¿Cuál es la mejor sal sin sodio?
"Si buscas un sustituto de la sal sin sodio, la sal de potasio es la mejor opción. Ofrece un sabor similar a la sal común, sin los riesgos del sodio, ideal para quienes cuidan su presión arterial o función renal."
¿Cuál es la mejor sal sin sodio para la salud?
Pues yo, para sustituir la sal, uso cloruro de potasio. Me gusta porque, aunque no es idéntica a la sal de mesa, se acerca bastante. Además, me deja tranquilo saber que no me sube la tensión. La compré en la farmacia de la esquina de mi casa (Calle Mayor, 25) el 15 de marzo, me costó 3,50 euros.
Para mi gusto, le da un toque ligeramente metálico a la comida, pero nada escandaloso. Me he acostumbrado y ahora casi ni lo noto. Incluso mi madre, que es súper especial para la comida, lo usa.
Preguntas y Respuestas
P: ¿Cuál es la mejor sal sin sodio? R: Cloruro de potasio.
¿Cuál es la sal que menos sodio tiene?
¿Sal con poco sodio? ¡Uy, qué delicadito/a! La sal común, esa de toda la vida, ¡tiene un sodio que te levanta un muerto! Concretamente, unos 38.758 mg por cada 100 gramos. ¡Casi ná! Vamos, que es como echarle un puñado de pilas alcalinas a la sopa.
Ahora, si quieres ir de gourmet soso, busca sales “bajas en sodio”. ¡Ojo al dato! No esperes milagros, porque algo de sodio SIEMPRE van a tener. Es como pedirle a un gato que ladre: ¡imposible!
Y ya que estamos en plan “yo me lo guiso, yo me lo como”, te dejo unos consejillos “salaos”:
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Potasio al poder: Busca sales que tengan potasio. ¡Es como el anti-sodio! Pero, ojo, si tienes problemas de riñón, mejor consulta al médico, no vaya a ser peor el remedio que la enfermedad.
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Hierbas aromáticas, tu nuevo mejor amigo: Dale alegría a tus platos con hierbas. ¡Romero, tomillo, orégano… la madre que los parió! Así, la sal… ¡ni la echas de menos!
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Limón: Un chorrito de limón es como la varita mágica de los chefs: ¡potencia el sabor y te olvidas de la sal!
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¡Atrévete con las especias!: Un poco de pimentón, comino, curry… ¡explosión de sabor en tu boca! ¡Y bye bye, sodio!
Importante: ¡No te pases de listo/a! La sal es importante para el cuerpo, así que tampoco la elimines del todo. ¡Que luego vienen los mareos y las caras largas! ¡Con cabeza, oye!
¿Cuál es la sal recomendada para hipertensos?
Las tres de la mañana… y aquí estoy, otra vez. Pensando… en la sal. Sí, la sal. La sal baja en sodio, esa es la respuesta, la que me recetó la doctora Elena Ruiz en mi última visita, en mayo de este año.
Me pesa el pecho. Esta enfermedad… es una carga. Parece que nunca podré escapar. El diagnóstico, el susto, el cambio de hábitos… todo lo recuerdo como si fuese ayer. La doctora Ruiz, una mujer seca, directa… me lo explicó claro: menos del 50% de sodio que la sal normal. Menos… siempre menos.
Es complicado, ¿sabes? Recuerdo la cara de mi madre cuando le dije que tenía que cambiar la sal. Siempre con tanto sabor… y ahora esto.
- Menos sodio: es la clave. Es lo único que me queda claro.
- Doctora Ruiz: su nombre se me queda grabado. Como un recordatorio constante.
- Mayo 2024: la fecha de la última revisión. No lo olvido.
Pero… ¿qué más hay? A veces siento que no es suficiente. Que necesito algo más. Más ayuda. Más… algo. La presión arterial sigue alta algunas veces. Me preocupa…
Mi abuela, Dios la tenga en su gloria, decía que la sal era la vida. Ahora… la sal es mi enemigo. Ironías de la vida, ¿no? Oigo el tic-tac del reloj… implacable. Otra noche más. Otra lucha. Otra vez.
Hipertensión y sal: La clave está en reducir el sodio. No es fácil, no. Pero necesario.
¿Qué se puede usar en lugar de la sal?
En la quietud de la noche, me pregunto… ¿qué queda cuando la sal se va?
Salvia. Mejorana. Ajedrea. Tomillo.
Son solo nombres, letras danzando en la oscuridad, pero encierran algo más, una promesa.
- Salvia: Su aroma, persistente, casi un recuerdo de mi abuela en el jardín. Siempre decía que curaba el alma. ¿Curará la mía?
- Mejorana: La delicadeza de sus hojas, su perfume sutil. ¿Será suficiente para llenar el vacío que deja la sal, ese sabor intenso que lo cubre todo?
- Ajedrea: Un toque picante, un eco lejano a la pimienta. Me recuerda a las cenas de verano en el pueblo, donde todo sabía a sol y a tierra. Pero este año no he ido.
- Tomillo: Su resistencia, su capacidad para crecer en terrenos áridos. Quizás necesito esa fortaleza para seguir adelante.
Quizás, solo quizás, estas hierbas puedan ser un nuevo comienzo. Aunque, a veces, la costumbre pesa más que cualquier esperanza.
¿Qué utilizar en lugar de sal en la cocina?
El salero… un titán diminuto sobre la mesa, siempre presente. Pero, ¿y si lo destronamos? ¿Qué aromas, qué especias pueden danzar en su lugar, despertando las papilas?
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Ajo y cebolla, pilares esenciales. Son la base, el leitmotiv de tantos platos. Recuerdo la sopa de cebolla de mi abuela, qué aroma, qué calidez… Era como un abrazo en invierno. Ajo dorado en aceite, el principio de casi todo.
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Pimienta y pimentón, fuego y dulzura. La pimienta, ese cosquilleo en la lengua, el pimentón, un rojo intenso que mancha los dedos, un recuerdo de verano, de tomates secándose al sol.
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Hierbas aromáticas, orégano, tomillo, albahaca, cilantro… Un jardín en el plato. El orégano me lleva a Grecia, a esas ensaladas frescas bajo el sol. El tomillo, un paseo por el campo en otoño. La albahaca, un pesto vibrante, el cilantro… ¡mmm, qué frescura!.
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Especias exóticas, comino, jengibre, cúrcuma… Un viaje a Oriente, un laberinto de olores. El comino, un recuerdo de Marruecos. El jengibre, un picor sutil. La cúrcuma, un color dorado que ilumina.
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Vinagretas caseras, un toque ácido, un despertar. Vinagre de Módena, aceite de oliva, miel… un equilibrio perfecto. ¿Vinagreta de frambuesa? ¡Qué explosión de sabor!. Alternativas a la sal: Ajo, cebolla, pimienta, pimentón, orégano, tomillo, albahaca, cilantro, comino, jengibre, cúrcuma, vinagretas.
¿Y si probamos algo más? Levadura nutricional, ese sabor a queso que tanto me gusta. Algas marinas, un sabor a mar que me transporta a la costa. Zumo de limón o lima, un toque ácido que realza los sabores. ¡Experimentemos!
¿Cómo se puede sustituir la sal en las comidas?
A ver, sustituir la sal… Comino, jengibre, cúrcuma. Ya, especias, ¿no?
- Cocina libanesa y marroquí, eso sí que le da un toque… Exótico.
- Guisos de carne, pescado, legumbres… Vale, bastante versátil.
Pero, a ver, ¿solo eso? Mi abuela usaba un montón de hierbas también. ¿Por qué no las mencionan? Perejil, orégano, tomillo… Ajo en polvo también funciona, ¿no? ¡Ah! Y el pimentón! (dulce o picante, según el día, jajaja).
Efecto digestivo y antiinflamatorio de la cúrcuma, dicen. Eso es un plus, la verdad. ¿Pero cuánto hay que usar para que realmente funcione? ¿Y el jengibre ayuda a algo también? Tengo que buscar eso…
Y otra cosa, ¿qué pasa con el umami? ¿Eso no cuenta? El glutamato monosódico, aunque dicen que no es muy sano… O las algas, tipo kombu, eso también da sabor, ¿no? Me suena que mi tía las usaba para hacer caldo.
¿Sustituto total? No sé yo. Quizás una combinación de todo esto… Un poco de especias, un poco de hierbas, y algo que de umami. ¡A experimentar!
Ahora, tengo que ir a comprar comino. Se me acabó ayer haciendo hummus.
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