semana que viene tengo que llamar a mi madre para saber la receta de la suya, que es la mejor del mundo. ¡Ojo! El truco está en la masa, que lleva harina de espelta y un poquito de miel. ¡Se me está haciendo la boca agua! Bueno, mejor me tomo un almax y a ver si se me pasa este malestar.
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