¿Qué dice la ONU sobre las habilidades para la vida?

¿Cuáles son las habilidades para la vida según la ONU?

¡A ver, vamos al lío! ¿Habilidades para la vida según la ONU? ¡Más bien según la OMS! ¡Qué lío se traen estos organismos! Parece que se las han sacado de la manga… ¡como un conejo de la chistera!

Aquí te va la lista, ¡agárrate que vienen curvas!

• Autoconocimiento: ¡Descúbrete, alma cándida! ¡Como si fueras un yogur con fecha de caducidad!

• Manejo de emociones y sentimientos: ¡Domina tus dramas! ¡Como si fueras el domador de leones del Circo del Sol! ¡Pero sin látigo, eh!

• Manejo de la tensión y el estrés: ¡Relájate, tronco! ¡Como si estuvieras en una hamaca en el Caribe con un mojito en la mano! ¡Aunque estés en el metro a las 8 de la mañana!

• Comunicación asertiva: ¡Dilo sin miedo! ¡Como si fueras un político en campaña! ¡Pero con la verdad por delante, por favor!

• Empatía: ¡Ponte en sus zapatos! ¡Como si fueras un camaleón! ¡Pero sin cambiar de color!

• Relaciones interpersonales: ¡Conéctate a la gente! ¡Como si fueras un enchufe con superpoderes!

• Manejo de conflictos: ¡Lidia con el drama! ¡Como si fueras un mediador de la ONU en una guerra! ¡Pero sin jet lag!

• Toma de decisiones: ¡Elige bien, majo! ¡Como si fueras a elegir los números de la lotería! ¡Pero con más cabeza!

¡Ojo! Que estas habilidades no son como las croquetas de tu abuela, que siempre saben igual. ¡Hay que currárselas! Yo, por ejemplo, sigo intentando lo del manejo de emociones… ¡a veces exploto como una olla a presión! Y lo de la empatía… ¡uff, a veces me cuesta entender hasta a mi perro!

¿Qué dice la OMS de las habilidades sociales?

Las habilidades sociales, ese eco lejano de la OMS, en el 99… Este año también, creo, insisten en lo mismo, en esa capacidad tan humana de navegar el día a día.

• Enfrentar el mundo, sí, como quien se lanza al mar.
• Desafíos, exigencias, palabras que pesan, pero que también impulsan.

Yo lo veo, no sé, como una danza, una coreografía improvisada con el resto del mundo.

¿Recuerdas aquella vez en el metro, abarrotado, y esa mirada fugaz que te conectó con un desconocido? ¿O la discusión acalorada sobre la política, que terminó en risas y un café? Esas son las habilidades, supongo, en carne viva.

Y la OMS ahí, como un faro, guiándonos para no naufragar. Qué ironía, ¿no? La salud, también, en la conexión, en la empatía.

¿Qué dice la OMS sobre las habilidades blandas?

La OMS, esa especie de gurú de la salud a nivel global, le da un guiño cómplice a las habilidades blandas. No las llama “blandas” porque sean débiles, ¡oh, no! Más bien porque son como la mantequilla, se untan en todas partes, desde la consulta del médico hasta la junta directiva de una multinacional.

• Aptitudes Interpersonales: Piensa en ellas como tu superpoder para no salirte de quicio cuando tu cuñado te cuenta, por enésima vez, su teoría conspirativa. ¡Paciencia, querido Watson!
• Interacción Eficaz: Es ese arte sutil de comunicarte con el mundo sin que te malinterpreten, algo así como descifrar jeroglíficos egipcios en el ascensor.
• Comunicación, Colaboración y Resolución de Problemas: El trío calavera de las habilidades que te salvan de más de un apuro. Imagina: convencer a un gato de que el agua no es el enemigo, ¡eso es resolución de problemas nivel experto!

No son habilidades técnicas, esas que aprendes en un cursillo intensivo de Excel. No, estas son las que te hacen humano, demasiado humano diría Nietzsche. Yo misma, sin ir más lejos, aprendí a la fuerza la habilidad de escuchar a mi vecina durante horas… ¡sobre su colección de dedales! (No preguntes).

• Habilidades técnicas: Aprender a programar en Python, ¡eso sí que es duro como una piedra!
• Habilidades blandas: Ser capaz de explicarle a tu jefe que has quemado la presentación, sin que te despidan. Eso, amigos míos, es arte puro.

La OMS, en su sabiduría infinita, nos recuerda que estas habilidades son cruciales para movernos como pez en el agua en este mundo moderno. ¡Así que a cultivar esas habilidades blandas como si fueran orquídeas exóticas! Porque, al final, son las que marcan la diferencia entre ser un robot eficiente y una persona… más o menos cuerda.

Información adicional:

¿Por qué la OMS le da tanta importancia a estas habilidades? Resulta que no sólo sirven para evitar dramas familiares o laborales. También están directamente relacionadas con nuestra salud mental y bienestar general. ¡Así que ya sabes, a practicar la empatía, aunque sea con tu tortuga!

¿Cuáles son las 10 habilidades según la OMS?

Las 10 habilidades cruciales para la vida, según la OMS, versión 2024 (porque la vida evoluciona, ¿no?) son:

• Autoconocimiento: El arte de mirarte al espejo y no solo ver el peinado despeinado. Es saber si eres más de “mañana” o de “después de la siesta”. Yo, por ejemplo, soy experto en procrastinar… ¡con conocimiento de causa!
• Manejo de emociones: Controlar las emociones. Ni tanto, ni tan calvo. Como diría mi abuela: “Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre”. Si te enfadas con el cajero del super, respira hondo, recuerda que tu enfado no paga sus facturas.
• Manejo del estrés: El estrés, ese compañero inseparable que te recuerda que sigues vivo. Aprende a bailarlo, como si fuera una salsa incómoda. Meditación, deporte, o simplemente, ¡una siesta!
• Comunicación asertiva: Decir lo que piensas sin parecer un ogro. Una habilidad útil para evitar malentendidos y guerras innecesarias. No es lo mismo “¡Esto es una porquería!” que “Creo que podríamos mejorarlo”.
• Empatía: Ponerte en los zapatos del otro… ¡siempre que no te queden pequeños! Intenta entender por qué tu vecino escucha reggaetón a las 3 de la mañana. Quizás necesita terapia. O audífonos.
• Relaciones interpersonales: El arte de sobrevivir a la especie humana. Aprende a tolerar a tus compañeros de trabajo, a tu suegra y al tipo que siempre te corta el paso en el supermercado. ¡La paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos dulces!
• Manejo de conflictos: Resolver las discusiones sin que acaben en divorcio o en un juicio. El humor puede ser tu mejor arma, pero úsalo con cautela. Una buena carcajada puede desarmar hasta al más testarudo.
• Toma de decisiones: Elegir entre pizza o sushi, entre quedarte en casa viendo Netflix o salir a conquistar el mundo. A veces, la mejor decisión es no decidir y dejar que el destino te sorprenda.
• Pensamiento creativo: La capacidad de ver unicornios donde otros solo ven caballos. ¡No tengas miedo de ser diferente, de pensar fuera de la caja, de llevar calcetines desparejados!
• Pensamiento crítico: La habilidad de cuestionar todo, incluso esta lista. No te creas nada a pies juntillas. Investiga, reflexiona, duda. ¡Y luego, decide por ti mismo!

Extras que la OMS no te cuenta (pero yo sí):

• Resiliencia: La capacidad de levantarte después de cada caída, aunque te duela el trasero.
• Adaptabilidad: La habilidad de transformarte como un camaleón para sobrevivir en cualquier ambiente.
• Sentido del humor: Porque la vida es demasiado corta para tomársela en serio.

Por cierto: Esta lista está basada en mi experiencia personal, que vale lo que vale. La OMS tiene sus razones, pero yo tengo mis anécdotas. Y las anécdotas, ¡son oro puro!

¿Cuáles son los principales aportes de Piaget a la educación?

Piaget en la educación: la actividad del niño es clave. Las nociones básicas como tiempo y espacio se construyen con la experiencia temprana.

Ahora, te cuento algo que me pasó… Estaba en casa de mi abuela, en su pueblo, allá por julio de este año. Era un calor sofocante, esos de la España profunda que te derriten el cerebro. Mi prima pequeña, Lucía, jugaba con un cubo y unas piedras en el patio. Tendría unos 3 años.

• Lucía estaba obsesionada con meter las piedras en el cubo.
• Luego lo volcaba y volvía a empezar.
• Una y otra vez.

Al principio, no le daba importancia, pero luego me quedé flipando. Estaba creando su propio mundo, su propia lógica. Para ella, el cubo era un universo, las piedras sus habitantes. Era una demostración en vivo de Piaget, ¿sabes? Lo de construir el conocimiento a través de la acción.

Mi abuela, que es de las de “el niño tiene que estar quieto y callado”, no entendía nada. Decía que Lucía estaba “perdiendo el tiempo”. ¡Pero si estaba aprendiendo! Pensé que Piaget estaría orgulloso de mi prima, jajaja.

A mí, que me dedico al diseño web (nada que ver, lo sé), me hizo pensar en la importancia de la interacción en el aprendizaje. No es solo leer libros o escuchar al profe, es tocar, experimentar, equivocarse. Vamos, lo que hacía Lucía con sus piedras.

Y otra cosa: ¡el helado de fresa que me tomé después estaba buenísimo! Tenía que decirlo.