¿Cómo saber si una comida me hizo daño?

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"Sospecha de intoxicación alimentaria si experimentas malestar estomacal, vómitos, diarrea, dolor abdominal o fiebre después de comer. Heces con sangre requieren atención médica inmediata. Busca ayuda profesional si los síntomas persisten o empeoran."

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¿Me sentó mal la comida? Síntomas y qué hacer

Uf, ¿comida mala? A mí me pasó en Valencia, el 15 de julio. Comí paella en un puestecito cerca de la playa, creo que costó 12€. Me dio un dolor de estómago… horrible.

Luego, diarrea. No, no sangre, por suerte. Pero fatal, estuve en el baño toda la tarde. Creo que vomité una vez, no estoy seguro, estaba bastante mareado.

Fiebre no tuve, pero sí dolor de cabeza. Mucho, como si me hubieran dado con un martillo. Vamos, un desastre el día de playa. Me quedé en el hotel, hecho polvo.

Preguntas y Respuestas

¿Síntomas de intoxicación alimentaria? Malestar estomacal, vómitos, diarrea (puede haber sangre), dolor de estómago, fiebre y dolor de cabeza.

¿Cuánto tiempo tarda en hacer daño la comida?

¡Ay, madre mía, la comida traicionera! Pues mira, depende de la bacteria revoltosa que te haya tocado. Pero, a groso modo, si hablamos de las intoxicaciones más típicas, prepárate para sentir el subidón (de asco) entre 2 y 6 horitas después de zamparte el plato maldito. Es como un ‘fast pass’ al baño, ¡pero sin la emoción!

¿2-6 horas? ¡Eso es menos que un culebrón venezolano! Y te digo, ¡a mí me ha pasado! Una vez me comí unas croquetas que parecían tener más años que Matusalén, y a las 4 horas estaba abrazado al retrete como si fuera mi mejor amigo. ¡Qué nochecita!

Aquí te va un mini-manual de supervivencia gastrointestinal, ¡más útil que un paraguas en el desierto!:

  • La Salmonella, esa clásica, puede tardar entre 6 horas y ¡6 días! en dar la cara. ¡Más indecisa que yo eligiendo qué serie ver!
  • El E. coli, otro invitado no deseado, también se toma su tiempo: de 1 a 10 días. ¡Casi te da tiempo a olvidarte de la comida antes de que te ataque!
  • El Norovirus, el rey de los cruceros (por algo será), es rapidito: de 12 a 48 horas. ¡Más eficaz que un repartidor de pizza!
  • El estafilococo áureo, ese sí que es un ‘fast food’ a nivel de intoxicación: ¡de 30 minutos a 8 horas! ¡Más rápido que un rayo!

Recuerda, ¡más vale prevenir que curar! Lava bien los alimentos, cocina la carne como si no hubiera un mañana y, sobre todo, ¡confía en tu instinto! Si algo huele raro, ¡no te lo comas ni aunque te paguen! ¡Tu estómago te lo agradecerá!

¿Cómo saber si la comida estaba en mal estado?

¡Uf! Malas experiencias con comida en mal estado, sí que he tenido… Recuerdo una vez, en 2024, un salmón… ¡qué asco! Olor a… ¡ay Dios! Mejor no sigo.

Olor es clave, ¿eh? Como el salmón ese. Pero, ¿cómo saberlo con seguridad? A ver…

  • Verduras y frutas: blandurrias, manchas raras, como moradas o negras. Deberían estar firmes, ¿no? Las mías del huerto este año, perfectas. ¿O no? ¡Ay! Me estoy desviando.

  • Carnes: color raro, ¿grisáceo? ¡No! Un rojo intenso o rosado, depende. ¡Qué asco la carne oscura! Recuerdo un pollo… ¡qué mal olor! El frigo estaba fatal, necesitaba limpieza…

  • Pescado: ¡Ojos hundidos! ¡Eso es primordial! Escamas… Si se despegan fácil… ¡mala señal! El pescado de mi suegra… ¡casi me mata!

¡Ay, qué asco todo esto! ¿Habrá alguna app para saberlo? Necesito algo así.

Textura, importante también. Blandurria, pegajosa… ¡No! Tiene que estar firme, crujiente incluso, según el alimento.

Fecha de caducidad, claro. Aunque a veces… ¿es fiable? ¿Es fiable la fecha de caducidad? Mi madre siempre decía… ¡olvídalo! ¡Fíjate en el olor y el aspecto! ¡Y en la textura! Ya está, tres cosas clave… creo.

  • Fecha de caducidad: Comprobar siempre, pero no es infalible.
  • Aspecto: Color y textura.
  • Olor: Muy importante. Un olor fuerte y desagradable indica que la comida está mala.

¿Qué no comer cuando te intoxicas?

¡Ay, madre mía, que mal cuerpo! Cuando te da una intoxicación alimentaria, ¡es como si tu estómago hiciera una fiesta rave con bichos microscópicos y el resultado es un desastre épico! Olvídate de:

  • Comida pesada: ¡ni se te ocurra! Como si fueras a correr una maratón con el estómago hecho un guiñapo. Ese pollo asado que te hacía ojitos, mejor que lo mire tu perro.
  • Comida grasosa: ¡Ni pensar! Es como echarle gasolina a un incendio estomacal. Adiós, hamburguesas, adiós patatas fritas… ¡adiós a mi felicidad!
  • Lácteos: ¡Que no, que no! Leche, yogur, queso… imagínate eso fermentando en tu ya delicado ecosistema intestinal. Es una catástrofe de proporciones bíblicas, créeme que lo se por experiencia propia.
  • Azúcar: Ni siquiera un trocito de esa deliciosa tarta de cumpleaños de mi abuela. El azúcar es como si le echaras azúcar al fuego, ¡más energía para los bichos! ¡Menudo festival de bacterias!

Lo mejor es el caldo de pollo, sí, como de abuela. Simple, ligerito, ¡un bálsamo para tu pobre estómago! Y sí, ¡agua a montones! ¡Como si fueras un camello en el Sahara! ¡También plátano! Eso sí, con moderación, eh, que no quiero que tengas una sobredosis de potasio.

¡Ah! Y mi vecina, la Carmen, jura que un té de manzanilla con miel la salva siempre. Eso sí, ¡miel natural, eh! Nada de esas mieles con más azúcar que miel.

En resumen: nada graso, nada pesado, nada que fermente. Caldo de pollo, agua, y si te sientes valiente, un plátano. Y si eres como mi vecina la Carmen, ¡manzanilla con miel!

Dato extra: Recuerda que, si la cosa se pone fea (vómitos fuertes, diarrea persistente, fiebre alta), ¡al médico, que no se trata de una simple fiesta estomacal! Es broma, pero en serio. En 2024, tuve un susto increíble con una intoxicación, ¡casi llamo a un exorcista! No te confíes.

¿Qué fruta se puede comer cuando estás intoxicado?

¡Ay, Dios mío, qué mal cuerpo! Plátano, sí, plátano… Eso sí que lo recuerdo de la vez que mi sobrino, el pequeño Alex, se tragó medio bote de pintura, ¡qué susto! El médico, un tipo super majo, dijo que plátano. ¡Qué asco!

Plátano, ¡es clave! Potasio, ¿no? Eso sí que ayuda, ¡es fundamental! Recuerdo que mi abuela, que ya no está, siempre decía que para el estómago revuelto… ¡Jengibre! Eso también, ¡jengibre rallado en infusión!

Manzana… ¡Ah, sí! Pectina, ¿verdad? Absorbe cosas malas. Suena a ciencia ficción, pero funciona. Lo probé ayer con un dolor de estómago horrible. Ay, qué horror ese dolor… casi me muero, de verdad. Fue una cena con mi suegra, fatal, fatal… me siento fatal recordándolo.

Pero, ojo, NO es un sustituto de ir al médico ¡Eso es importantísimo! No se me olvide, tengo que ir al médico con el dolor de estómago… No me puedo quedar esperando a ver que pasa. Llamada al médico… ¿mañana? ¡Tengo que llamar hoy mismo!

  • Plátano (potasio)
  • Jengibre (calmante)
  • Manzana (pectina)

¡Pero al médico, eh! A urgencias si es grave. Esto no es broma. ¿Y si se me olvida? Tengo que apuntarlo en mi agenda. Agenda… ¡dónde está mi agenda! ¡Qué desastre soy!

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