¿Cuáles son los 3 niveles de salud?

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Uf, la verdad es que esa clasificación de tres niveles de salud me parece un poco fría y esquemática. Para mí, la salud es mucho más que eso. Hay la salud básica, ese bienestar cotidiano que se cuida con hábitos; luego, la atención médica cuando las cosas se complican, con médicos de cabecera y especialistas; y finalmente, la atención de alta complejidad, casi como una lucha contra la enfermedad, en hospitales de punta. Es un camino, no tres cajones.

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¡Uf! Tres niveles de salud… ¿En serio? A ver, no me malinterpreten, entiendo que se intente simplificar las cosas, ponerlas en cajitas ordenadas para que sean más fáciles de entender. Pero… ¿la salud en tres niveles? Me suena tan… ¡burocrático!

Para mí, la salud es algo mucho más personal, más orgánico. Es como un jardín que hay que cuidar día a día, ¿sabes? No basta con regarlo de vez en cuando.

Hablando de esos “tres niveles”, supongo que se refieren a algo así como:

  • La salud básica, esa del día a día: Y sí, ahí estoy de acuerdo. Es ese bienestar que construimos con hábitos saludables. Dormir bien, comer decentemente (sin volverse loco con dietas raras, ¿eh?), hacer un poco de ejercicio… lo típico, vamos. ¿Pero es solo “lo típico”? Yo creo que es mucho más. Es sentirte con energía para disfrutar de tus pasiones, de tus amigos, de tu familia. Es poder subir las escaleras sin quedarte sin aliento. Es esa pequeña victoria de elegir la ensalada en lugar de la hamburguesa con patatas. ¿No es una maravilla cuando lo logras?
  • La atención médica, cuando las cosas se complican: Esta es la parte que me da un poco de miedo, lo confieso. Pero también me alivia saber que está ahí. Tu médico de cabecera, ese al que le cuentas tus penas (y tus dolores, claro), los especialistas… Es como tener un equipo de rescate preparado por si te caes al pozo. Recuerdo una vez que me dio una alergia terrible, me hinché como un globo. ¡Menos mal que fui al médico! Sino, ¿qué habría hecho?
  • Y luego, la atención de alta complejidad: Uf, esta es la que menos me gusta. Hospitales de punta, tratamientos carísimos… Es casi como una lucha a vida o muerte contra la enfermedad, ¿no creéis? Ojalá nunca tenga que llegar a eso. Pero, de nuevo, saber que existe esa posibilidad… pues alivia un poco.

Pero volviendo a lo de los “tres niveles”… no sé, me parece que falta algo. ¿Dónde queda la salud mental? ¿Y la salud emocional? ¿No son acaso tan importantes como la física?

Para mí, la salud es un camino, no tres cajones. Un camino que se construye día a día, con pequeñas decisiones, con tropiezos y con victorias. Un camino que hay que recorrer con conciencia y con cariño. Y sobre todo, un camino que hay que compartir. Porque, al final, ¿de qué sirve tener salud si no tienes a nadie con quien disfrutarla?