¿Qué tan bueno es quitarse un lunar?

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"¡Eliminar lunares en casa es arriesgado! Implica riesgos estéticos, posibles errores en la eliminación y, lo más importante, la posibilidad de no tratar un cáncer de piel peligroso. Consulta siempre a un dermatólogo."

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¿Es seguro quitarse un lunar? Riesgos y beneficios

¡A ver, quitarse un lunar! Mmm, personalmente, no lo haría yo solo. Demasiado riesgo, ¿sabes?

Una vez, cuando era jovencito, intenté quitarme uno pequeño con, no sé, algo que encontré por casa. ¡Madre mía, qué error! Acabé con una pequeña cicatriz y, la verdad, un poco asustado.

Por lo que he leído y preguntado a dermatólogos (que al final es lo sensato), intentar eliminar lunares en plan casero es jugársela. ¿Y si es algo malo y lo estás “tocando” sin saber? ¡Uf, mejor no pensar!

Además, he visto fotos de gente que lo ha hecho y… ¡a veces quedan fatal! Cicatrices raras, la piel diferente… No compensa, la verdad. En mi opinión, por supuesto.

¿Es seguro quitarse un lunar? Riesgos y beneficios

  • Riesgos estéticos: Posibilidad de cicatrices o resultados no deseados.
  • Eliminación incorrecta: Procedimientos caseros pueden ser ineficaces o perjudiciales.
  • Riesgo de no tratar un cáncer de piel: La auto-extirpación puede retrasar el diagnóstico y tratamiento adecuado del cáncer de piel.
  • Beneficios: Solo si lo realiza un profesional cualificado, asegurando la seguridad y la correcta evaluación del lunar.

¿Cómo queda la piel cuando quitas un lunar?

¡Ay, esos lunares traviesos! Quitarlos… ¡una aventura!

La piel, tras el “asesinato” del lunar, queda como un lienzo recién pintado, un poco irritada, eso sí. Piensa en un pequeño arañazo, pero con más protagonismo.

Sobre la cicatriz… ¡misterio! Depende del tamaño del lunar, la profundidad de la cirugía y tu genética, que es caprichosa como una gata siamesa. Con el Plasmage, que es como un rayo láser miniatura, la costra se va en 10-14 días, dejándote un recuerdo… ¡depende!

  • Posible escenario 1: Apenas una marca, como un susurro de lo que fue. Ni te darás cuenta que existió, a menos que seas un detective de arrugas.
  • Posible escenario 2: Una cicatriz discreta, como una firma casi invisible. Con el tiempo se desvanecerá, como un amor de verano.
  • Posible escenario 3: Una cicatriz más notoria, ¡oh, drama! No te preocupes, el maquillaje es tu mejor aliado. Llevo años usando mi corrector mágico de mi marca favorita, ¡es un milagro!

Después de 2024, mi propia experiencia con mi dermatólogo, usando el Plasmage, me ha dejado con una marca que es prácticamente indetectable a 10cm. Un éxito, vamos. ¡Aunque tuve que ponerle una banda sonora épica a la experiencia!

Hidratación: la clave para evitar una cicatriz de película de terror. Crema cicatrizante, como la que me recomendó mi tía, ¡la mejor crema del mundo! (broma, pero es que me encanta).

Recuerda: Cada piel es un universo. Lo que funciona para mí, quizá no funcione para ti. Consulta con un profesional. Que no te cuenten milongas, ¡exige información clara!

¿Qué pasa si te quitan un lunar y te vuelve a salir?

¡Ay, los lunares, esos intrusos melanocíticos que nos adornan (o no)! Que te quiten uno y te vuelva a salir… ¡drama! Es como si tu cuerpo gritara: “¡Este espacio es mío, ¡y lo volveré a ocupar!”.

La probabilidad de que un lunar extirpado regrese depende mucho de cómo se haya hecho la cirugía. ¿Un corte con bisturí digno de un cirujano experto? Poca probabilidad. ¿Un rasurado improvisado en la consulta de un dermatólogo apurado el viernes a las 5 de la tarde antes de irse de vacaciones? Las posibilidades aumentan… Piénsalo como un jardín mal deshierbado: si dejas raíces, las malas hierbas (léase: melanocitos rebeldes) vuelven con más ganas.

Mi amigo Alberto, por ejemplo, se quitó un lunar en la nariz en 2024 que parecía una pequeña mora. Le salió de nuevo, aunque más pequeño. Menos mal que no se transformó en un bicho de esos que dan miedo. Es decir, ¡maldita sea! que no se volvió maligno.

  • Extirpación incompleta: Principal culpable. Como cuando te arrancas un pelo pero queda la raíz; ¡vuelve el bicho!
  • Tipo de lunar: Algunos son más propensos a la reaparición, ¡como si tuvieran una memoria celular superpoderosa!
  • Técnica quirúrgica: Como decía antes: ¡la buena cirugía es fundamental!

En resumen: Puede volver a crecer. ¿Probabilidad? Depende de muchos factores. Mejor consultarlo con un dermatólogo, que seguro te dirá más cosas que yo, y sin tanto drama existencial. ¡Y que no te rasuran el lunar, eh!

Nota personal: Mi suegra tiene un lunar que parece una pequeña uva y le da mucha guerra. ¡Ella misma lo intenta sacar cada cierto tiempo con una pinza! No la imiten. No estoy segura si funciona como método anti-lunar. Afortunadamente, es benigna. Que Dios nos coja confesados.

¿Cómo saber si un lunar debe eliminarse?

¡Ay, esos lunares! A veces, parecen constelaciones en nuestra piel, ¿verdad? Pero ojo, que no todas las constelaciones son amigables. Un lunar sospechoso es como una fiesta de disfraces donde algo anda mal.

Si tu lunar es un Picasso: bordes irregulares, como una línea de costa vista desde un avión borracho, ¡alerta roja! No es estético, lo sé, pero es más importante que la estética en este caso.

Si tu lunar es un arcoíris vomitando: colores desiguales, manchas azuladas, rojizas… como si un pintor hubiera hecho una explosión de color con un poco de mal gusto. Aquí, la uniformidad se va de vacaciones y nosotros deberíamos correr tras ella, al dermatólogo.

Si tu lunar es un plato grande: diámetro superior a 6 milímetros, ¡nos estamos pasando! Eso ya no es un lunar, es una pequeña isla en tu piel. Necesita su propia carta náutica.

Si tu lunar es un camaleón hormonal: cambia de color, forma o tamaño, ¡zas! Esa mutación rápida es sospechosa como el sombrero de un político corrupto. Corre al médico a por una revisión.

Mi vecina, la abuela Emilia, tuvo una experiencia parecida el año pasado. Su lunar, que era tan inofensivo como un gatito persa dormido, ¡de repente decidió convertirse en una mini-montaña rusa! Resultado: biopsia y todo solucionado (¡menos mal!).

Recuerda:

  • Asimetría: ¿Una mitad es distinta a la otra?
  • Bordes: ¿Irregulares?
  • Color: ¿Variado?
  • Diámetro: ¿Mayor de 6 mm?
  • Evolución: ¿Cambios?

¡No te arriesgues! Una visita al dermatólogo es más barata que un drama médico innecesario. El año pasado, gasté menos en el seguro médico por que soy muy prevenida, aunque algunos años no me toca pagar nada. Más vale prevenir que curar. Y, además, un chequeo rápido te evita preocupaciones mayores. ¡Salud!

¿Qué tipo de lunares se pueden eliminar?

Aquí, en la oscuridad, todo parece más… definitivo. Más real, quizá.

  • Lunares asimétricos, sí. Son los que te hacen dudar, los que no encajan. Como ciertos recuerdos.

  • Bordes irregulares. Lunares desdibujados, como promesas rotas en la niebla.

  • Color disparejo. Mezclas raras, como la vida misma. Un lunar así, con manchas azules… me recuerda al cielo después de una tormenta, intenso y un poco aterrador.

  • Tamaño grande. Más de 6 milímetros… es mucho, es una mancha que ya no se puede ignorar. Como el remordimiento.

A veces, pienso en todas las pequeñas imperfecciones que queremos borrar. Lunares, arrugas, cicatrices… ¿Qué quedaría de nosotros sin ellas? Y tengo un lunar así, uno grande en el brazo, que siempre me ha recordado a mi abuelo. No lo quitaría. Aunque duela.

¿Qué tipo de lunares se pueden quitar con láser?

Láser: Adiós a lunares diminutos. De 1 a 3 mm. Da igual dónde estén.

  • Precisión láser, borrado selectivo: No todos los lunares son iguales. Un láser apunta a la melanina, el pigmento que oscurece el lunar. Adiós lunar, hola piel limpia.

  • Riesgos: Cicatriz mínima, quizás. Depende de tu piel. A mi hermana le quedó una pequeña mancha, pero desapareció con el tiempo. Cuidado con el sol después.

  • No todos son aptos: Sospechosos, mejor al bisturí. Biopsia primero. Seguridad ante todo. Lo dice mi dermatólogo.

  • Expectativas reales: No es magia. Varias sesiones, quizás. Resultados graduales. Paciencia.

No soy médico. Consulta siempre a un profesional.

¿Qué tan seguro es quitarse un lunar con láser?

La seguridad de la eliminación de lunares con láser depende de varios factores. No es una cuestión de un sí o un no simple. Piensa en ello como una ecuación con múltiples variables: el tipo de lunar, la experiencia del dermatólogo, y la posterior atención al procedimiento.

En mi experiencia personal, una amiga se quitó un lunar benigno con láser hace seis meses y todo salió perfecto. ¡Pero ojo! No generalicemos. Otro caso, el de mi tío, requirió un seguimiento más exhaustivo por una pequeña complicación.

El láser es efectivo para lunares benignos, pequeños y superficiales. La clave está en la correcta identificación del lunar previamente. Es crucial descartar un melanoma mediante biopsia. Un dermatólogo experimentado es fundamental en este proceso. Si se trata de un lunar atípico, la extirpación quirúrgica suele ser preferible.

Riesgos asociados a la eliminación con láser:

  • Cicatrices
  • Infecciones
  • Cambios de pigmentación
  • Reacciones alérgicas (¡una amiga mía tuvo una leve reacción!)
  • Recurrencia del lunar

En resumen: No es un procedimiento sin riesgos, aunque con un dermatólogo adecuado y un lunar benigno, las posibilidades de éxito son elevadas. ¡Pero siempre hay que tener en cuenta los posibles riesgos! Recuerda, la prevención es clave. Revisa tus lunares regularmente y consulta a un profesional ante cualquier cambio o duda. El autodiagnóstico es un camino peligroso, filosóficamente hablando. Nos olvidamos de la incertidumbre inherente a la vida, ¿no?

Aclaración: He observado que la literatura médica de este 2024 enfatiza la importancia de la biopsia previa a cualquier procedimiento de eliminación de lunares, sobre todo en los casos dudosos. La prevención del melanoma es prioritaria. Recuerda que la información médica debe ser siempre consultada con un profesional. Mis experiencias personales no reemplazan una opinión médica experta.

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