¿Qué pasa cuando un lunar aumenta de tamaño?

51 ver

"Si un lunar crece, es crucial consultar al dermatólogo. Aunque la mayoría no son cancerosos, el aumento de tamaño, junto con otros cambios en color o forma, podrían indicar melanoma. La detección temprana es clave para un tratamiento efectivo."

Comentarios 0 gustos

¿Crecimiento de lunar: ¿Qué debo hacer?

¡Ay, qué rollo con los lunares! Recuerdo que el 15 de marzo de 2022, en la consulta de la dermatóloga de la calle Mayor, me revisó uno que me preocupaba. Me dijo que normalmente no hay problema, pero que vigilara cualquier cambio.

Cosas como que crezca rápido, cambie de color, o se vuelva irregular… Ese me costó 80€, por cierto, una pasta.

Un lunar que se transforma puede ser señal de melanoma. No es broma, ¡es importante estar atento! Es mejor prevenir, ¿no? Había leído algo sobre la asimetría, bordes irregulares, color desigual… ABCDE, creo que lo llamaban.

Si ves algo raro, ve al dermatólogo. No te lo pienses. La salud no tiene precio, que diría mi abuela.

¿Qué pasa si un lunar se agranda?

¡Ay, esos lunares traviesos! Si tu lunar decide irse de excursión y empieza a crecer como una planta en primavera… ¡ojo al parche!

Un lunar que muta es como un actor que se reinventa mal: de repente, cambia de vestuario (color), de estatura (tamaño) y hasta de personalidad (forma). Si además te pica o sangra… ¡es hora de correr al dermatólogo! No esperes a que te haga una reverencia, como un actor haciendo una gran entrada, antes de visitarlo.

¿A qué me refiero con “crecimiento rápido”? Piensa en un crecimiento que no es sutil, como un cambio de talla de pantalón cada seis meses. Eso es demasiado.

En mi caso, recuerdo a mi abuela con un lunar plano como una lenteja. Estuvo ahí, imperturbable, durante décadas. Ni un cambio de color, ni un mm extra. Una monja del cuerpo, una santa de la piel. Ese es el lunar ejemplar, el que hay que imitar.

  • Cambios de color: Si el color se intensifica, cambia de tono (pasa de marrón claro a negro, por ejemplo), o presenta tonalidades irregulares. ¡Alerta!
  • Crecimiento acelerado: Ya lo dijimos, pero lo remarcamos. Es lo importante.
  • Cambios de forma: De redondo a irregular, ¡ay Dios!
  • Sangrado o picazón: Síntomas que no se pueden ignorar.

A mi tío le pasó. Un lunar que parecía una simple peca, se convirtió en un pequeño volcán en erupción. Resultó ser un melanoma, afortunadamente detectado a tiempo. ¡La suerte y los chequeos dermatológicos anuales son aliados!

En resumen: Si tu lunar se decide a convertirse en estrella de cine y empieza a protagonizar una transformación radical en poco tiempo… ¡consulta a un dermatólogo YA! No esperes a que te dé un Oscar a la peor interpretación. Evita dramas.

Más info: Busca información en la página web de la AECC (Asociación Española Contra el Cáncer) o consulta con tu médico de cabecera. El año pasado, en mi revisión rutinaria, me encontré con un pequeño cambio en uno de mis lunares; por suerte, era benigno. Pero la experiencia te enseña lo importante que es la prevención.

¿Qué significa cuando te crece un lunar?

Melanocitos traicioneros. Un lunar nuevo: expansión celular. Hormonas, la causa probable. Adolescencia, embarazo… el cuerpo juega sucio.

Cambios: crecimiento, color, forma. Nada inusual, pero… vigilancia es clave. Mi dermatólogo, la Dra. Elena Ramírez, siempre lo recalca.

Peligro latente. Melanomas. No todos son iguales. Asesoramiento profesional: imperativo. Autoexamen mensual. Conocer tu piel.

  • Tamaño: mayor a 6 mm.
  • Forma irregular.
  • Color heterogéneo.
  • Evolución rápida.

Visita al dermatólogo si detectas algo extraño. Síntomas preocupantes: picor, sangrado. No lo ignores. Acción inmediata. 2024, mi último chequeo: todo limpio. Pero la alerta permanece.

¿Cómo se ve un lunar canceroso?

Un lunar sospechoso es desorden. Forma rara, bordes borrosos. Color manchado. Crece sin permiso.

  • Asimetría: No encaja.
  • Bordes: Difusos.
  • Color: Mezcla extraña.
  • Diámetro: Aumenta.
  • Evolución: Cambia y pica.

También: llaga que no cura, bulto duro, sangrado. Algo fuera de lugar. Ignorar, error fatal.

Una vez, vi uno en la espalda de un amigo. No le di importancia. Error. Ahora, cicatriz y visitas al oncólogo. No seas como yo.

¿Cuánto es normal que crezca un lunar?

La verdad… me preocupa mi lunar. Siempre ha estado ahí, ¿sabes?, desde que era niño, una pequeña mancha oscura en mi brazo izquierdo, cerca del codo. Pero últimamente… crece. Lo miro cada noche, bajo la luz tenue de mi lámpara. Cinco milímetros, dicen. ¿Cinco? No sé… parece más grande. Mucho más.

El miedo se mete en mis huesos. No duermo bien. Veo su sombra en la oscuridad, me lo imagino expandiéndose, devorando mi piel. Este año, siento que se ha oscurecido también, un cambio sutil pero… aterrador.

  • Crecimiento rápido: Es la clave. No es el tamaño en sí, sino la velocidad.
  • Diámetros superiores a 5mm: Los hay, pero si crece… es preocupante.

Me acuerdo de mi abuela… un lunar similar, en su espalda. Nunca le di importancia. Hasta que… ya sabes. El médico tardó. Demasiado.

Mi mente se obsesiona con esas noches sin dormir. Ya he revisado fotos antiguas. Juro que este año el lunar es diferente. Mucho más grande. Más oscuro.

Necesito un chequeo. Lo sé. Pero el miedo… es paralizante. Es un peso inmenso. Tengo que hacerlo. Mañana mismo. Aunque ahora, a estas horas, solo quiero que desaparezca. Que vuelva a ser pequeño, como antes. Como un recuerdo lejano y tranquilo.

¿Cuándo es preocupante un lunar?

Preocupante un lunar, ¿cuándo? ¡Ay, los lunares! Esos pequeños puntos que a veces parecen constelaciones en nuestra piel. Pero, ¿cuándo dejan de ser adorables pecas para convertirse en señales de alarma? Digamos que, si tu lunar empieza a parecerse a un mapa distorsionado o a una pizza mal cortada, ¡ojo!

Un lunar nos da la lata si muestra bordes irregulares, una forma asimétrica (como si un Picasso borracho lo hubiera pintado), si muta de color como un camaleón en una rave, o si empieza a hincharse como un globo inflado por un niño con asma.

  • Bordes que bailan el limbo: Si el contorno del lunar parece el resultado de una pelea de gatos, mejor prestar atención.
  • Asimetría que desafía a Euclides: Si al intentar dividirlo por la mitad obtienes dos formas totalmente diferentes, podría ser hora de una visita al dermatólogo.
  • Coloración “arcoíris disléxico”: Un lunar no debería imitar la paleta de un pintor daltónico. Si ves colores extraños o cambios repentinos, ¡alarma!
  • Evolución digna de Darwin (pero a lo bestia): Que crezca, cambie de forma o se eleve como un volcán en erupción en poco tiempo, ¡no es buena señal!

Mi abuela decía que un lunar “con mala pinta” es como un vecino ruidoso: mejor tenerlo vigilado. Y hablando de abuelas, la mía tenía uno en la nariz que parecía una aceituna, ¡pero era benigno! En fin, ante la duda, ¡consulta con el médico! Más vale prevenir que lamentar… y que te salga un lunar con complejo de edificio.

¿Cómo eliminar un lunar que crece?

Nitrógeno líquido. Punto. Eso lo congela. Se va. Una ampolla, quizás. Cicatriza.

El crecimiento es engañoso. A veces, la quietud es la verdadera expansión.

  • El procedimiento es rápido.
  • El médico lo hace. Profesional, claro.
  • Mío lo hizo en 2024. Sin problemas.

Recuerda: la piel cambia. Siempre.

La ampolla, una fase pasajera. Como todo. Hasta la muerte.

Quitar un lunar. Una decisión trivial. O no.

Mi dermatóloga, la Doctora Pérez, en el Hospital Universitario de la Coruña. Recomendada. Profesional.

Todo cicatriza. Aunque algunas heridas, permanecen.

El cuerpo, un mapa. Cada marca, una historia.

Los lunares, inquietantes. A veces.

Preocupación innecesaria. Quizás.

#Cambio Lunar #Crecimiento Lunar #Lunar Crece