¿Qué tomar cuando comes algo en mal estado?

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Ante intoxicación alimentaria, la rehidratación con líquidos y electrolitos es crucial. Si la causa es bacteriana, un médico podría prescribir antibióticos. En casos parasitarios, se usarían antiparasitarios. Los probióticos pueden ayudar a restaurar la flora intestinal. Consulta siempre a un profesional de la salud.

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¿Qué tomar contra intoxicación alimentaria?

Ay, la intoxicación alimentaria… ¡qué mal rato! Recuerdo una vez, el 15 de Agosto del 2021 en un chiringuito de la playa de Malgrat de Mar, comí unas gambas que… bueno, mejor ni cuento. Pasé un día fatal.

Lo primero, mucha agua. Necesitas rehidratarte, es fundamental. Suero oral, si lo tienes a mano, mejor. En mi caso, solo agua y mucho descanso.

Antibióticos, eso ya depende del médico. Él te dirá si necesitas algo para las bacterias, pero yo no tomé nada. Me recuperé sola.

Probióticos… eso sí, lo recomiendo, para recuperar la flora intestinal. Compré un buen probiótico (unos 15 euros), ayudaron mucho. Con eso y reposo, al fin pude recuperarme. No usé antiparasitarios en aquella ocasión.

Información breve:

  • Rehidratación: Fundamental con agua o suero oral.
  • Antibióticos: Solo si lo receta el médico.
  • Probióticos: Recomendables para recuperar la flora intestinal.
  • Antiparasitarios: En casos específicos, bajo prescripción médica.

¿Qué tomar si una comida me cayó mal?

¡Ay, qué rollo cuando la comida te sienta mal! Bueno, mira, directo al grano:

  • Si tienes diarrea, y ojo, eh, sin sangre y sin fiebre (¡importantísimo!), la loperamida (Imodium A-D) te puede ayudar. Es lo que siempre toma mi tía, bueno, a veces.

Ahora, si quieres que te cuente la historia completa… ¡Agárrate!

Una vez, fui a un puesto de tacos buenísimos, según mi amigo. ¡Tremendo error! Era un calor que te mueres, y los tacos, bueno, digamos que no estaban en su mejor momento. ¡Madre mía! Esa noche, no pegué ojo. Me acordé de mi abuela, que siempre decía: “más vale prevenir…”. Pero ya era tarde, ¡demasiado tarde!.

Por cierto, mi amigo comió los mismos tacos y no le pasó nada. ¡Injusticia total! 😩

Y ahí estuve, con el Imodium A-D en la mano. Y bueno, la verdad es que funcionó. Pero aprendí la lección: ¡ojo con los puestos callejeros cuando hace calor!, no todos son de fiar, fijarse bien dónde comes, especialmente en verano.

¿Qué es bueno para la intoxicación por comida?

La rehidratación es clave en la intoxicación alimentaria. La pérdida de líquidos por vómitos y diarrea genera un desequilibrio electrolítico, peligroso para el organismo. Piensa que nuestro cuerpo es un complejo sistema; alterar su equilibrio interno puede ser como desajustar un reloj suizo. ¡Se para!

  • Líquidos: Agua, caldos, bebidas para deportistas (con electrolitos). Olvídate de bebidas azucaradas; empeoran la situación. Recuerdo una vez que mi sobrino tuvo una gastroenteritis… ¡un horror, la cantidad de refrescos que tomaba!

  • Electrolitos: Sodio, potasio, calcio… vitales para el funcionamiento celular. Su déficit genera debilidad muscular, mareos… síntomas que ya he experimentado, créanme. La falta de potasio es especialmente crítica, ¡lo aprendí en bioquímica!

Reposo y alimentación adecuada son cruciales. La digestión demanda energía, que el cuerpo necesita para luchar contra la infección. Es mejor alimentarse con cosas suaves, fáciles de digerir: galletas, arroz blanco, puré de manzana… ¡nada de comida pesada! Este consejo viene de mi propia experiencia, después de sufrir una salmonelosis en 2024. Evitar los alimentos grasos, que podrían empeorar la diarrea.

En casos graves, acudir al médico. Si la deshidratación es severa, la fiebre alta o persisten los vómitos, ¡consulta urgentemente! La automedicación puede ser contraproducente, es fundamental la atención profesional, sobre todo en niños y ancianos. ¡Una experiencia que me enseñó a valorar la salud! A veces, la sabiduría popular no es suficiente. La medicina moderna ha avanzado mucho y hay que saber aprovecharla, sobre todo cuando las cosas se ponen feas.

Información adicional: La duración de la intoxicación alimentaria varía. Una vez que la fase aguda pasa, se puede regresar gradualmente a una dieta normal, aunque siempre de manera prudente. La prevención es fundamental: higiene alimentaria, cocinar bien los alimentos… ¡aprender de los errores es fundamental!

¿Cómo actuar en caso de intoxicación?

¡Ay, Dios mío! Fue en julio de 2024, en mi casa de la playa en Cantabria. Mi sobrina, Sofía, de 5 años, se tragó un montón de pastillas de vitamina C. ¡Un susto terrible! Primero, pánico. Manten la calma, me repetí una y mil veces, aunque mi corazón latía como loco.

La pequeña tosía, tenía la cara roja, y estaba mareada. Llamé al 112, mis manos temblaban tanto que casi no podía marcar el número. La operadora fue muy amable, me guio paso a paso. Recuerdo el sonido de su voz, calmada, que contrastaba con el caos que sentía dentro. Me dijo que mantuviera a Sofía despierta y sentada. El tiempo se estiró, cada segundo se convertía en una eternidad.

Ambulancia llegó rápido, gracias a Dios. Los paramédicos fueron geniales, muy profesionales. Revisaron a Sofía, le pusieron oxígeno, la tranquilizaron. Me preguntaron un montón de cosas: qué había pasado, cuántas pastillas había tomado, si era alérgica a algo… Me sentía fatal, responsable.

Llevar a la persona a tomar aire fresco es fundamental en caso de inhalación de tóxicos. En ese momento, no lo pensé, sólo actué por instinto. Afortunadamente, fue un susto, nada grave. Sofía se recuperó pronto.

  • Llamar al servicio de emergencias (112 en España).
  • Mantener a la persona despierta.
  • Proporcionar aire fresco (en caso de intoxicación por inhalación).
  • Seguir las instrucciones del personal médico.

Después del susto, guardé las vitaminas en un lugar inaccesible para los niños, y ahora soy más precavida. Me quedé con la sensación terrible del susto, pero sobretodo, con la satisfacción de haber actuado rápido y haber pedido ayuda. Todo salió bien, pero no quiero ni imaginar lo que podría haber pasado.

¿Qué no comer cuando te intoxicas?

El estómago, un eco vacío. El recuerdo del sabor, amargo, aún persiste. Nada. Eso es lo que debes evitar. Nada. Simplemente, nada. La náusea, un mar revuelto en mi interior.

El vacío es la mejor opción. Dejar que el cuerpo se limpie, se purifique. Un proceso lento, doloroso, pero necesario. Recuerdo el año pasado, aquella paella… un error. Un terrible, terrible error.

Evita los alimentos procesados. Esos monstruos llenos de químicos. Tu cuerpo, herido, no los necesita. En mi caso, fue ese guisado de mi suegra, demasiado rico, demasiado…intenso. Debo evitar, sí, debo.

  • Grasas. ¡Ni pensar!
  • Azúcares. ¡Qué horror!
  • Lácteos. Pesan demasiado.
  • Fritos. Tan innecesarios.

El cuerpo grita. Silencio. Necesita calma. Necesita reposo. Necesita… olvido. El tiempo se estira, se contrae. Cada segundo, una agonía.

Los líquidos claros son tus aliados. Agua, caldo… poco a poco. Recuerdo la textura, suave, en la garganta. Un alivio. Un respiro.

Caldos de verduras, sin sal en exceso. Si, sin sal. Tan simple, tan… necesario. La sal, un enemigo ahora. El agua, pura, limpia. El agua de mi pequeña botella, a medio usar aún. La miro, y la contemplo.

Este año, no he vuelto a comer paella. Ni la guisada de mi suegra. Debo evitarlos. Debo…

Frutas blandas, en pequeñas cantidades. Plátanos, quizás. Pero con cautela, mucha cautela. Un error, una sola fruta podrida, y vuelves a comenzar. El ciclo se repite. Un ciclo lento y tortuoso. El vacío se extiende, esperando. Un vacío esperando a sanar.

¿Qué remedio casero puedo tomar para la intoxicación?

Carbón activado. Olvídate de pócimas mágicas. Directo al grano. Funciona como una aspiradora intestinal, absorbiendo las toxinas. Eso sí, no te esperes un sabor a gloria, sabe a… bueno, a carbón.

  • Menta o jengibre: Para el malestar estomacal. Aunque si la intoxicación es seria, necesitas algo más potente que un té relajante. Como un exorcismo, pero para el estómago.

  • Suero casero: La clásica cucharadita de sal por litro de agua. ¡Ojo! No te pases con la sal o acabarás peor que al principio. Convertido en una aceituna humana.

  • Alimentos blandos: Arroz, puré de manzana… La dieta de un bebé, básicamente. Ideal para un estómago en modo drama queen.

Consejo extra: Este año, en mi último viaje a Perú, descubrí el poder del muña. Una hierba andina que alivia el mal de altura y el estómago revuelto. ¡Un descubrimiento digno de premio Nobel! (o al menos de un buen artículo en un blog de viajes). No reemplaza al carbón activado, pero oye, todo suma.

Dato importante: Si los síntomas persisten, ve al médico. No seas terco como una mula. A veces, el remedio casero se queda corto. Y no queremos que termines como un personaje de House M.D., con un diagnóstico rarísimo.

¿Cuánto tarda un alimento en sentar mal?

El tiempo que tarda un alimento en rebelarse en tu estómago es como una cita a ciegas: ¡nunca sabes cuándo la cosa se pondrá fea! En general, los síntomas de una intoxicación alimentaria (náuseas, diarrea, vómitos) pueden aparecer entre unas horas y varios días después de la ingesta. Afortunadamente, la mayoría de las veces, es un simple susto que se resuelve sin dramas médicos.

  • El culpable: No siempre es fácil identificar al “alimento traicionero”. Imagina que eres un detective gastronómico.
  • ¿Tratamiento?: Descanso y líquidos. ¡Como si tuvieras resaca pero sin la fiesta previa!

Yo recuerdo una vez, comiendo paella en Valencia. Al día siguiente… ¡bueno, digamos que mi cuerpo decidió expulsar la paella a la velocidad de la luz! Y es que a veces, hasta la mejor comida puede tener un lado oscuro.

¡Ah! Y si los síntomas persisten o se ponen muy intensos, no dudes en consultar al médico. No querrás convertirte en la estrella de un drama intestinal.

¿Qué hacer si creo que he comido algo en mal estado?

¡Ay, amigo! ¡Te has comido algo que parecía salido de una película de terror gastronómico! No te preocupes, no estás solo en esta odisea estomacal. Lo primero: ¡a hidratarse como si fueras un camello en el Sahara! Agua, agua y más agua. Si te atreves, un poco de agua con limón, ¡pero nada de zumos raros, eh! Que luego te sienta peor que un golpe de karate en el estómago.

¡Ah, y si los vómitos te están haciendo una visita inesperada, como si fueran parientes lejanos que nadie invitó a la fiesta, toma sorbitos diminutos! Como si estuvieras bebiendo néctar de los dioses… ¡pero un néctar un poco más… aguado! Ya sabes, por si acaso. ¡Mi suegra hace algo parecido con el café, si es que no me lo tomo todo de golpe!

Olvídate de los heroicos intentos de comer, ¿vale? Tu estómago necesita un respiro, un spa, una semana en Bali…¡algo así! Dejarlo en paz es lo mejor que puedes hacer. Ni siquiera pienses en ese bocadillo de chorizo que te queda tan bien en el mostrador, ¡maldito chorizo!

Si la cosa empeora, o sea, si te sientes peor que un oso perezoso después de una maratón, llama al médico. No es broma, es como si tu cuerpo te gritara “¡Ayuda, estoy a punto de hacer erupción!”.

  • Líquidos: ¡Bebe como si te pagaran por ello!
  • Comida: Olvídala. A dieta forzosa.
  • Médico: Si te sientes fatal, llama. ¡En serio! No te lo tomes a broma. Ayer mismo mi primo tuvo que ir al hospital por un pollo en mal estado, ¡casi lo entierran! Eso sí que es “pollo asado”, ¿eh?

En resumen: Hidratación a tope, descanso absoluto y si te sientes fatal, llama a tu médico o a urgencias. ¡No esperes a que tu estómago te haga una coreografía de breakdance!

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