¿Por qué cuando tengo hambre no puedo dormir?

¿Por qué, pero por qué, cuando mi estómago ruge no puedo pegar ojo? ¿Les pasa también? A mí me vuelve loca. Es como si mi cuerpo se negara a descansar, ¿no?

Sé que tiene que ver con la leptina, esa hormona de la saciedad. Si baja, ¡adiós sueño! Me acuerdo una vez, estaba de viaje, con un hambre voraz, había comido poquito en todo el día… ¿Dormir? ¡Imposible! Daba vueltas y vueltas en la cama. Terminé en la cocina del hotel a las 3 de la mañana buscando algo, cualquier cosa para comer. Unas galletas olvidadas en el fondo de la mochila me salvaron la vida, ¡literal!

Y es que el cuerpo es sabio, ¿verdad? Prioriza. Si tienes hambre, te activa mecanismos, no sé bien cuáles, pero te activa algo que te impide dormir. Es como si te dijera: “Eh, ¡despierta! Primero la comida, luego el descanso”. Tiene sentido, ¿no? En la prehistoria, con el estómago vacío, no te podías dar el lujo de dormir plácidamente, tenías que buscar algo para comer. Supongo que algo de eso nos queda, aunque ahora tengamos la nevera a dos pasos.

A veces pienso que es un poco cruel, esta lucha interna entre el sueño y el hambre. Sobre todo cuando sabes que tienes comida en casa, pero te da una pereza enorme levantarte a por ella. ¿A alguien más le pasa?