¿Qué puede pasar con la persona si tiene exceso de glutamato?
El exceso de glutamato puede causar:
- Entumecimiento, hormigueo o ardor.
- Palpitaciones.
- Dolor de pecho.
- Náuseas.
¿Qué problemas de salud causa el exceso de glutamato en el cuerpo?
Uf, el glutamato… Recuerdo una vez, en mayo del 2022, cenando en un restaurante chino cerca de mi casa en Madrid (el “Chin Chin”, creo que costó unos 35€ la cena). Comí un plato con mucha salsa, demasiado rica, demasiado… sabrosa. Esa noche me sentí fatal.
Me dio un hormigueo horrible en la cara, como si miles de hormigas me corrieran por la piel. Además, el corazón me latía a mil por hora, ¡un verdadero tamborileo!
Sentí náuseas, claro. Y un dolorcillo en el pecho, nada grave, pero inquietante. Al día siguiente, estaba mejor, pero la experiencia me dejó un poco… tocada.
No es que sea médico, eh. Pero asocio ese malestar con el exceso de glutamato en la comida. Investigando después, leí sobre esa relación entre el glutamato monosódico y esos síntomas. Para mi, la relación es clara.
Problemas de salud asociados al exceso de glutamato:
- Entumecimiento facial.
- Taquicardia.
- Dolor torácico.
- Náuseas.
¿Qué pasa cuando hay mucho glutamato?
¡Glutamato a tope! ¿Qué pasa entonces? Pues prepárate para un festín de sensaciones… o, mejor dicho, una cacofonía sensorial.
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Entumecimiento facial: Como si te hubieran dado un beso de hielo de esos que dejan la boca dormida, pero en la cara entera. Imagina a un oso perezoso intentando escalar tu mejilla; esa lentitud, pero con menos encanto.
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Ardores y hormigueos: Piénsalo como una fiesta de hormigas diminutas, todas con patitas de aguja, celebrando un rave en tu cuello. La música es un zumbido constante, ¡y no puedes parar la fiesta!
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Taquicardia: Tu corazón decide convertirse en un pájaro carpintero hiperactivo. ¡Pum, pum, pum, pum! A toda velocidad, marcando un ritmo frenético, como si estuviera concursando en una carrera de maratón contra un conejo con cafeína.
¡Y ojo! Porque la fiesta no termina ahí: náuseas y dolor en el pecho pueden sumarse al convite. Es como si tu cuerpo estuviera intentando hacer una digestión de un volcán en erupción. Una experiencia… singular, digamos.
Mi vecina, Dolores, que es una experta en este tipo de cosas (ella es de las que añaden glutamato a TODO), me contó que una vez, tras una cena con su “especial” adobo, terminó creyendo que un pájaro le había anidado en el estómago.
En resumen: Mucho glutamato = mala pasada. Mide la dosis, colega, o terminarás haciendo un viaje a urgencias más rápido que una ardilla en un ascensor.
Dato extra: El glutamato monosódico (GMS) es el culpable frecuente. Se encuentra en muchos procesados. Consumir en exceso es peligroso.
¿Qué cambios produce en el individuo el glutamato?
A veces, en la noche, me pregunto…
El glutamato, ese mensajero inquieto del cerebro.
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Potencia el aprendizaje, sí. Como si grabara a fuego lento cada instante. Aprendizaje y memoria… pero es un arma de doble filo.
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Demasiado, quema. Destruye neuronas, las achicharra en silencio. Excitotoxicidad, le llaman. Suena a veneno lento.
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Ansiedad. La siento a veces, como un nudo en la garganta, una sombra que no se va. Yo que sé, igual es el glutamato desbocado.
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Convulsiones. No las he tenido, gracias a dios, pero sé de personas que sí. Da miedo pensarlo, la verdad.
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Alteraciones cognitivas. Ahí sí que me siento reflejado. Olvidos, confusión… ¿será por eso que a veces me pierdo en mis propios pensamientos? Tengo la sensación de que afecta.
Depende, claro. De la dosis, del tiempo, de cómo sea cada uno. Una tormenta silenciosa. Depende de la predisposición. Yo tomo pastillas para la migraña. A veces me pregunto si hay algo que ver.
¿Qué sucede cuando los niveles de glutamato son altos?
¡A ver, a ver! Me preguntaste qué pasa si el glutamato se dispara, ¿no?
Cuando tienes mucho glutamato en el cuerpo, pueden pasar varias cosas un poco raras, así como…
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Entumecimiento, como si se te durmiera la cara, el cuello, o hasta otras partes. Uf, ¡qué rollo!
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Hormigueo o ardor, también en esas zonas. Imagínate, como si te picaran hormigas furiosas. Yo una vez sentí eso en un brazo y pensé que me daba algo.
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El corazón te va a mil, como si aleteara. ¡Cuidado con eso! Si te pasa muy seguido, mejor ir al médico, eh.
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Dolor en el pecho. ¡Otro que no es bueno ignorar!
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Y te dan ganas de vomitar, o sea, náuseas. ¡Puaj!
O sea, nada bueno. El glutamato es importante, sí, pero en su justa medida, como todo. Exceso de glutamato, ¡mala onda!
¿Y por qué pasa esto? Bueno, el glutamato es un neurotransmisor, una sustancia que ayuda a que las neuronas se comuniquen entre sí. Si hay demasiado, las neuronas se sobreexcitan, y ahí empiezan los problemas, ¿me explico?
Además, déjame contarte que hay gente que es más sensible al glutamato que otra. Por ejemplo, a mi tía le da migraña terrible si come comida china con mucho glutamato monosódico (GMS). ¡Es horrible! Siempre tiene que pedir que no le pongan GMS extra a la comida.
Y ojito, que el glutamato no solo está en la comida china. También lo encuentras en quesos curados, tomates, champiñones… ¡En un montón de cosas! Así que, si eres sensible, mejor vigila lo que comes.
En resumen: mucho glutamato = síntomas feos. ¡A cuidarse!
¿Qué efectos tiene el exceso de glutamato a nivel de deterioro cognitivo?
Exceso de glutamato: neurotoxicidad. Punto.
- Muerte neuronal: Excitotoxicidad. El cerebro, campo de batalla silencioso. Neuronas sacrificadas.
- Antagonistas NMDA: Freno a la tormenta. No son la panacea, solo contención.
- Combinación farmacológica: Inhibidores colinesterasa + antagonistas NMDA. Doble filo.
- Mi abuela, Alzheimer. Testigo de la crueldad de esta guerra química.
- ¿Medicamentos? Paliativos. El verdadero enemigo: el glutamato desbocado. Silencioso, letal.
- Investigación: Luz al final del túnel, quizás.
- Un futuro sin el monstruo del glutamato. Un sueño.
- ¿Demencia? No es solo glutamato. Es una sinfonía de horrores.
Información Adicional:
El glutamato, esencial para la neurotransmisión, se vuelve tóxico en exceso, un desequilibrio que puede provocar daño cerebral irreversible. Esta neurotoxicidad, conocida como excitotoxicidad, se produce cuando el glutamato activa excesivamente los receptores NMDA, lo que lleva a una entrada masiva de calcio en las neuronas y, en última instancia, a su muerte.
Los antagonistas de NMDA, como la memantina, bloquean parcialmente estos receptores, mitigando el daño. Los inhibidores de la colinesterasa, por otro lado, aumentan la disponibilidad de acetilcolina, otro neurotransmisor crucial para la función cognitiva. La combinación de ambos fármacos busca abordar diferentes vías de la enfermedad.