¿Qué verbos usar en los objetivos?

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Aquí tienes una reescritura del fragmento destacado, con verificación de la información y longitud solicitada:

Para objetivos específicos, prefiere verbos de acción que indiquen un resultado tangible: diseñar, construir, implementar o evaluar. Para objetivos generales, elige verbos que señalen una mejora o cambio deseado en el estado actual, como mejorar, fortalecer, aumentar, reducir u optimizar.

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La Clave para Objetivos Efectivos: La Selección Adecuada de Verbos

Definir objetivos claros y medibles es crucial para el éxito de cualquier proyecto, iniciativa o plan personal. Sin embargo, la simple enunciación de un objetivo no garantiza su consecución. Un elemento fundamental, a menudo pasado por alto, es la elección precisa de los verbos que los articulan. La selección correcta no solo aporta claridad y precisión, sino que también facilita el seguimiento y la evaluación del progreso.

A diferencia de la creencia popular de que cualquier verbo “funciona”, la elección de la palabra verbal adecuada determina la eficacia del objetivo. Un verbo débil o ambiguo puede resultar en una meta difusa e inalcanzable. Por el contrario, un verbo fuerte y conciso proporciona una dirección clara y tangible.

Podemos categorizar los verbos apropiados para objetivos según su nivel de especificidad:

Objetivos Específicos: El Poder de la Acción Concreta

Para objetivos que buscan resultados concretos y medibles, debemos optar por verbos de acción que describan una tarea específica y tangible. Estos verbos deben responder a la pregunta “¿Qué se hará?”. Ejemplos de verbos ideales para este tipo de objetivos incluyen:

  • Diseñar: Ideal para objetivos que involucren la creación de algo nuevo, como “Diseñar un nuevo sistema de gestión de inventario.”
  • Construir: Perfecto para objetivos que implican la creación o edificación de algo físico o abstracto, como “Construir una base de datos eficiente.”
  • Implementar: Se utiliza para objetivos que se centran en la puesta en marcha de un plan o sistema, como “Implementar un nuevo programa de capacitación para el personal.”
  • Evaluar: Adecuado para objetivos que requieran una valoración o análisis, como “Evaluar la efectividad de la campaña de marketing.”
  • Crear: Para la generación de algo nuevo, tangible o intangible, como “Crear una propuesta innovadora para el cliente.”
  • Desarrollar: Para la elaboración o mejora de algo existente, como “Desarrollar nuevas habilidades de liderazgo.”

Objetivos Generales: Trascendiendo la Acción Inmediata

Los objetivos generales buscan un cambio o mejora en un estado actual, a menudo más amplios y a largo plazo. Estos requieren verbos que indiquen una dirección o tendencia deseada. En este caso, la pregunta clave es “¿Qué se mejorará o cambiará?”. Algunos verbos adecuados son:

  • Mejorar: Un verbo versátil para objetivos que buscan un aumento en la calidad o eficiencia, como “Mejorar la satisfacción del cliente.”
  • Fortalecer: Para objetivos que buscan aumentar la resistencia, solidez o eficacia de algo, como “Fortalecer las relaciones con los proveedores.”
  • Aumentar: Para objetivos centrados en el incremento cuantitativo, como “Aumentar las ventas en un 15%.”
  • Reducir: Para objetivos que buscan disminuir una cantidad o incidencia, como “Reducir los costos operativos en un 10%.”
  • Optimizar: Para objetivos que buscan alcanzar la mejor solución o rendimiento posible, como “Optimizar el proceso de producción.”
  • Ampliar: Para objetivos que buscan un crecimiento o expansión, como “Ampliar la cobertura de mercado.”

En conclusión, la clave para definir objetivos efectivos radica en la cuidadosa selección de los verbos. Al elegir verbos de acción concretos para objetivos específicos y verbos que indiquen una mejora o cambio deseado para objetivos generales, se garantiza una mayor claridad, precisión y, en última instancia, un mayor éxito en la consecución de las metas propuestas. Recuerda que la precisión verbal es la base de la eficacia en la planificación y la gestión.