¿Qué pasa si consumo sal marina todos los días?

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"Consumir sal marina diariamente, en pequeñas cantidades, podría fortalecer el sistema inmunitario y ayudar a prevenir resfriados e infecciones gracias a sus nutrientes. Sin embargo, el exceso puede ser perjudicial. Modera su consumo."

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¿Beneficios y riesgos de consumir sal marina diaria?

Ufff, la sal marina… ¡qué lío! Recuerdo el día 15 de julio en la playa de Conil, comprando un kilo (me costó 5 euros) a un pescador, tan gordita y brillante… parecía mágica. Esa sal, creo, me ayudó a sobrellevar un resfriado que me pilló justo después de las vacaciones.

Claro que sí, la sal marina tiene minerales, como el magnesio y el potasio, que ayudan al cuerpo. Dicen que refuerzan las defensas. Eso sí, en poquita cantidad, eh.

Pero… ¡ojo! Mucha sal, aunque sea marina, es muy mala. Subida de tensión, retención de líquidos… lo he vivido en mis propias carnes, hace dos años, cuando me pasé con el aliño de una ensalada. Fue horrible.

En fin, la clave es el equilibrio. Un pellizco en la comida, ni más ni menos. No es una panacea, pero tampoco el demonio. Todo con moderación.

¿Qué pasa si tomo sal marina todos los días?

¡Ay, Dios mío! Sal marina todos los días… ¿Qué locura es esa? Me da dolor de estómago solo de pensarlo.

Mucho sodio es el problema, ¿no? Mi abuela siempre decía que la sal era mala, ¡y mira que la usaba! Aunque ella usaba sal normal, no marina… ¿Habrá diferencia?

Estomago revuelto… náuseas… uff, ¡qué asco!

¿Será que el cuerpo no elimina el sodio rápido lo suficiente? ¡Qué pereza! Tengo que revisar mis análisis de sangre de este año… A ver si tengo el sodio alto. Creo que sí…

  • Malestar estomacal, sí, eso seguro.
  • Problemas digestivos, ¿diarrea? No, eso no lo recuerdo.
  • Presión alta, posiblemente.
    • Lo tengo que mirar en mis notas… Si no me equivoco, el doctor me lo dijo.
  • Retención de líquidos. ¡Uf! Como esas fotos de antes… ¡qué horror!

El sodio en exceso, es un fastidio. A veces me paso con la sal en la comida, pero diario… ¡ni de coña! Eso sí que es una locura.

¿Y la sal marina es diferente? ¿Más dañina? Tengo que buscarlo…

Tengo una cita con la doctora en Noviembre, voy a preguntarle a ella. Mejor prevenir que curar.

¡Ay, qué sed tengo ahora! Voy a beber agua… Agua sin sal, ¡claro!

¿Qué beneficios tiene consumir sal marina?

Beneficios de la sal marina (no refinada): Drenaje de toxinas. Vitalidad. Función renal. Mejora sexual. Huesos y pelo fuertes. Digestión (jugo gástrico).

  • Minerales: A diferencia de la refinada, la marina conserva magnesio, potasio, calcio… Esenciales. Yo, personalmente, noto la diferencia en el sabor, más intenso. Me gusta en pescados.

  • Hidratación: Equilibrio electrolítico. Fundamental para mí, entreno a diario. Deshidratarse es fácil, repón sales. Evita calambres.

  • Precaución: Moderación. El exceso de sodio, sea marino o no, es perjudicial. Recuerda. Yo no supero 5g al día. Hipertensión, un riesgo real.

    Este año he reducido bastante el consumo de sal refinada, sustituyéndola en la cocina por sal marina. Me gusta la de Cuyutlán, Colima. La recolectan de forma artesanal. Sabor a mar. Otra opción, sal rosa del Himalaya, rica en hierro. La uso menos. Demasiado “de moda” para mi gusto.

¿Qué tan saludable es la sal de mar?

Sal marina: Ni elixir, ni veneno.

  • Minerales vestigiales: Oligoelementos, sí, pero en cantidades triviales. No esperes milagros.
  • Presión arterial: Reducir sodio, clave. Tipo de sal, irrelevante.
  • Hidratación: El agua hidrata, no la sal. El equilibrio es la meta.
  • Huesos: Calcio, vitamina D, ejercicio. Olvida atajos salados.

Más allá de la etiqueta:

  • Origen importa: No toda sal marina es igual. Investiga.
  • Cantidad: Moderación. Punto.
  • Alternativas: Sal kosher, sal rosa del Himalaya… El marketing es astuto.

Añadir sal de mar a la tortilla francesa de los domingos no te hará vivir más. En mi caso, prefiero la flor de sal de Guérande. Manías.

¿Cuánto consumir de sal marina?

¡Madre mía, cinco gramitos de sal al día! ¿En serio? ¡Eso es menos que la alegría que siento al ver un meme de gatitos! La OMS dice que es como echarle sal a una hormiga para evitar problemas del corazón. ¡Qué drama!

¿Sal marina? ¡Máximo 5 gramos al día! Piensa que es como racionar el confeti en una fiesta seria. ¡No te pases!

  • La sal, esa joya escondida: Dicen que menos sal = menos tensión. Yo creo que menos sal = menos sabor, ¡pero quién soy yo para llevarle la contraria a la OMS!

  • ¿5 gramos? ¡Eso cabe en la uña del meñique! Bueno, quizá exagero un poco, pero ya me entiendes.

  • Mi abuela decía: “Más vale un susto en el paladar que un infarto”. ¡Igual la abuela no tenía razón, pero así cocinaba ella!

¡Ojo al dato! Si te pasas de sal, prepárate para beber agua como si no hubiera mañana. ¡Y puede que tu tensión suba más que mis ganas de ir al gimnasio un lunes!

Truco extra: La sal marina es “más sana” porque viene del mar, ¿no? ¡Pues claro! Como si las olas hicieran magia para quitarle lo malo. ¡Yo ya no sé ni lo que me creo!

Un consejo personal: Si estás a dieta de sal, ¡anímate! Al menos te sentirás súper sano, aunque tu comida sepa a cartón. ¡Todo sea por la salud, caramba! Este año intentaré echarle menos sal al gazpacho, ¡a ver si sobrevivo!

¿Qué propiedades curativas tiene la sal de mar?

¡Ay, la sal del mar! Recuerdo ese viaje a Cabo de Palos en julio de 2024, el sol pegando fuerte, la arena quemando los pies. Ese día, me quemé horriblemente, ¡una quemadura de sol espantosa!

Me ardía la piel como mil agujas. Mi abuela, sabia como pocas, me dijo: la sal del mar es buena para eso. Me hizo un cataplasma con agua de mar y sal gruesa, aquella sal que se queda en el fondo de los recipientes. Sentí un alivio inmediato, un frescor que me recorrió la espalda.

La inflamación bajó muchísimo. ¡Increíble! No fue mágico, pero sí efectivo. Claro que luego fui al médico, y me recomendó cremas, y tal…pero esa sensación de alivio con la sal, ¡lo recuerdo perfecto! A veces pienso, ¿será placebo? Quizá parte sí. Pero la verdad, me ayudó mucho.

Además, mi abuela siempre me contó que la sal del mar ayuda a…

  • Eliminar la acidez. Ella usaba agua salada para enjuagarse la boca después de las comidas pesadas, eso decía.
  • Prevenir calambres. ¡Qué raro que recuerde esto! Siempre decía que era mejor añadir una pizca a las ensaladas.
  • Es buena para las anginas! Garagateos con agua salada templada.
  • A fortalecer los músculos también lo decía, pero eso ya es más difícil de confirmar. Es lo que ella decía, vaya.

Pero ojo, solo agua de mar limpia, eh. De la que se coge lejos de la orilla, y sin contaminantes. ¡La de la playa de Cabo de Palos era preciosa! Agua cristalina.

¡Ay, qué nostalgia me ha dado! El olor a sal, el viento… Y la sensación de alivio en mi piel quemada. Algo tan sencillo y tan efectivo. Que la ciencia lo avale o no, en mi caso, funcionó.

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