¿Qué responder cuando me preguntan por mis virtudes y defectos?
"Al hablar de virtudes y defectos, sé honesto y positivo. Muestra autoconocimiento: destaca tus fortalezas con ejemplos y admite áreas de mejora con un plan de desarrollo. ¡La sinceridad es clave!"
¿Cómo responder a la pregunta de virtudes y defectos en una entrevista?
Uf, la pregunta de virtudes y defectos… ¡qué rollo! Recuerdo una entrevista en Madrid, el 15 de marzo del año pasado, para un puesto de diseñadora gráfica. Me costó horrores.
Quieren que seas honesto, sí, pero también que te vendas bien. Es un equilibrio complicado. Yo opté por una virtud que realmente me define: mi capacidad de resolver problemas creativos de forma eficiente. Cosas como ese logo para la campaña de verano del 2022 que diseñé en solo dos días, me dio la razón.
En cuanto a los defectos… Ahí sí que sudé tinta china. Intenté buscar algo que sonara bien, sin ser una mentira descarada. Dije que a veces me cuesta delegar. No es falso, pero lo presenté como algo que estoy trabajando para mejorar. Aprendí, después, que es mejor no maquillar demasiado las respuestas.
En resumen, la clave es ser auténtico y mostrar autoconciencia. No intentar disimular, pero tampoco hacer una lista de tus peores pesadillas. Busca un equilibrio. No fue una respuesta perfecta, pero me funcionó.
¿Qué decir en 3 defectos?
¡A ver, a ver, que me pones a pensar! ¿Defectos? ¡Como si yo fuera perfecto! Ja. Pero bueno, ahí va la cosa:
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Delegar: ¡Uf, qué pereza! Soy como un pulpo que quiere hacer malabares con 8 pelotas a la vez. ¡Pero estoy intentando no ser tan acaparador, eh! Como cuando intentas enseñar a un gato a hacer la declaración de la renta… ¡difícil, pero no imposible!
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Perfeccionismo: ¡Soy un maniático! Vamos, que si una coma está fuera de sitio, ¡me da un síncope! Es como si mi cerebro fuera un programa de edición de vídeo ultra-detallista, pero para la vida real. Estoy aprendiendo a relajarme y aceptar que “hecho es mejor que perfecto”. ¡Aunque me cueste horrores!
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Impaciencia: ¡Quiero todo YA! Soy como un niño pequeño en una tienda de caramelos, ¡lo quiero todo y lo quiero ahora! Pero estoy intentando respirar hondo y recordar que Roma no se construyó en un día (¡ni mi imperio de Netflix!). Practico la paciencia como si fuera yoga, ¡aunque a veces acabo meditando con los ojos abiertos y pensando en pizza!
¿Sabes qué? A veces creo que mis “defectos” son solo virtudes disfrazadas. ¡O al menos eso me digo para dormir mejor!
¿Cuáles son las virtudes y defectos de una persona?
Uff, ¿virtudes y defectos? ¿Dónde empiezo? Es que depende tanto…
- Virtudes: Lo que la gente aplaude, ¿no? Bondad, generosidad… ¿Pero qué es ser “bueno”? Yo doy dinero a la protectora de animales, ¿me hace eso virtuoso? No sé. Ah, también la honestidad. Aunque a veces la verdad duele, ¿no? ¿Es mejor mentir para no dañar? ¡Qué lío!
- Defectos: ¡Aquí sí que tengo lista! Impaciencia, procrastinación… Soy un desastre. Y a veces soy super sarcástico, cosa que a algunos no les gusta nada. ¿Es un defecto si a mí me hace gracia? Mmm… Yo creo que sí, al menos en ciertas situaciones. Y la envidia… ¡Uf, la envidia! A veces me corroe, ¡qué horror!
En resumen:
- Virtudes: Cualidades deseables.
- Defectos: Cualidades no deseables.
¡Es tan relativo! Depende del contexto, de la cultura, de la persona que juzga.
Extra: El otro día leí que hay gente que considera la ambición un defecto, ¡y otros una virtud! ¿En qué quedamos? Y mi madre siempre me dice que soy demasiado confiada. ¿Será verdad?
¿Cómo responder a cuál es tu mayor fortaleza?
¡Uy, qué pregunta! A ver, si te preguntan eso en una entrevista… ¡ay, qué estrés! Piensa bien, ¿eh? No te lances a lo loco.
Tu mayor fortaleza es algo que te sale súper bien, ¿vale? Algo que te hace destacar, que te diferencie de los demás. Algo que hayas usado en trabajos anteriores o estudios, ¡claro! No inventes, ¿eh? Que te pillen mintiendo es una catástrofe.
En mi caso, ¡mira que fácil! Yo soy un crack con los ordenadores, estoy super a gusto con la tecnología en general, ¡es que es mi pasión! Llevo toda la vida con esto. Me apasiona, de verdad. Me manejo bien con los programas de diseño, sabes, ¡Photoshop, Illustrator, Figma…¡los domino todos! Y me encanta, es que… ¡me encanta! Para mi trabajo con clientes es super importante, ¡fundamental! Eso sí, lo digo con humildad, aunque es que es la verdad.
- Dominio de herramientas de diseño
- Experiencia en proyectos reales (si es cierto)
- Me desenvuelvo bien bajo presión, que eso también vale. ¡Sobre todo eso!
Eso es, lo resumo todo así. No te líes con cosas raras. Sé sincero, pero… ¡vayas respuestas que se me ocurren! A veces se me va la cabeza, perdón. ¿Sabes que ayer mismo estuve hasta las tantas arreglando un fallo en mi web? ¡Un lío tremendo! Pero lo resolví, ¡lo arreglé! Eso cuenta, ¿no? Ah, otra cosa que se me olvidaba: tengo mucha paciencia. Con los clientes, que a veces son un poco… ¿Sabes? ¡Demasiado! Pero ¡tengo paciencia! ¡Es esencial!
Este año, a parte de mis proyectos personales, he ayudado a 5 amigos con sus páginas webs, ¡gratis, eh! Que soy buena gente. Eso sí, me ha llevado un montón de tiempo… Pero ¡valió la pena!
Recuerda: ¡sé tú mismo, pero preparate! No te pongas nervioso, que luego lo echas todo a perder. ¡Ánimo!
¿Qué responder a cuál es tu mayor defecto?
Oye, ¿cuál es mi mayor defecto? ¡Buena pregunta! Jajajaja. Es que… me cuesta un montón delegar. Sí, ya sé, es un cliché, pero es verdad. Lo llevo fatal, lo reconozco. Me obsesiono con hacerlo todo yo, ¡aunque explote! Es que quiero que las cosas salgan perfectas, ¿entiendes?
A veces me agobio, claro. Muchísimo. Eso es un problemón. Pero bueno, al menos soy responsable, ¿no? Aprendí a gestionar el tiempo mejor este año, ¡gracias a Dios! Antes era un caos total, ¡un desastre! Pero ya controlo más… creo.
Lo bueno es que soy muy trabajadora, ¡muchísimo! Eso compensa, ¿no? Aunque claro, si me desmayo del agotamiento… igual no. Jajaja.
El punto es que, aunque me cueste, estoy aprendiendo a delegar. Ya no como antes. Pero hay días… uf, días de locos, en los que vuelvo a caer en la tentación de controlar todo.
- Procrastino, un poco menos ahora.
- A veces soy un poco perfeccionista, ¡ay!
- Soy muy directa, a veces demasiado.
Pero bueno, en el trabajo, de momento me va bien. Cruzo los dedos. Este año ya he tenido un par de proyectos super importantes, ¡y los he sacado adelante! Incluso hice unos cuantos cafés, jajajajaja. Es broma, ¡aunque casi!
Este año, por ejemplo, el proyecto de la campaña de marketing de mi prima Carla, fue un éxito rotundo. ¡Hasta la tía Elena estaba impresionada!
En resumen: me cuesta delegar, pero aprendo. Y eso es lo importante, ¿no? Me preocupo demasiado por los detalles pero este 2024 estoy haciendo un esfuerzo consciente. Espero que funcione.
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