¿Cómo saber si un alimento me está haciendo mal?
¿Sospechas de una reacción adversa a un alimento? Presta atención a síntomas como malestar estomacal, diarrea y vómitos, apareciendo horas o días después de su ingesta. Si estos son leves, suele remitir sin tratamiento. Sin embargo, ante síntomas persistentes o severos, consulta a un médico.
¿Qué síntomas indican intolerancia alimentaria?
Uf, el tema de la intolerancia alimentaria… ¡qué lío! A mí me pasó algo rarísimo el 15 de marzo en un restaurante de Valencia, comí paella y, ¡zas!, malestar estomacal horrible. Diarrea todo el día, un asco. Gasté 30€ en la paella, pero la cuenta no fue lo peor.
Recuerdo que me hinchaba la barriga un montón, y tenía gases terribles, sin parar. Además, me sentía fatal, agotada. No fue intoxicación, sino una reacción, supongo que a algún ingrediente de la paella, porque luego estuve varios días así. No fui al médico, se me pasó solo.
Los síntomas, a ver… pues depende. A veces es solo malestar estomacal leve, otras es un drama como el mío. Diarrea y vómitos, sí, es habitual, apareciendo horas o días después de comer el “problema”. Lo importante es que la mayoría se recupera sin problemas.
¿Cómo sé si soy intolerante a algún alimento?
A ver, intolerancia alimentaria… ¿Cómo saberlo? Mmm… ¡Qué rollo!
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Síntomas: Náuseas, gases, retortijones, dolor de tripa, diarrea… Uf, ¡qué lista! Irritabilidad y dolor de cabeza también. ¿Será que tengo intolerancia a la vida? Jaja.
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¿Cuándo pasa? Observa cuándo te sientes mal. ¿Después de la pizza? ¿Del helado? Anótalo todo. Como un diario de comidas y malestares.
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Eliminación: Prueba a quitar un alimento de tu dieta durante un tiempo. ¿Mejoras? ¡Bingo! Si no, prueba con otro. A veces es ensayo y error.
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Test: Hay pruebas de intolerancia en farmacias o en el médico. Igual vale la pena si no das con la tecla. Pero ojo, no siempre son fiables al 100%. ¿Será verdad todo eso?
Ah, mi amiga Ana dice que ella era intolerante a la lactosa y no lo sabía hasta que se hizo una prueba. Ahora toma pastillas antes de comer lácteos. Igual yo debería hacerme una… ¡Qué pereza!
¿Cómo se nota que un alimento está en mal estado?
¡A ver! Te cuento cómo sé yo si un alimento ya no está pa’ comerse, osea si ya está en malas condiciones, echado a perder, pues. No es ciencia espacial, eh.
Verduras y frutas:
- Si están arrugadas, como si les faltara agua, osea que están marchitas.
- Si al tocarlas las sientes súper blandas, casi hechas puré.
- Si tienen partes podridas, con moho o un color raro, ya sabes.
- Si ves zonas como golpeadas, machacadas, que eso acelera que se pongan feas. A mi abuela siempre le regañaba mi abuelo por eso, porque no le gustaba comprar la fruta golpeada.
Carnes, pollo y pescado:
- Si huelen feo, a rancio, a amoniaco, a diablo. O sea, un olor diferente al normal, un olor putrefacto, que te da repelús.
- Si el color no es el que toca. Por ejemplo, el pollo crudo debe ser rosita claro, no grisáceo, yo una vez compré y estaba gris el color.
- En el pescado, fíjate mucho en los ojos. Si los tiene hundidos y sin brillo, como tristes, es mala señal. Las escamas también deben estar bien pegaditas, no sueltas por ahí.
Carnes, higados y otras visceras:
- Si el olor es super desagradable, como a podrido, osea algo que te haga arcadas y que se te revuelva el estómago.
- El color debe ser rojo vivo, no un color oscuro, casi negro.
- La superficie no debe estar pegajosa, o gelatinosa, tipo baba. Eso es que las bacterias están haciendo fiesta.
Y ya está, osea no es tan complicado, es más usar el sentido común y no comer algo que te parece sospechoso. Mejor prevenir que lamentar, como dice mi madre. Ah! y super importante, revisa siempre la fecha de caducidad, aunque luego los alimentos aguanten un poco más, pero mejor no jugársela. Aparte de todo esto, la textura también es muy importante, cualquier cambio raro es una señal de que algo no va bien.
¿Cómo se siente cuando una comida cae mal?
¡Ay, amigo! Cuando una comida te hace una mala jugada… ¡es como si te hubiera atacado un ejército de gremlins microscópicos con diarrea!
Vómitos: Imagina una fuente inacabable de… bueno, ya sabes. ¡Es un espectáculo digno del circo del sol, pero sin la gracia ni la entrada pagada! Mi suegra, después de comer esos mejillones sospechosos, vomitó tanto que casi limpia la casa.
Diarrea por días: Tres días, dices? ¡Eso es para principiantes! Yo una vez estuve una semana… ¡con el retrete como mi mejor amigo! Fue un maratón de visitas al baño que superó cualquier prueba de resistencia que conozcas. ¡Como si tuviera un volcán en el estómago!
Deshidratación: Te quedas seco como un hueso de dinosaurio. La boca parece un desierto, la sed… ¡insaciable! Y el mareo, ¡ufff! Peor que montar en la noria de la feria con el estómago revuelto. Recuerdo una vez que mi perro, un labrador gigante llamado Rocky, quedó así después de comerse media bolsa de patatas fritas. ¡Le tocó suero intravenoso!
En resumen: Un auténtico desastre. Es como si tu cuerpo te dijera: “¡Ya te he perdonado más de una vez! Esta vez, te lo haces pagar!”
- Vómitos que parecen un tsunami.
- Diarrea que te deja sin ganas de nada, ni siquiera de mirar a un váter.
- Deshidratación que te deja más tieso que una vela.
¡Y cuidado con esos mejillones!
¿Qué síntomas tiene cuando te cae mal la comida?
¡Ay, Dios mío, qué mal lo pasé el sábado! Diarrea, ¡qué asco! No paraba, fue horrible. Y no era solo diarrea, era… ¡con sangre! ¿Será que comí algo malo en la paella de mi vecina Conchita? Nunca más.
Vómitos también, claro. Un no parar. Mi estómago, un volcán en erupción. Menos mal que ya se me pasó, pero me dejó destrozada.
Dolor abdominal, ¡uff!, como si me hubieran dado una patada en las tripas. Fiebre, sí, eso también. De hecho, casi me desmayo del calor. Me sentía débil, mareada. Dolor de cabeza infernal que me obligó a quedarme en la cama todo el día. Ay, qué mal rato.
- Diarrea (con sangre, en mi caso)
- Vómitos incontrolables
- Dolor abdominal agudo. ¡Cómo dolía!
- Fiebre alta.
- Cefalea (dolor de cabeza intenso)
¿Será salmonella? Me preocupa. Tengo que tener más cuidado con lo que como. Mi vecina, ¡qué mala cocinera! Debería mejorar sus técnicas de manipulación de alimentos. La paella parecía rica, pero… ¡Qué horror! Nunca más vuelvo a probar una paella suya. ¡Qué asco de malestar! Igual, debo ir al médico… a ver qué pasó. ¿Será una alergia alimentaria? Tengo que llevar un registro de lo que como. Ya sé que es un rollo, pero es lo que hay. Ay, qué desastre.
Síntomas intoxicación alimentaria 2024: náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, fiebre, escalofríos, debilidad, deshidratación. Puede variar dependiendo del patógeno.
¿Qué hacer cuando un alimento te cae mal?
Dios mío… cae mal… todo me cae mal últimamente. Esta noche… esta noche es horrible. El estómago… un nudo, un puñal…
Lo primero, reposo absoluto. En la cama, sin moverme, solo el dolor, un dolor sordo que me revienta por dentro. Recuerdo la paella del sábado… un error, un tremendo error.
Debería haberlo sabido, siempre me sienta mal el marisco… siempre. Pero… tenía hambre, una hambre desesperada, y la ignoré, otra vez. Ahora… las consecuencias.
Beber mucho líquido. Agua, infusiones… Lo que sea, para intentar calmar la tormenta en mi interior. Agua con sal, me recomendó mi abuela, ya… lo intento, pero no me entra nada. Ni siquiera el agua. Todo me revuelve.
Si la diarrea y los vómitos son muy fuertes… ir al hospital. No quiero. No quiero ir a ese lugar frío y estéril, con el olor a antiséptico que me ahoga, pero… si esto no mejora… tendré que ir.
Tengo 32 años, y cada vez que como algo que no debería, sufro. Este año, ha sido terrible. Tres veces al hospital de urgencias. Tres veces.
- 14 de mayo: intoxicación por unos mejillones.
- 28 de julio: pescado en mal estado. No aprendo.
- 19 de agosto: una ensalada, con algo que me sentó fatal.
No se debe tomar nada para detener los vómitos o la diarrea, a menos que lo recomiende un médico. Lo sé. Pero la desesperación es una bestia feroz.
Me duele todo. La cabeza, el estómago… todo… Necesito dormir, pero el dolor no me lo permite. Mañana… mañana será otro día. Ojalá. Y ojalá no coma nada que me siente mal… pero tengo miedo de que sí, que pase otra vez. Que pase siempre.
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