¿La vitamina D aumenta el apetito?

¿La vitamina D aumenta el apetito? ¡Ay, qué pregunta! Me la he hecho yo misma mil veces, sobre todo en esos inviernos oscuros y grises de Madrid, donde el sol parece una leyenda. Recuerdo una época, hace unos años, en la que me sentía constantemente cansada, sin ganas de nada, ¡ni siquiera de mi plato favorito de paella! Tenía una flojera increíble, una apatía que me preocupaba. Y claro, comía poco, muy poco. Y entonces me hicieron las analíticas… ¡y zas! Deficiencia de vitamina D.

La verdad es que, al principio, no le di mucha importancia. Pero la doctora, una mujer majísima, me explicó con paciencia que la vitamina D no es solo para los huesos, que es vital para un montón de cosas, ¡incluso para el apetito! Es increíble cómo influye en el metabolismo y todo el sistema nervioso. Piénsalo, ¿cómo vas a tener ganas de comer si tu cuerpo está luchando contra una carencia? Es como intentar correr una maratón con las zapatillas rotas, ¿no? Imposible.

Recuerdo que al empezar a tomar suplementos de vitamina D, no fue un cambio mágico de la noche a la mañana, eh. No es como en esos anuncios de pastillas milagrosas. Pero poco a poco, empecé a notar una mejora sutil. Más energía, sí, pero también… ¡ganas de comer! De verdad, empecé a disfrutar de la comida de nuevo, ¡a saborearla! Recuerdo lo rica que me supo una simple tortilla francesa después de semanas de comer lo mínimo indispensable.

Dicen que un estudio – creo que leí algo así, aunque ahora no recuerdo la fuente exacta, ¡ay, la memoria! – demostró que un porcentaje bastante alto de personas con falta de vitamina D, tienen problemas con el apetito. Algo así como un 70%, quizá más, aunque no te lo puedo asegurar al 100%. Pero la experiencia personal vale más que mil estudios, ¿no? Y mi experiencia me dice que sí, que la vitamina D tiene algo que ver con el apetito.

Así que, si te sientes sin ganas de comer, cansado, apático… Quizás, sólo quizás, sea una buena idea que te analices. No quiero decir que sea la solución a todos tus problemas, pero… a lo mejor, te ayuda, como me ayudó a mí. Y eso, amiga mía, no tiene precio.