¿Qué se puede usar en lugar de la sal?

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¿Buscas alternativas a la sal? Considera hierbas aromáticas como salvia, mejorana, ajedrea o tomillo. Aportan sabor y complejidad sin el sodio. ¡Experimenta!

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¿Sustitutos de la sal? Alternativas saludables.

¡Ay, la sal! Recuerdo el 15 de marzo, en mi casa de Valencia, intentando reducirla en mi dieta. Un lío, la verdad. Me sentía perdido.

Entonces probé la salvia. Un poco en la paella, ¿sabes? Le dio un toque, diferente, algo… herbáceo. No era lo mismo, claro.

Pero la mejorana, ¡qué descubrimiento! El 22 de abril, usé un botecito comprado en el mercado (3 euros, si no me falla la memoria) en una ensalada. Un sabor más suave, ideal para platos ligeros.

El ajedrea, tomillo… aún estoy experimentando. No son iguales a la sal, ¡ni de broma! Pero añaden matices. Me gusta más el tomillo en el pollo asado. ¡Mucho más rico!

¿Sustitutos de la sal? Sí, existen. Pero es un proceso, de ir probando y adaptando.

¿Qué utilizar en lugar de sal en la cocina?

Elimina la sal, potencia el sabor. No te compliques, hay alternativas contundentes.

  • Ajo y cebolla en polvo: Concentrado, directo al grano. Sin rodeos.

  • Pimienta negra, pimentón (dulce o picante): Profundidad y carácter. Yo, personalmente, prefiero el picante.

  • Hierbas secas (orégano, tomillo, albahaca, cilantro): Aroma y reminiscencias de verano. Mi abuela juraba por el tomillo.

  • Especias (comino, jengibre, cúrcuma): Exotismo sin artificios. El comino es mi secreto mejor guardado.

  • Vinagretas caseras: Ácidas y rotundas. El vinagre de Jerez no perdona.

Sustituye, experimenta, observa. La cocina es un campo de batalla.

¿Cómo se puede sustituir la sal en las comidas?

¿Sustituir la sal? ¡No me digas! Es como quitarle el alma a las patatas fritas, pero bueno, si te va la vida sana, aquí te va mi “sabiduría” culinaria:

  • Comino: ¡El rey del “ya sabía yo que esto picaba”! Va bien con todo lo que te recuerde al desierto, vamos, desde un guiso de lentejas hasta un camello asado (si te apetece innovar).

  • Jengibre: ¡El picantito que te despierta hasta el alma! Échale a tu pollo, a tu pescado o incluso a tu café si quieres vivir al límite. ¡Ojo! Que luego no digas que no te avisé.

  • Cúrcuma: ¡La reina amarilla! Le da un toque exótico a todo, como si estuvieras comiendo en un palacio en la India, aunque estés en tu cocina con la nevera vacía.

Extras “pa’l body”:

  • Antiflamatorio: Dice la gente que la cúrcuma es buena para desinflamar, ¡yo qué sé! Lo mismo te cura un esguince que te hace crecer pelo nuevo.

  • Digestivo: El comino y el jengibre te ayudan a hacer la digestión. ¡Como si te comieras un ladrillo! A mí me da igual, yo sigo pidiendo patatas bravas.

Dato curioso: Mi abuela decía que el comino también servía para ahuyentar a los malos espíritus. ¡Igual te libra de esa resaca del domingo!

¿Qué sal pueden consumir los hipertensos?

¡Ajá, la sal para los que bailamos con la tensión alta!

¿Sal rosa del Himalaya para hipertensos? Pues dicen que sí, que es como el agua bendita para la presión arterial. ¡Pero ojo! No es la panacea.

  • Menos sodio: Es como si te dieran un refresco light, ¡menos malo!
  • Minerales: Calcio, magnesio, potasio… ¡Un festival de minerales! Aunque, siendo sinceros, no creo que te cures la hipertensión solo con esto, ¡pero algo es algo!
  • Origen exótico: ¡Del Himalaya! Suena más cool que la sal de mesa, ¿no? Como irte de vacaciones a un lugar así… ¡aunque te quedes en el sofá!

Yo, personalmente, prefiero echarle especias a la comida. ¡Que la sal rosa esa no me va a hacer milagros! Pero bueno, ¡cada uno con su rollo! A mi abuela le gusta echarle de esa a la fabada. ¡Y la fabada no es precisamente light! 🤣

¿Cuál es la sal que menos sodio tiene?

La sal común. Tiene muchísimo sodio. Pero… ¡hay alternativas!

¿Alternativas, dices? Recuerdo… no, no recuerdo el nombre exacto, pero mi abuela, ella sí que sabía. En su cocina, pequeña, siempre olía a laurel y a… ¿humo? No sé. Usaba una sal… especial.

Información que… encontré (no es la de la abuela, ya no está).

  • Cloruro de potasio: A veces se vende como sustituto.

    • ¡OJO! Sabor diferente.
  • Sal baja en sodio: Mezclas de sal común con otras cosas.

    • Leer etiquetas, ¡es vital!
  • Hierbas y especias: ¿Sal para qué? A veces… ¡no hace falta!

    • ¡Mi abuela lo sabía! Orégano, pimentón… magia.
  • Sal del Himalaya (rosa): Tiene menos sodio que la sal común, pero tiene un precio mucho más alto.

La sal común, la de siempre. ¡Qué paradoja! Tan cotidiana, tan… ¡llena de sodio!

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