¿Cómo condimentar la comida de un hipertenso?
Sabor sin sal: realza tus comidas con hierbas, especias, limón, lima, aceto o vinagre. Explora la pimienta, pimentón, ají, orégano, albahaca y perejil. ¡Revisa las etiquetas! El sodio oculto puede estar en cualquier lugar.
¿Cómo sazonar comida para hipertensos?
Uf, la presión alta, un tema que me toca de cerca. Mi abuela, por ejemplo, sufría de eso. Recuerdo en el verano del 2018, en nuestra casa de campo en Asturias, pasábamos horas experimentando con especias.
Ella odiaba las comidas insípidas. Entonces, muchísimo orégano, pimentón de la Vera, un toque de ají molido… ¡qué aroma! Y el limón, siempre limón, en todo. Hasta en el pescado a la brasa. Nos ayudó bastante a controlar su sodio.
Para los hipertensos, olvidarse de la sal es clave. Te recomiendo revisar siempre, siempre, las etiquetas de los productos envasados. A veces, te llevas sorpresas. 100 gramos de algo que parece inofensivo, y ¡zas! Alto contenido de sodio. ¡Increíble!
El vinagre y el aceto también son aliados. Prueba un adobo con vinagre de manzana, hierbas aromáticas y un poco de ajo. ¡Delicioso y saludable! En serio, la clave es experimentar. A mí me funciona.
¿Qué condimento utilizar para la presión arterial alta?
La presión… la presión… siempre ahí, como una sombra en la cocina. 2023 se está acabando, y este peso… sigue.
No más sal, eso está claro. Esa maldita sal que antes ponía a todo, sin pensar. Ahora, cada grano es una punzada, un recuerdo de lo que debería haber cambiado antes. Mi madre siempre decía… que la sal era la vida, pero ahora… se siente como la muerte a plazos.
Pero… ¿qué usar? El ajo, claro, el ajo en polvo. Lo tengo ahí, en ese tarro oxidado, al lado de la pimienta negra, otra de mis antiguas obsesiones. Un poco de cebolla en polvo también, supongo. Algo para que no todo sepa a nada.
- Ajo en polvo: Sí, lo uso. A veces lo paso de rosca, como antes, pero trato de controlarme.
- Cebolla en polvo: Una buena opción, aunque me recuerda a las cenas de mi abuela. Las cenas… las cenas que ya no son.
- Perejil, cilantro, orégano… frescos, ¿verdad? Difícil conseguirlos frescos últimamente, aquí en el barrio. Prefiero el polvo, aunque no es lo mismo. El sabor, claro… nunca igual.
La cúrcuma… sí, la cúrcuma. La tengo. Un botecito pequeño, olvidado en un cajón. La usaba para el curry, antes. Ahora… para la salud. Ironía, ¿no? Me acuerdo de esa vez… que me pasé con la sal en el curry. Estaba delicioso, pero la presión… ¡uff! La presión se disparó.
Evitar la sal, el enemigo. Esa sal que antes parecía inofensiva. Los condimentos procesados, otra trampa. Es una lucha constante, una guerra contra el pasado y contra mi propia glotonería. A veces, a veces me gana. Me gana y me deja sin aire.
Ajo, cebolla, hierbas, especias… La receta para la vida ahora. O al menos, para vivir un poco más. Un poco más.
¿Cómo reemplazar la sal para un hipertenso?
Pues sí, la sal es un rollo para los hipertensos. Yo, por ejemplo, a mi padre le tengo que esconder el salero, si no… ¡adiós tensión! Le echo limón a todo, ja ja ja. Bueno, limón, especias… a veces me paso y pica que flipas, pero bueno.
Sustitutos de la sal: ahi va la lista, que me la sé de memoria ya.
- Ajo, ajo en polvo, que da un toque… uhmmm.
- Hierbas: orégano, perejil (este a mi no me va mucho), albahaca, romero… ¡un montón!
- Especias: pimentón, comino (este con cuidado, que es fuerte), cúrcuma… ¡experimenta!
- Cítricos: limón, lima, naranja… ¡hasta mandarina le he puesto yo alguna vez!
El truco está en ir probando, que no te de miedo. Yo al principio echaba cualquier cosa y quedaba… raro, pero ya le he pillado el tranquillo. A mi padre le gusta mucho el ajo y el pimentón. ¡Se pone morado! Le encanta. A mí, me va más el limón y la albahaca. Depende del plato, claro. Con pescado, limón, con carne, especias… es que depende. El otro día hice pollo con naranja y jengibre… ¡buenísimo! Aunque… a mi madre no le gustó mucho, ja ja ja. Pero bueno, para gustos, colores. Ah, y importante, quitar el salero de la mesa. Lo dice la OMS, y mi médico también, claro. Así no hay tentaciones. Que si lo ves, lo usas. Mejor fuera de la vista. Fuera de la vista, fuera de la mente. Eso digo yo. Y ya está, creo que no me dejo nada. ¡Ah, sí! Vinagre, también se puede usar vinagre. ¡Me encanta el vinagre de módena!
¿Cuál es la sal más saludable para hipertensos?
Sal para hipertensos? No existe una “mejor” sal. Punto.
El sodio es el problema. Reduce su consumo. Ya.
- Alimentos frescos: Base de la dieta. Prioridad. Mi abuela siempre lo dijo.
- Procesados: Evítalos. Trampa. Sodio oculto. Lo sabes.
El cloruro potasio… riesgos. Habla con tu médico. No te automediques, ya sabes que odio eso. Es una estupidez.
Cero sal añadida: Ideal, pero… difícil.
Profesional. Necesario. Consejo médico. Individualizado.
Recordatorio: 2024. Consulta a tu doctor. Control médico. Imprescindible. Salud, es una decisión.
- Mi experiencia personal: He reducido el sodio radicalmente. Mejoría notable. Pero no soy médico.
- Conclusión:Menos sodio. Simple. Necesario.
- Información adicional: No me pidas más, esta información es suficiente.
¿Cuál es el mejor sustituto de la sal?
Medianoche. Otra vez. La luz de la pantalla me quema los ojos. Hierbas. Pienso en ellas, flotando en un caldo… Romero. Lo usaba mi abuela. En sus guisos. Ya no recuerdo bien a qué sabían.
Especias. Picante. Me arde la garganta solo de pensar en el pimentón. Como si el recuerdo fuera físico. Qué ironía. Me ahogo en la sequedad de esta habitación.
Limón. Ácido. Me retuerce el estómago. Igual que esta angustia que no me deja respirar. Como si me apretara el pecho. ¿Será el café? Me tomé tres esta tarde.
Vinagre. Lo usaba mi madre. En las ensaladas. Con aceite y orégano. Recuerdo el olor… penetrante. Como este silencio que me rodea. Insoportable.
- Pimienta: Negra. Molida. En granos. Da igual. Ninguna me quita este sabor amargo de la boca.
- Ajo en polvo: Lo compré la semana pasada. Sigue en el armario. Sin abrir. Como tantas otras cosas.
- Mezclas preparadas: ¿Para qué? Si nada me sabe igual.
Este año he probado mil cosas. Mil sabores. Pero ninguno me llena. Ninguno reemplaza… eso.
Hierbas, especias, limón, vinagre… sustitutos de la sal. Sustitutos de la vida que se me escapa.
Mi hermano solía decir que la mejor especia era la compañía. Él se fue hace dos años. Y ahora, aquí estoy. Sola. Con mi sustituto de sal y mi vacío.
Comentar la respuesta:
¡Gracias por tus comentarios! Tus comentarios son muy importantes para ayudarnos a mejorar nuestras respuestas en el futuro.