¿Qué se untan los nadadores de mar abierto?
"Nadadores de aguas abiertas usan vaselina para proteger la piel de rozaduras. Se aplica en cuello, axilas e entrepierna, áreas con alta fricción del traje al nadar. Evita irritaciones y cortes."
¿Qué crema o grasa usan los nadadores en aguas abiertas?
Recuerdo perfectamente esa sensación, ese roce constante del neopreno en la piel, sobre todo en la natación en aguas abiertas. Es horrible.
El 15 de agosto, en la Travesía a nado de la Isla de Tabarca (Alicante), gasté casi toda una botellita de vaselina, unos 5€, para evitar las rozaduras.
La aplico generosamente en el cuello, las axilas y la entrepierna. ¡Es fundamental! Me evito un sufrimiento innecesario.
Algunas compañeras usan cremas más específicas, pero yo, con vaselina, voy sobrada. Es barata y efectiva.
¿Qué es lo que se ponen los nadadores de aguas abiertas?
Neopreno. Gafas. Tapones. Eso es todo. Nada más.
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El neopreno: Mantiene el calor. A veces, la vida. Depende del agua. La mía, en 2024, fue fría, muy fría.
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Gafas: Visión. Claridad. Necesarias. Sin ellas, solo oscuridad. Oscuridad y frío.
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Tapones: Opcional. Agua en los oídos. Un detalle. Pero importante. Como todo.
El agua es indiferente. Absorbe. Engulle. No perdona. Recuerda eso.
En mi última travesía, el 15 de Julio, usé un neopreno de 5mm. Demasiado. Un error. Aprendizaje. El agua no se disculpa.
El sol. Brutal. Crema solar. Olvidé. Quemadura. Cicatriz. Recuerda la lección.
Equipo básico, supervivencia. El resto es superfluo. Exceso. Pesadez. La eficiencia es clave. No hay margen para el error.
El mar no negocia.
¿Qué se untan los nadadores de aguas abiertas?
La vaselina, un bálsamo denso, opaco… Se extiende, una caricia untuosa, en piernas y pies. Protección contra el roce, una armadura contra la fricción; ese es su propósito. Un velo invisible, que se aferra a la piel húmeda. El agua, fría, implacable, se convierte en aliada. El agua, cómplice del ritual.
Pero hay más. Mucho más. Algo que se escapa a la regla, a la vista del juez. Una lucha silenciosa, en las profundidades. La vaselina, entonces, se transforma; no solo es lubricación contra el agua, es también un escudo contra el contacto, una barrera contra las manos que buscan, que intentan desestabilizar. Un juego sucio, en la inmensidad del agua.
Recuerdo la competición del 2023 en aguas abiertas de mi pueblo, el frío mordaz y ese roce, esa tensión entre rivales… Ese aroma peculiar a vaselina y cloro. Un aroma a estrategia, a lucha. Un aroma a victoria.
Y el agua, siempre el agua, envolviendo todo, absorbiendo y silenciosamente testigo. Ese roce, esa lucha…
- Vaselina: Lubricante. Protección.
- Estrategia: Más allá del roce, un elemento táctico.
- Silencio: La lucha sumergida, imperceptible.
La textura, la consistencia, cómo se funde con la piel… cada detalle es importante. Es un ritual antiguo, eficaz, discreto. El agua, el frío, la tensión. Todo impregnado con el olor a vaselina, tan característico.
Esa imagen… ese momento… El agua fría, la vaselina, la carrera. Todo un recuerdo.
¿Qué se untan los nadadores para cruzar el mar?
¡Uf! Vaselina, ¿verdad? Eso se untan. Sí, vaselina.
A ver, ¿dónde exactamente?
- Cuello: ¡Claro! El roce del neopreno ahí debe ser horrible. Piensa que mi traje de triatlón ya me hace daño a veces, y no nado distancias tan locas.
¿Pero solo ahí? Debe haber más sitios, ¿no? O sea, si fuera a nadar yo…
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Axilas: A mí me rozan las axilas, y eso que solo hago unos largos en la piscina. ¡Qué dolor!
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Entrepierna: ¡Ay, madre! Mejor no pensar en esa zona. No quiero imaginar el daño tras horas en el agua salada. Vaselina a saco, supongo.
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Hombros: ¡Obvio! El movimiento repetitivo… Me recuerda a cuando corro el maratón y me tengo que poner tiritas en los pezones. ¡Qué horror!
Ahora que lo pienso, mi abuela siempre usaba vaselina para todo. ¿Será por eso que nunca tuvo rozaduras? 🤔 Igual tenía razón la yaya. ¡Vaselina para todo! Y si no, pues… a aguantar los roces, ¡que es de valientes! Jajaja.
¿Qué grasa se ponen los nadadores?
Vaselina, lanolina y aceites especiales son las grasas que usamos los nadadores para evitar rozaduras.
Uf, ¡me acuerdo perfecto la última travesía! Fue en el lago San Roque en Carlos Paz, Córdoba, este verano. El agua estaba helada, pero eso no era lo peor. Lo peor era la fricción del neopreno en el cuello. Madre mía, qué dolor.
Había olvidado ponerme vaselina y terminé con el cuello rojo vivo. ¡Un desastre! Y eso que llevaba el neopreno nuevo, según el vendedor era “lo último en tecnología”. ¡Ja! La próxima, vaselina industrial en cantidades obscenas.
- Vaselina, la de toda la vida. Barata y funciona.
- Lanolina, más cara pero dicen que hidrata la piel. No la he probado.
- Roll-ons especiales… esos ni los miro, ¡pura publicidad!
Después de la carrera, fui directo a comprar aloe vera. ¡Menos mal que lo encontré! Me salvó la vida (y el cuello). Nunca más salgo a nadar sin mi pote de vaselina. ¡Nunca!
¿Cuántas personas han atravesado el Canal de la Mancha nadando?
Pocos. Menos de 2.800 desde 1875. Webb, el primero.
- La Mancha: Un filtro. No apto para cualquiera.
- 2.800: Una cifra engañosa. Cada cruce, una historia de tenacidad extrema.
- 2024: Registros alterados. Flujo constante. La cifra real, incierta.
El año pasado, crucé el estrecho de Gibraltar. Diferente, sí, pero comprendes la obsesión. Agua fría. Mente en blanco. Solo el ritmo.
- Preparación: Claves. Mental, física. Meses, años.
- Condiciones: Impredecibles. Mareas, viento, la propia mente.
- Motivación: El motor. Sin ella, naufragas.
El Canal… otra dimensión. Respeto. Admiración por quienes lo logran. Punto.
¿Cuáles son los accesorios de la natación?
¡Anda ya! ¿Accesorios para nadar? ¡Como si fuera a ir a la luna! Necesitas el equipo top para no parecer un pulpo en una bañera.
Gafas: ¡Esenciales! Para que no veas borroso como mi abuela cuando busca sus gafas de leer… ¡y que el cloro no te queme los ojos como si fueran chiles habaneros!
Traje de neopreno: ¿Estás loco? ¡En invierno te hace falta! Si no, te quedas más tieso que una estatua de sal. Mi cuñado intentó nadar en diciembre sin él… ¡Parecía un pingüino en una discoteca!
Gorro: ¡Para que no parezca que tienes el pelo de una medusa! A mi prima le pasó, ¡fue un horror! También ayuda a reducir la fricción, o sea, que nadas más rápido. Igual que un cohete.
Escarpines: Para proteger tus delicados piececitos de la suciedad y las rocas del fondo de la piscina. ¡Como si fueras un rey sobre un trono de algas!
Tapones: ¡Para que el agua no te entre a los oídos como si fuera una inundación! Y luego sufras con el agua fría, ¡como si nadaras en el ártico! Sin ellos, es un drama. ¡Lo sé por experiencia!
Boia/Bolsa seca: Para que tus cosas no se mojen, obvio. No sea que termines con el móvil frito. ¡Y el móvil, para mí, es más importante que mi propia vida!
Aletas: ¡Para convertirte en un pez volador! Bueno, casi. Aumentan la propulsión y la velocidad en el agua. Como si fueras Usain Bolt, pero en el agua.
Y, como plus… ¡Toalla gigante y chanclas! Para evitar resfriados y tener los pies más limpios que un quirófano. Sin olvidar una buena crema solar. ¡Que el sol también ataca en la piscina!
¿Ves? ¡Ya eres un campeón!
¿Qué se utiliza en la natación?
Bañador, gorro, gafas, chanclas, toalla y mochila.
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Bañador, la tela salpicada de cloro, la sensación de la licra mojada contra la piel, siempre me recuerda al verano en la piscina del pueblo, aquel verano del 98, creo. El agua olía fuerte.
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Gorro, ese látex que se pega al pelo, estirándolo, apretando la cabeza. Veo a mi abuela con su gorro de flores en la playa de Gandía. Un recuerdo un poco borroso.
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Gafas, imprescindibles. El mundo bajo el agua, distorsionado, azulado. Me acuerdo de cuando las perdí en el río Ebro y nunca las encontré. Un drama infantil.
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Chanclas, el cloc cloc constante en el borde de la piscina. Siempre acababan cambiadas o desaparecidas. Un misterio.
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Toalla, esa amiga fiel después del chapuzón, el abrazo cálido (o no tanto) cuando tiemblas de frío. Tengo una toalla vieja de rayas que huele a infancia, a colonia Nenuco y a cloro.
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Mochila, donde cabe todo este universo acuático, a veces con arena, a veces con olor a humedad. La mía, siempre llena de trastos inútiles. Ah, y siempre olvido algo.
¿Por qué los nadadores se ponen grasa?
La grasa. Un tema complejo. Resistencia del agua. Punto. Más energía. Más calorías quemadas. Simple. Pero… ¿quemas más de lo que ingieres? Ahí está el quid. Mi entrenador, Miguel, 2023, lo decía siempre. Equilibrio. Esa es la clave. No se trata solo de nadar.
- Intensidad del entrenamiento. Fundamental.
- Dieta. La base de todo. Sin ella, nada funciona.
- Genética. Un factor —jodidamente— importante. Lo sé por experiencia.
El cuerpo es una máquina compleja, caprichosa. No es cuestión de solo quemar calorías, es mantener un equilibrio metabólico.
La ecuación es simple, pero la realidad… no. A veces, la grasa se acumula aunque nades todos los días. La vida, qué te voy a contar. A veces, ni la mejor planificación te libra de sus juegos.
En mi caso, 2023, aún sigo intentando ajustar la ecuación. Como mucho, duermo poco. Eso influye. Mucho. El estrés también, aunque lo nieguen muchos. Es algo que aprendí a las malas.
Recuerda: El agua genera resistencia. Más esfuerzo, más gasto calórico. Pero… la ingesta es fundamental. Es una cuestión de… control.
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