¿Cuánto tiempo puede durar la pérdida del gusto?

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La duración de la pérdida del gusto por COVID-19 es variable. Aunque la recuperación espontánea es común en cuatro semanas para el 80% de los casos, no hay un tiempo definido.
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¿Cuánto tiempo puede durar la pérdida del gusto por COVID-19?

La pérdida del gusto, conocida como anosmia, es un síntoma común de COVID-19. Si bien la mayoría de las personas recuperan gradualmente el sentido del gusto, algunas pueden experimentar una pérdida persistente que puede durar semanas o meses.

Variabilidad en la duración

La duración de la pérdida del gusto por COVID-19 varía significativamente entre los individuos. Algunos pueden recuperar el sentido del gusto en unos pocos días, mientras que otros pueden experimentar una pérdida más prolongada.

Recuperación espontánea

En la mayoría de los casos (alrededor del 80%), la pérdida del gusto se resuelve espontáneamente en un plazo de cuatro semanas a partir del inicio de los síntomas. Sin embargo, no existe un período de tiempo definido para la recuperación.

Pérdida persistente

Un pequeño porcentaje de personas puede experimentar una pérdida persistente del gusto que dura meses o incluso años. Esta situación es más común en personas mayores y aquellas con enfermedades subyacentes.

Factores que influyen en la duración

La duración de la pérdida del gusto puede verse afectada por varios factores, entre ellos:

  • Gravedad de la infección por COVID-19
  • Edad
  • Salud subyacente
  • Variaciones individuales

Importancia de la rehabilitación

Para aquellos que experimentan una pérdida persistente del gusto, la rehabilitación puede ayudar a mejorar su sentido del gusto gradualmente con el tiempo. Esto puede incluir ejercicios de entrenamiento con olores y el uso de dispositivos de estimulación nerviosa.

Conclusión

La pérdida del gusto por COVID-19 puede durar un período muy variable. Si bien la mayoría de las personas se recuperan dentro de las cuatro semanas, algunas pueden experimentar una pérdida más prolongada. La recuperación espontánea es común, pero la rehabilitación puede ser beneficiosa para quienes experimentan una pérdida persistente.