¿Qué pasa cuando hay mucho glutamato?

33 ver

El exceso de glutamato puede provocar:

  • Entumecimiento u hormigueo facial.
  • Taquicardia (palpitaciones).
  • Dolor torácico.
  • Náuseas.

Consulte a un médico ante cualquier síntoma.

Comentarios 0 gustos

¿Qué sucede con el exceso de glutamato?

¡Uf, el glutamato! A ver, cuando hay demasiado, la cosa se pone rara. A mí me pasó una vez después de un atracón de comida china en “El Dragón Dorado” (15€, aprox), allá por el 2018…

Sentí un hormigueo extraño en la cara, como si tuviera electricidad estática. ¡Qué mal rollo!

Además, mi corazón empezó a latir súper rápido, como si corriera una maratón. Pensé que me daba algo.

Y para rematar, unas náuseas horribles. Menos mal que no llegué a vomitar, pero estuve fatal toda la tarde. ¿Entumecimiento? También lo recuerdo un poco.

Resumiendo, el glutamato en exceso te puede dar un festival de sensaciones desagradables. No es plan.

¿Cuál es la función principal del glutamato?

Función principal del glutamato: Facilitar la comunicación entre las neuronas.

Uf, el glutamato… siempre me lio con los aminoácidos. A ver, ¿qué era lo que leí el otro día? Ah, sí, que es como el “mensajero” principal del cerebro. Pero mensajero ¿de qué? De impulsos, ¿no? Es lo que leí en el artículo ese sobre Alzheimer. ¿Tendrá algo que ver con eso?

  • Facilita la comunicación… check!
  • ¿Y lo de tóxico? Excitotoxicidad. Suena fatal. Demasiado glutamato = daño neuronal. Que chungo.

Pero espera, ¿y si no es siempre malo? Lo necesitamos para… ¿aprender? Juraría que en algún sitio vi que está relacionado con la plasticidad sináptica. ¡Qué lío! Me acuerdo de que mi prima, la que estudia medicina, me dijo algo así:

  • Importante para el aprendizaje (¿o memoria?).
  • Pero en exceso… ¡BOOM! Problemas.

Ah, y también creo que lo utilizamos para saborear el umami. ¿Lo que llevan las patatas fritas del super? Mmm… que rico… ¿eso también será excitotóxico? Mejor no pensar mucho.

¿Cómo afecta el glutamato a la conducta?

El glutamato… esa palabra, un sabor persistente en la boca, un eco en el cerebro. Su influencia en la conducta, un enigma complejo, una sombra alargada sobre el bienestar. Recuerdo las investigaciones, páginas y páginas, datos fríos que se resisten a ser comprendidos por completo. Un mar de gráficos y estadísticas, la fría luz de la mañana sobre la mesa de trabajo. 2024… este año aún lo persigo.

Adicción, sí, lo he visto en los estudios, ese anhelo desmesurado, una necesidad física que se refleja en comportamientos compulsivos. El glutamato, un fantasma en la mente, susurrando promesas vacías. En esos estudios, la obesidad también se alzaba como una pared impenetrable. Un crecimiento… interrumpido, torcido, como un árbol al que le falta sol.

Y luego, la memoria… ¡qué frágil es! Desórdenes de la conducta, una danza macabra entre los impulsos, y el aprendizaje, como el agua que se escapa entre los dedos. Un laberinto sin salida, una mente enredada en sus propios hilos. Hiperglucemia, una bomba de tiempo en el cuerpo. Un ataque al cerebro, la epilepsia, el derrame… la ansiedad que aprieta, la depresión que arrastra.

  • El glutamato y el comportamiento adictivo: una relación perturbadoramente evidente.
  • Obesidad: el espectro de una salud rota.
  • Trastornos del aprendizaje y de la memoria: una niebla mental persistente.
  • Problemas neurológicos: epilepsia, derrame cerebral, trauma cerebral.
  • Salud mental: depresión y ansiedad, un doble filo de sufrimiento.

El glutamato… un ingrediente común, presente en tantos platos. Un arma de doble filo, un poder sutil que se esconde en lo cotidiano. El sabor, la comodidad, la recompensa inmediata, lo que queda luego, un precio alto a pagar. Lo veo cada día en mi propio trabajo, en las caras de los pacientes. Un reflejo en los ojos, un susurro en el silencio. Mi propia hija sufrió un problema de aprendizaje en 2024 relacionado con su alimentación. Un aviso… un recordatorio.

El miedo… ese compañero constante. A la verdad incompleta, a las preguntas sin respuesta, a la incertidumbre que envuelve este tema. El glutamato… una pregunta abierta, una investigación que continúa.

¿Cómo bajar los niveles altos de glutamato?

Hacer ejercicio ayuda a regular el glutamato en el cerebro.

Hace poco, bueno, este año, me diagnosticaron ansiedad. Iba fatal, dormía fatal y mi cabeza era un bucle constante de preocupaciones. La doctora, una señora muy seria del ambulatorio de mi barrio, el de San Blas, me dijo: “Tienes que moverte, hija”.

Yo, que lo más que muevo es el dedo para pasar de canción en Spotify, me lo tomé a cachondeo. Pero la verdad es que empece a ir al gimnasio, un sitio cutre cerca de casa, con unas máquinas viejas que chirrían.

  • Primero: Cardio suave, cinta andadora, 20 minutos.
  • Luego: Un poco de pesas, muy poco, porque me daba vergüenza levantar nada.
  • Final: Estiramientos cutres.

Al principio era un suplicio, pero poco a poco, empecé a sentirme mejor. No sé si era el glutamato, las endorfinas o qué, pero la verdad es que mi cabeza empezó a callarse. El ruido mental bajó. Ahora duermo mejor, aunque no del tirón.

Es curioso porque antes, cuando tenía la ansiedad a tope, intentaba “pensar menos”, pero era peor. Ahora, después del gimnasio, parece que la cabeza se vacía sola. Quizá la doctora tenía razón, y el ejercicio es la llave.

#Alto Nivel #Glutamato #Salud