¿Qué beber para mantenerse despierto?

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Para mantenerte despierto sin cafeína:

  • Agua o té de hierbas: Hidratan y mejoran la circulación.
  • Fluidos bajos en calorías: Evitan el bajón energético del azúcar.
  • Alivio de dolores de cabeza: La hidratación contrarresta efectos de la cafeína.
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Uf, ¿qué beber para mantenerse despierto? Esa es la pregunta del millón, ¿no? Yo, a veces, siento que vivo en un estado perpetuo de cansancio. Recuerdo una vez, preparando un examen final… ¡tres días casi sin dormir! Y claro, el café era mi mejor amigo, pero llegaba un punto que ya ni me hacía efecto. Terminaba con el estómago revuelto y más nerviosa que despierta. En fin, aprendí a las malas que hay otras opciones, menos… ¿agresivas?, digamos.

Para mantenerse despierto sin tener que recurrir a la cafeína (que, ojo, a veces un cafecito sí que va bien) lo mejor es pensar en cosas sencillas, ¿sabes? Cosas como…

  • Agua o un té de hierbas: Parece obvio, ¿verdad? Pero es que de verdad funciona. La hidratación es clave. Yo, por ejemplo, antes ni me acordaba de beber agua, y claro, luego me sentía fatal. Ahora siempre tengo una botella a mano. El té de hierbas también es una maravilla, sobre todo si eliges uno con un aroma que te guste. Manzanilla, menta… incluso uno de frutos rojos. Te da esa sensación de calorcito y bienestar, y como que te despeja un poco la mente. Mejora la circulación, dicen… ¡y yo me lo creo!
  • Bebidas bajas en calorías: Ojo con las bebidas azucaradas. Ese subidón de energía dura poco, y después… ¡zas! El bajón. Y es peor que antes. Te lo digo por experiencia. Una vez me tomé un refresco enorme pensando que me daría energía para terminar un proyecto, y acabé durmiendo en el teclado. ¡Literal! Mejor algo ligero, ¿no?
  • Si te duele la cabeza: A veces, dejar la cafeína de golpe te puede dar dolor de cabeza. A mí me pasaba al principio. Y, ¿adivina qué? Más agua. Parece una tontería, pero la hidratación ayuda a contrarrestar los efectos de la abstinencia de cafeína. A mí me funcionó de maravilla.

No sé, son cosas simples, pero funcionan. No son milagrosas, claro, pero te ayudan a mantenerte un poco más despierto sin tener que recurrir a litros de café. Y, al final, se trata de encontrar lo que mejor te funciona a ti, ¿no? A mí, desde luego, estas cosas me han salvado la vida (o al menos, el sueño) en más de una ocasión.