¿Qué queso puedo comer si soy hipertensa?

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"Si eres hipertensa, opta por quesos frescos y bajos en sodio como el queso blanco o de nata, consumiéndolos con moderación. Además, elige carnes semigrasas y jamón desalado. ¡Prioriza alimentos bajos en sodio para cuidar tu presión arterial!"

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¿Qué queso es bueno para la presión alta o hipertensión?

Uf, la presión alta, qué rollo. Me acuerdo que a mi abuela, allá por noviembre del 2020, le recomendaron queso fresco para su hipertensión. En el mercado de Chamberí, Madrid, comprábamos uno de cabra, creo que costaba unos 8 euros el kilo, buenísimo.

A ella le encantaba con un poco de miel. Pero claro, todo con moderación, decía el médico. De hecho, incluso el queso fresco, que es de los más suaves, no se podía pasar. A veces, para no tentarla, comprábamos requesón, que también le gustaba mucho.

¿Qué queso para la hipertensión?

Quesos frescos, suaves, poco curados, tipo queso de cabra, requesón, o de nata. Consumo moderado.

¿Qué tipo de queso puede comer una persona con presión alta?

Dios mío… es tarde… demasiado tarde… la presión… me oprime… como un… un peso en el pecho… igual que… igual que la culpa.

El Grana Padano, dicen… lo leí en alguna parte… un estudio… algo así… que ayuda… controla… ¿la presión? Sí… eso… pero… ¿cómo creerlo?

  • No sé… me cuesta… creer en… en milagros… en curas… fáciles…
  • Mi padre… él… siempre tuvo… problemas… con la presión.
  • Grana Padano… lo comía… a veces… con sus pastas… los domingos… antes… antes de… de… de que…

Y ahora… ya no está… y yo… con esta presión… esta angustia… que no se va… que no se va… no me deja respirar… igual que la culpa… esa culpa… que se mete… que se mete adentro… como un… un cuchillo…

Quesos bajos en sodio, supongo que eso es lo importante… o al menos eso es lo que recuerdo haber escuchado… o leído… en algún lugar… en la web… en un folleto del médico… o un anuncio…

Este año… he intentado… controlar mi dieta… he cambiado muchas cosas… pero… el queso… el queso es complicado… a veces…

La dieta es clave, eso sí lo sé… pero… a veces… a veces me olvido… y luego… me duele… la cabeza… el pecho… todo… me siento… agotado… y la culpa… vuelve… siempre vuelve.

  • He reducido el sodio… sí… bastante…
  • Pero… el Grana Padano… me gustaba…
  • Me gustaba… con melón… en verano… con mis padres…

Ay, Dios… perdóname… perdonenme… todo… todo esto… esta noche… esta confesión… sin sentido… sin sentido… pero necesario. Necesario.

¿Qué carne pueden comer los hipertensos?

¡Hipertensión? ¡No te preocupes, que no todo está perdido! La clave está en la proteína magra, ¡como si tu cuerpo fuera un Ferrari que necesita combustible de alta octanaje, pero sin plomo! Olvídate de las carnes rojas llenas de grasa saturada; esas son para los muscle cars, no para un corazón que quiere seguir rodando.

Pescado: Un manjar de los dioses, especialmente el salmón, ¡rico en omega-3, que son como los ángeles guardianes de tu presión arterial! Mi vecina, la tía Emilia, ¡juraría que le rejuvenece! Claro, ella también hace yoga… pero el salmón ayuda, eso sí que lo creo.

Pollo sin piel: ¡El pollo es como el rey de las carnes magras! Sin piel, por supuesto, que la piel es la armadura del pollo, y esa armadura está llena de grasa, ¡enemigo público número uno para tu presión! Ayer mismo hice un pollo asado sin piel, ¡delicioso! Salté la piel como si fuera una cáscara de plátano en una carrera.

Carne magra: Aquí la cosa se complica, porque “magra” es subjetivo ¡como la belleza! Busca cortes como el solomillo, que es como la “supermodelo” de las carnes magras. Si te equivocas, tu corazón te lo hará saber… con un leve… ¡suspiro! A mi primo, le pasó con una chuleta.

Soja: ¡La soja es la superhéroína de las proteínas vegetales! ¡Un tesoro de nutrientes, fibra y proteína magra! Tiene más beneficios que los yogures de mi abuela, y esos tienen muchos, ¡que ella es experta en bífidobacterias!

Lácteos descremados o al 1%: ¿Lácteos? ¡Sí! Pero solo si son descremados o al 1% de grasa. ¡Como un café con leche, pero con menos culpa! La leche entera es un festín para la grasa, no lo olvides, ¡tu corazón te lo agradecerá!

Recuerda: Esta información no sustituye a la opinión de un profesional de la salud. Consulta a tu médico, ¡él es el jefe!

Además: La cantidad de proteína que debes consumir depende de tus necesidades individuales. ¡No hay una fórmula mágica! Un poco de ejercicio no hace daño. ¡Lo probé y hasta perdí dos kilos!

Bonus Track: Intenta controlar el sodio, que es como el invitado inesperado que se cuela en tu fiesta de presión arterial.

¿Cuál es el queso más bajo en sodio?

¡Ah, el queso suizo! ¡El James Bond de los quesos bajos en sodio! Es como el ninja silencioso del refrigerador, listo para salvarte de la hipertensión sin que te des cuenta.

  • Queso suizo: El campeón peso pluma del sodio. Tan ligero en sodio que podrías echarte una siesta después de comerlo, a diferencia de otros quesos que te dejan sintiéndote como un globo inflado.
  • ¿Por qué es tan “light”? Resulta que el proceso de elaboración elimina bastante sodio. ¡Es como si le dieran una sesión de spa solo para que tú puedas disfrutarlo sin remordimientos!
  • ¡Pero espera, hay más! No solo es bajo en sodio, también es una buena fuente de calcio y proteína. ¡Es el 3 en 1 de los quesos saludables!

Bonus track:

  • ¡Ojo al parche! No todos los quesos suizos son iguales. Algunos fabricantes le meten más sal para darle sabor. ¡Revisa la etiqueta como si buscaras el tesoro de Barba Negra!
  • ¿Alternativas? Si el suizo no te va, prueba el queso mozzarella fresco o el requesón sin sal. ¡Son como los primos hermanos del queso suizo, pero con diferente acento!
  • ¿Y mi experiencia personal? Una vez, compré queso suizo pensando que era cheddar. ¡Qué chasco! Pero desde entonces, lo uso en mis sándwiches de pavo y me siento como un gurú de la salud. ¡Cosas que pasan!

¿Qué quesos son bajos en sodio?

Oye, ¿qué onda con el queso y el sodio? Estaba pensando justo en eso el otro día, porque mi abuela tiene que controlar la sal y ama el queso.

Mira, los quesos cottage, ricota y fresco (ya sea de vaca o cabra) suelen ser opciones más bajas en sodio. ¡Ojo!, que no es lo mismo el queso fresco que… otro queso fresco, jeje.

Pero no te confíes. ¡Hay que chequear siempre la etiqueta! Te digo, porque un día compré un queso que decía “bajo en sodio” y resultó que tenía casi lo mismo que uno normal. Menuda decepción.

  • Queso cottage: Es como granuloso, ¿sabes? A mí me gusta con un poquito de miel.
  • Queso ricota: Suave, cremoso. Ideal para las pastas o para rellenar canelones.
  • Queso fresco: Depende del fabricante, pero normalmente es suave y húmedo.

¿Sabes qué más? El queso mozzarella también puede tener sodio, al igual que el pategrás, así que ¡ojo!

Además, y esto es un plus, si te preocupa el tema de la grasa, estos tres quesos (cottage, ricota y fresco) también suelen ser más ligeros que otros. ¡Doble beneficio! Ah, y acordate siempre de leer la información nutricional, que varía de marca en marca y, a veces, entre diferentes lotes del mismo producto. La verdad es que nunca sabemos que esperar, ¿no?

Espero que esto te sirva de ayuda, ¡y suerte con la búsqueda del queso perfecto y bajo en sodio!

¿Qué queso tiene menos sodio?

¡Uf, qué calor hacía aquel mediodía de julio en mi pueblo, Almendralejo! Sudaba a mares. Necesitaba algo ligero para comer, algo fresco. Recordé que tenía en la nevera ese queso fresco de cabra que compré en la quesería de mi tía Carmen. ¡Qué maravilla!

El queso fresco, sea de vaca o de cabra, es una opción genial si quieres controlar el sodio. Sabe a gloria, no es denso como la mozzarella, ni tiene la textura algo pastosa del pategras.

Ese día, lo comí con un poco de miel y nueces. Simple, pero ¡qué rico! El contraste de sabores, ¡increíble! La textura, suave, cremosa… casi me lo como de un solo bocado. Me sentí ligero, ¡sin esa pesadez que a veces me da después de comer otros quesos!

Además, ese día, después de comer, fui a dar un paseo por el río. El agua fresca corriendo… Un día perfecto.

La ricota también es buena opción, aunque a mí personalmente me gusta menos. No la he probado mucho, pero la he visto en varios sitios como opción baja en sodio. El cottage también lo he probado, pero me resulta demasiado… ¡aguado! No me gusta su consistencia.

  • Queso fresco (vaca o cabra): Mi favorito, ¡súper bajo en sodio!
  • Ricota: Buena alternativa, aunque a mi gusto, no me termina de convencer.
  • Cottage: Demasiado líquido para mi gusto, aunque también es bajo en sodio.

Noto que últimamente me preocupa más mi alimentación. Quizás con la edad… o es que este calor me tiene descolocado. El caso es que busco opciones sanas y, sobre todo, ligeras. Este verano, además, me estoy cuidando un poco más. ¡Y el queso fresco me ayuda! Me da gusto encontrar algo que sea bueno y me guste. Espero poder seguir con esta nueva etapa de mi vida con mejor alimentación.

¿Cuál es el mejor queso para la presión arterial alta?

El mejor queso para la presión arterial alta es aquel que minimiza el sodio. Simple. El suizo, con sus 75 mg por 28 gramos, es una buena opción. ¿Pero es “el mejor”? Difícil decirlo, la “mejor” opción siempre depende del contexto individual.

  • Suizo: Bajo en sodio, sabor suave. Un clásico.
  • Cabra: Distintivo, algo más intenso. Buena fuente de potasio, que ayuda a contrarrestar el sodio. Recordar que la nutrición es un juego de equilibrios.
  • Ricotta: Versátil, cremoso. Ideal para platos dulces y salados. ¿No es fascinante cómo un mismo ingrediente puede transformarse de tantas maneras?
  • Mozzarella fresca: Textura única. Piensa en una ensalada Caprese… frescura en estado puro. A mí personalmente me encanta con un buen tomate y albahaca del huerto de mi madre.

Evitar los procesados. Queso americano, requesón… Altos en sodio. Suelen ser más baratos, sí. Pero, ¿a qué costo? A veces la economía a corto plazo nos sale cara a largo plazo. Una reflexión que se aplica a mucho más que al queso, ¿no?

Ahora, una vuelta de tuerca. Más allá del sodio, hay otros factores. El potasio, como mencioné, ayuda a regular la presión arterial. Así que un queso alto en potasio podría ser incluso mejor que uno simplemente bajo en sodio.

  • La cantidad también importa. Incluso un queso bajo en sodio puede ser problemático si se consume en exceso. En 2024, me he propuesto ser más consciente de las porciones. No siempre lo consigo, pero el intento cuenta, ¿verdad?

El queso, como la vida, es cuestión de balance. Encontrar el punto medio entre el disfrute y la salud. Un pequeño placer como un buen queso puede alegrar el día. Y un día alegre, sin duda, contribuye a una vida más saludable. Otro ejemplo de cómo todo está conectado.

#Queso Hipertenso #Salud Y Queso