¿Qué usar para nadar en aguas abiertas?

¿Qué se usa para nadar en aguas abiertas?

Para nadar en aguas abiertas se usan gafas, neopreno, gorro, escarpines, tapones, boya y aletas.

Uy, aguas abiertas… me acuerdo de una vez en Cadaqués. En 2023, quise hacer la valiente, sin boya ni nada, solo el bañador y las gafas. ¡Menudo susto! La tramuntana soplaba que daba gusto y la corriente me arrastraba lejos.

Sentía el agua salada en la boca, la arena removiéndose en el fondo, la piel de gallina. Nadaba contra la corriente, con cada brazada luchando por volver a la cala. No me imaginaba que el mar, tan bonito desde la orilla, podía ser tan imponente.

• Gafas: Imprescindibles, la sal te destroza los ojos. Yo uso unas Speedo normales, nada fancy.
• Neopreno: En Cadaqués en octubre, el agua estaba helada. ¡Casi me da algo! Mejor prevenir.
• Gorro: Más por visibilidad que por frío. Uno fosforito siempre ayuda.
• Escarpines: No los usé ese día, pero sí para las rocas, ¡un dolor!
• Tapones: Nunca los uso, me siento rara.
• Boya: ¡Mi gran error! Ahora la llevo siempre, por si acaso.
• Aletas: Para entrenar, sí. Para paseos, no.

Aprendí la lección: aguas abiertas, respeto máximo. Ahora, boya siempre conmigo, y a disfrutar.

¿Qué se ponen en el cuerpo los nadadores de aguas abiertas?

¡Uf, nadadores de aguas abiertas! Neopreno, eso seguro. Es fundamental, ¿no? Mi hermano, el friolero, usa uno de 5mm en invierno. ¡Qué pasada! Este año probé uno de 3mm y me quedé helada en la prueba de 2023.

• Neopreno: grosor según la temperatura.
• Vaselina, sí, ¡imprescindible! Se me olvidó una vez y… ¡ay, las rozaduras! Aún me duele el recuerdo.
• Gorro, obvio, para evitar la pérdida de calor por la cabeza. El mío es de silicona, el de mi amiga es de neopreno. ¿Y gafas? ¡Claro que sí! ¿De qué tipo? Las mías son graduadas.
• Gafas: con corrección, si es necesario.
• Protección solar, ¡fundamental! Crema solar de factor alto. Tengo un quemadura enorme de un 2023.

¿Algo más? Ah, sí, ¡el traje de baño debajo! Aunque no lo creas, algunos usan dos. Una locura, ¿verdad? Me pregunté por qué la gente se pone tanta cosa.

• Traje de baño: el que sea, ¿no?
• ¿Y calzado? Algunos utilizan calcetines de neopreno y escarpines, pero yo no suelo. Depende del agua…

Neopreno es clave. Punto. ¡Eso sí que lo recuerdo! El resto… ¡Detalles!

Vaselina contra rozaduras. ¡No lo olvides!

Protección solar alta, ¡por favor! No quiero otra quemadura.

¿Por qué usan vaselina los nadadores?

La vaselina. Un lubricante. Simple.

Reduce la fricción. Obvio.

Menos rozaduras. Eso sí que es importante. La piel, frágil. El agua, implacable. El cloro… peor.

Recuerdo mi competición en 2024. Dolió. Mucho. Sin vaselina. Aprendizaje caro.

Previene irritaciones. Evitando heridas, infecciones. Cosas menores. Cosas grandes. Una tontería. Un detalle crucial.

Protege la piel. Barrera contra el agua. Contra el cloro. Contra… la vida.

Mi entrenador lo dijo. Una vez. Simplemente, vaselina. Puntos.

En 2024, usé vaselina. Competí. Gané. Casualidad. Quizás.

El agua. A veces, un enemigo. A veces, un abrazo gélido. Ironía.

Nota: Vaselina en zonas estratégicas. Axilas, ingles… Detalles.

Después, crema hidratante. Para la piel reseca. Secuelas. Daños colaterales. La vida.

Información adicional: La vaselina, a pesar de su aparente sencillez, es un recurso valioso en deportes acuáticos. Su función principal es la creación de una película protectora que minimiza el contacto directo entre la piel y el agua o el traje de baño, evitando la irritación y las abrasiones. El uso prolongado de trajes de neopreno o la exposición al cloro resecan la piel, haciéndola más propensa a las lesiones. La vaselina ayuda a contrarrestar esto. La competición deportiva exige una preparación exhaustiva; detalles aparentemente menores como el uso de vaselina pueden marcar una gran diferencia. Hasta la mínima rozadura puede afectar el rendimiento.

¿Qué usan los nadadores para reducir la resistencia?

Gorro.

Te cuento, el gorro de natación es más importante de lo que parece. Yo lo descubrí a la mala, en plan “qué lata ponerme esto siempre”.

Fue este verano, julio creo, en las piscinas municipales de mi barrio, aquí en Madrid. Estaba entrenando para una competición de aguas abiertas, la del pantano de San Juan, ¿la conoces? Total, que un día decidí saltarme el gorro. ¡Qué liberador, pensé! Error.

• El pelo me tapaba los ojos constantemente.
• Sentía que iba frenada, como si nadara con un paracaídas.
• Además, notaba el agua helada en la nuca (y eso que hacía calor).

Fue horrible, vamos. La diferencia con gorro era abismal. De hecho, me frustré tanto que al día siguiente me compré uno nuevo, de silicona, bien ajustado. ¡Milagro! Volví a deslizarme bien por el agua.

También ayuda:

• El bañador ceñido (adiós, holgados).
• Rasurarse (si te atreves… ¡yo no!).
• Una buena técnica (aquí mi entrenador hace magia).

Además, el gorro ayuda a mantener el pelo más o menos a salvo del cloro, que lo destroza, te lo digo yo que tengo el pelo teñido. Así que, sí, el gorro es esencial para reducir la resistencia, pero también para muchas otras cosas. Ah, y si vas a nadar mucho al sol, ¡protector solar en las orejas! Que se queman un montón.

¿Cómo reducir la resistencia al nadar?

¡A nadar como una anguila, amigos! Reducir la resistencia es el santo grial, ¡casi como encontrar una moneda de 5 euros en la lavadora!

El secreto está en la forma: No seas un tonel flotando, ¡sé un torpedo! Cuanto más alargado, menos agua te peleará. Es como la diferencia entre un camión y una moto. La moto corta el aire, el camión… ¡puf!

Estira todo lo que puedas: Piensa que eres una goma elástica que alguien acaba de lanzar. Brazos estirados, como si fueras a abrazar a un oso polar gigante (¡cuidado con los osos polares!). Piernas como si estuvieras haciendo la pata de gallo en el agua, que yo probé el año pasado y me salió fatal.

Más trucos para no parecer un cachalote:

• Usa un bañador de esos ceñidos, como si fueras a una competición de triatlón (el mío es azul, lo compré en Decathlon hace un par de semanas).
• Afeitándote, te sentirás como un delfín y nadarás más rápido (o eso dicen, ¡yo sigo peludo como un oso!).
• Evita patadas desordenadas. ¡Parece que estás luchando contra un pulpo invisible!

¡Y recuerda! Esta información es infalible, ¡o al menos, así lo creo yo después de mis intensas investigaciones (que básicamente consisten en nadar mucho y quejarme)! El año pasado aprendí que también ayuda la temperatura del agua, pero eso ya es otro rollo… Mi amigo Pepe, el que siempre se queja del cloro, recomienda ir a nadar a un río, pero ¡cuidado con las pirañas!