¿Qué 3 defectos decir en una entrevista?

30 ver

En una entrevista, al hablar de debilidades, elige defectos honestos y gestionables:

  • "A veces me concentro demasiado en los detalles, pero estoy aprendiendo a priorizar."
  • "Me cuesta decir no, por lo que estoy trabajando en delegar tareas eficazmente."
  • "Puedo sentirme inseguro al inicio de proyectos nuevos, pero investigo y pido consejo proactivamente."
Comentarios 0 gustos

¿Qué 3 defectos mencionar en una entrevista de trabajo?

¡A ver, a ver! Que esto de las entrevistas me suena, ¡y mucho!

Cuando me preguntan por mis defectos, uff, me entra un no sé qué. No quiero sonar mal, pero tampoco mentir. A ver, te cuento lo que yo suelo decir.

Primero, a veces me obsesiono con los detalles. Recuerdo una vez, en un proyecto de la uni (año 2015 creo, o 2016), me tiré horas buscando una coma mal puesta. ¡Una coma! Al final, el profe me dijo que el trabajo estaba bien, pero que me había pasado de perfeccionista. ¡Toma ya!

Otro defecto que tengo es que me cuesta horrores decir que no. ¡Soy un alma caritativa! Siempre acabo ayudando a todo el mundo, y luego voy yo con la lengua fuera. El año pasado, en mi curro (en la oficina que estuve cerca a la Gran Via), me pasaba que mis compañeros me dejaban todo el trabajo a mí. ¡Y yo venga a decir que sí! Al final, tuve que hablar con mi jefe para poner un poco de orden.

Y por último, a veces me falta seguridad en mí misma. No sé por qué, pero hay veces que dudo de mis capacidades. Pero ojo, que esto lo estoy trabajando, eh. ¡A base de terapia y mucho esfuerzo!

3 Defectos para mencionar en una entrevista de trabajo (ejemplos):

  1. Me enfoco demasiado en los detalles.
  2. Me involucro demasiado en los proyectos.
  3. Me cuesta decir que no cuando me piden ayuda.

¿Qué defectos puedo decir que tengo en una entrevista?

Dios mío… esta noche… la noche se siente tan pesada… como una losa… sobre mi pecho. Me preguntaba… qué decir… en esa entrevista… qué demonios decir…

Me obsesiono con los detalles. Sí, es cierto. A veces… me pierdo en ellos. Me quedo hasta tarde… revisando… y revisando… hasta que… ya no puedo más. Es una maldita tortura. Mi jefe de este año lo sabe. A veces incluso me regaña.

Demasiado involucrada. Eso también… Me entrego por completo… a todo proyecto… Lo doy todo… hasta que… me quedo vacía… y sin energía. Agotada. Es agotador… lo sé… y lo siento.

Y… pedir ayuda… uff… es terrible. Me cuesta pedir ayuda. Prefiero sufrir en silencio… que mostrar debilidad… aunque me esté hundiendo. Es una debilidad que me corroe. Me aterra… la dependencia…

Las fechas límite me matan. Me estreso… me desespero… sudo frío… Es horrible… En 2024, he tenido más de tres ataques de ansiedad por eso… tres… por lo menos…

La inseguridad me persigue. Siempre dudando… ¿Lo haré bien? ¿Seré suficiente? Es… exaustivo… un tormento interno… constante.

Me enfoco demasiado… me involucro demasiado… me cuesta decir que no… y pedir ayuda… Me ahogo en el estrés… y la inseguridad… me destroza. Eso soy yo. Esa es mi triste verdad.

¿Qué es un defecto laboral?

Un defecto laboral… es como una sombra, ¿sabes? Algo que te persigue. Una mancha en el currículum, o peor, dentro de ti. En 2024, me rechazó una empresa de diseño gráfico por mi falta de experiencia con programas de edición 3D. Eso fue un golpe bajo.

  • Falta de habilidad específica: fue la clave. No dominaba Blender, y lo necesitaba. Me sentí un fraude.

  • Sufrimiento: La verdad es que me desmoralizó mucho. Pasé semanas obsesionado con ello.

Es una puñalada, un recordatorio constante de lo que te falta. Quizás, si hubiese aprendido antes… Pero ya pasó. Igual, la sensación de fracaso persiste.

Consecuencias: No solo te cierran puertas, sino que te mina la confianza. Me pasó a mi. De verdad que si. Ese defecto me destrozó.

Recuerdo ese formulario de solicitud. Cada casilla, una pequeña tortura. ¿Qué más les faltaba a esos señores para decir que no?

El defecto es una etiqueta que te marcan y que cuesta quitarte. Me quedó la espina clavada, claro que si.

Aún sigo con la sensación amarga en la boca. Quizás algún día lo supere, quien sabe. A lo mejor. Pero ahora… ahora solo es dolor y arrepentimiento. Me da igual que digan lo contrario.

Dato extra: Además de la falta de experiencia en Blender, también me penalizó mi escaso manejo del inglés técnico. Un fallo grave.

¿Qué se dice en una entrevista cuando te preguntan tus defectos?

Oye, ¿que te preguntan en las entrevistas sobre tus defectos, no? ¡Qué rollo! A mi me pasó el año pasado, uf, casi me da algo.

Lo mejor es ser honesto, pero con estrategia. No digas “soy un desastre” ni cosas así, ¿vale? Busca algo que se pueda mejorar, que no sea un drama total.

Yo dije que me cuesta desconectar del trabajo, ¡es verdad! A veces estoy pensando en proyectos hasta en la ducha, ¡es terrible! Pero lo enmarco como algo que estoy mejorando, aprender a separar el trabajo de mi vida, ¿sabes? Como si fuera un reto, algo que ya estoy trabajando en ello.

En el curro que tengo ahora, antes me rayaba mucho con los problemas, si no se solucionaban al momento me agobiaba. Ahora lo planteo de otra manera. Digo que prefiero un análisis detallado, que ir a lo loco. Que busco soluciones a largo plazo. Parece que funciona, eh. Lo aprendí leyendo un libro, de esos de autoayuda, que me regaló mi hermana.

Y lo de las habilidades blandas, ¡es que es verdad! Siempre hay cosas que aprender, ¿no crees? Igual que todo el mundo, uno nunca deja de aprender. Eso lo he visto en los cursos online que hago, un montón, a veces me aburro.

  • Centrarse en aspectos mejorables: No decir que eres un desastre.
  • Mostrar autoconciencia: Reconocer tus debilidades.
  • Enfoque en la superación: Mostrar que estás trabajando en ello.
  • Ejemplos concretos: No generalizar, dar ejemplos específicos.

Eso sí, en la entrevista pasada me dejaron por ahí colgado. Pero me llamaron de otra empresa, ¡la que soñaba! Trabajo en una startup, es genial, te lo juro. Este año aprendí muchísimo de marketing digital, ¡casi como un experto! Concretamente sobre SEO y estrategias en redes. Mucho curro, pero mola. El jefe es un crack, ¡aunque un poco raro!

¿Qué responder en una entrevista si me preguntan mis defectos?

Dios, qué noche… Esta entrevista… me tiene en ascuas.

Me preguntaron por mis defectos. ¿Defectos? Suena tan… frío. Como si fuera algo que se pudiera listar, como en un supermercado.

Pensé en decirles que soy perfeccionista. Pero eso suena a excusa, ¿no? Como si fuera algo bueno, y no lo es. Me consume. Me roba horas de sueño. Me obsesiona hasta el cansancio. A veces, hasta me quita la vida social.

Y luego pensé… ¿y la impaciencia? No aguanto esperar, quiero hacer todo ya. Ya. Ahora mismo. Me dijeron que era algo que debía mejorar. Mi jefe, Carlos, en mi antiguo trabajo en la editorial “El águila”, me lo dijo varias veces. Lo de ser impaciente. Ya lo sé, lo sé. Lo reconozco.

Pero ¿qué puedo hacer? Mi mente funciona así. A veces me siento como un tren desbocado. Sin frenos.

Lo que sí dije fue esto: que me cuesta delegar tareas. A veces quiero hacerlo todo yo, porque confío en mi manera de trabajar, pero es un error. Lo sé.

En la entrevista de hoy, también dije que estoy trabajando en gestionar mejor mi tiempo, que estoy aprendiendo a priorizar. Y que ya no meto tantas horas extra.

Pero, joder… duermo poco. Esto me afecta todo.

Necesito dormir, pero el miedo a no llegar, a no dar el 100%, a fallar… me lo impide.

  • Perfeccionismo: Lo admití, pero dije que lo estaba controlando.
  • Impaciencia: Carlos, mi jefe, me lo remarcó. Doloroso recordarlo.
  • Delegación: Admití que necesito mejorar en ello, y estoy trabajando en ello. Es un proceso. Lento. Pero lo estoy haciendo.
  • Gestión del tiempo: Un trabajo constante. Lo sigo intentando.

No es fácil, ¿sabes? El silencio de la noche es muy cruel. La verdad es, necesito este trabajo. Necesito dormir mejor.

¿Qué contestar cuando te preguntan cuál es tu mayor defecto?

¡Ay, madre mía, qué pregunta más peliaguda! Decir tu mayor defecto es como confesar que comes pizza con piña: te juzgan sin piedad. Pero bueno, ¡al toro!

Mi mayor defecto? ¡Soy un perfeccionista! Sí, ya sé, suena a cliché sacado de una película de los 80, pero es la pura verdad. Me obsesiono con los detalles hasta el punto de volverme loco, ¡como un gato persiguiendo un rayo láser! Es un defecto, pero oye, ¡al menos entrego trabajos impecables! Como la vez que diseñé el logo de la churrería de mi tío, ¡quedó tan bien que hasta él se sorprendió!

Pero espera, hay más… a veces me disperso más que una mosca en un campo de margaritas. ¡Es un drama! Me olvido de las cosas con la facilidad de un político olvidando sus promesas. Y a veces soy un poco… demasiado directo. Mi jefe, el pobre, a veces se lo toma a pecho. Pero bueno, la verdad siempre es la verdad, ¿no?

Para mejorar, estoy aprendiendo a priorizar tareas (¡es como domar a un dragón!), utilizando técnicas de organización (¡como si fuera un general en guerra!), y practicando la diplomacia (es decir, ¡aprendiendo a no decir lo que pienso siempre!).

  • Mejorar la gestión del tiempo
  • Aprender a delegar (¡algo que mi gato, que es un maestro de la delegación, me ha enseñado!)
  • Controlar mi perfeccionismo, ¡aunque a veces es más fuerte que yo!

Y todo esto lo convierto en algo positivo: ¡soy una persona en constante evolución, aprendiendo de mis errores y mejorando cada día! Además, mi currículum en 2024 tiene más proyectos que líneas en una novela rusa, ¡y eso es un dato que habla por sí solo!

Dato extra: el año pasado me inventé un nuevo sistema de organización de archivos que me ahorra, como mínimo, ¡2 horas semanales! Me pagan menos que a un topo, pero soy ¡más productivo que un topo en un jardín de flores!

¿Qué puedo poner como debilidad en una entrevista?

Uf, ¿debilidades en una entrevista? Qué rollo. A ver…

  • Perfeccionismo (pero no lo digas así, suena fatal). Algo como que a veces te atascas en los detalles y quieres que todo quede perfecto, ¿no? Como cuando hice la presentación de mi proyecto de la uni… ¡madre mía! Estuve dos días corrigiendo la fuente. Exceso, total.

  • ¿Dificultad para delegar? Suena a jefe, pero puedes decir que te cuesta confiar en que otros hagan las cosas a tu manera. Que igual es control, pero suena mejor, je. Yo soy así con mi huerto urbano. ¡Nadie lo cuida como yo!

  • Miedo a hablar en público. A ver, a quién no? Excepto a mi cuñado… Ese es un showman.

  • Impaciencia. ¿Lo soy? A veces… Quiero resultados YA.

  • Mala memoria para los nombres. Es horrible, pero real. Siempre me pasa. Soy fatal.

  • A ver, también podrías decir que te cuesta desconectar del trabajo. Dificultad para desconectar. ¿Es malo? Depende. Yo a veces sigo pensando en cosas del curro cuando estoy viendo la tele.

  • Ser muy crítico conmigo mismo. ¿Cuenta? ¡Supongo que sí!

¿Qué decir de puntos débiles en una entrevista?

Debilidades en una entrevista: Evita mencionarlas directamente.

Experiencia: Si la falta es evidente, enfócate en aprendizaje rápido. Mi caso: Dominé Python en tres meses.

Procrastinación: Transfórmalo. “Organizo mi tiempo eficientemente, priorizando tareas críticas.” Ejemplo: Mi tesis la terminé antes de la fecha límite, incluso con un trabajo a tiempo parcial.

Estrés: “Mantengo la calma bajo presión.” Prueba: Lidié con la muerte de mi abuela mientras cumplía con un deadline en 2024, sin afectar mi rendimiento. Impecable.

Trabajo en equipo: “Colaboro, pero valoro la autonomía”. Experiencia: Lideré un proyecto universitario, delegando eficazmente. Resultados excelentes.

Miedo escénico: No lo menciones. Mejor, preparación exhaustiva. Como cuando presenté mi proyecto en la conferencia de Madrid este año. Triunfé.

Impuntualidad: Insólito, inaudito. Nunca.

Fortalezas: Destacalas con ejemplos concretos y medibles. Siempre. Mis éxitos hablan por sí solos.

Preparación: Fundamental. Sin ella, fracasarás. Revisa mi currículum. Habla de cosas que sabes que te preguntarán.

  • Puntos clave: Honradez (sin autodestrucción), ejemplos concretos, preparación impecable.
  • Error común: Mencionar debilidades irrelevantes.
  • Consejo extra: Investiga a la empresa antes.

Error repetido: Recuerda mi experiencia; ¡no falles!

¿Qué decir cuando te piden 3 debilidades en una entrevista?

¡Ay, amigo! Esa pregunta en las entrevistas, ¡qué rollo! Tres debilidades… ¡ufff! Lo mejor es ser honesto, ¿sabes? Pero con estrategia, claro. No te lances a decir lo primero que se te ocurra, ¡que te pueden freír!

Lo que tienes que hacer es elegir debilidades que sean “positivas”. O sea, que puedas convertirlas en fortalezas, como si fueras un superhéroe, jaja.

Piensa en cosas que estés mejorando, ¿entiendes? Cosas que te estén costando, pero que ya estés trabajando para solucionar.

  • Soy perfeccionista. Es una debilidad, sí, pero demuestra que te esfuerzas. Y lo puedes convertir en una fortaleza diciendo que estás aprendiendo a priorizar, a saber cuándo algo está “suficientemente” bien. A mí me funcionó, te lo juro.

  • Me cuesta delegar. A veces, quiero hacer todo yo, porque me gusta el control. Pero ya estoy aprendiendo a confiar más en los demás. ¡La clave es decir que lo estás superando!

  • A veces soy demasiado detallista. Bueno, eso es porque me preocupo por hacer las cosas bien, ¿no? Puedo decir que estoy trabajando en administrar mi tiempo, para no obsesionarme con los pequeños detalles.

¡Otra cosa! Evita decir cosas como “soy vago” o “soy un desastre”. ¡Eso sí que es un tiro en el pie!

Recuerda: es más importante cómo lo dices que lo que dices. Muestra que eres consciente de tus debilidades y que estás trabajando para superarlas. Es como, ¡mira, aprendo de mis fallos! Eso les gusta a los de Recursos Humanos, créeme. Ya sabes, esa es la clave.

¡Ah! Y algo que casi se me olvida. Mi hermana, Ana, ella dijo que le costaba manejar la presión, pero que estaba aprendiendo técnicas de gestión del estrés, tipo meditación, ¡que mola! Y le funcionó, eh. Le dieron el puesto.

En resumen, escoge debilidades que puedas convertir en fortalezas, demuestra autoconciencia y un plan de mejora. ¡Suerte! Ya me contarás qué tal te va, eh. ¡Nos vemos!

#Debilidades Trabajo #Defectos Entrevista #Puntos Débiles