¿Qué infusión puedo tomar si tengo gastritis?

Uf, la gastritis… ¿quién no la ha sufrido alguna vez? Esa sensación de ardor, como si un pequeño dragón hubiera decidido instalarse en tu estómago. A mí me ha dado fuerte un par de veces, y créeme, aprendes rápido qué te sienta bien y qué no. Olvídate del café, por ejemplo. ¿Un café recién hecho por la mañana? ¡Imposible! Adiós también a los refrescos, esas burbujas son como echarle gasolina al fuego. Y el té… bueno, depende.

Lo que a mí me ha funcionado de maravilla son las infusiones suaves. El hinojo, por ejemplo, me deja el estómago como nuevo. ¿Te acuerdas de cuando eras pequeño y tu abuela te daba anís estrellado para el dolor de barriga? Pues el hinojo es de la misma familia, y tiene ese toque dulzón que calma muchísimo. La melisa también es una bendición. Una taza calentita después de comer y parece que el dragón se duerme. Y la hierba luisa… ¡qué aroma! A mí me recuerda a los veranos en el pueblo, a tranquilidad. Además, sienta de maravilla. El romero también lo he probado, aunque no es mi favorita, pero sí que ayuda.

He leído por ahí que estas infusiones ayudan a reducir la inflamación, no sé, algo de antioxidantes y esas cosas… La verdad es que no me fijo mucho en los estudios, yo me fío de mi estómago. Y mi estómago dice: ¡sí a las infusiones!

Ah, y los zumos. Pero ojo, nada de cítricos, ¿eh? Que eso es como echarle limón a una herida. Un zumo de zanahoria, por ejemplo, o de manzana, pero con moderación. Recuerdo una vez que me bebí un litro de zumo de manzana pensando que era súper sano, y acabé con el estómago peor que antes. Así que, poquito a poco, que todo en exceso es malo. En fin, ¿qué se le va a hacer? La gastritis es una lata, pero con un poco de cuidado y estas infusiones milagrosas, se puede sobrellevar.