¿Qué beneficios tiene tomar agua con sal?

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"El agua con sal ofrece múltiples beneficios: mejora la hidratación, equilibra electrolitos cruciales, ayuda a regular la presión arterial y apoya la función muscular y nerviosa. Contribuye también a la desintoxicación del cuerpo."

  • Hidratación óptima.
  • Equilibrio electrolítico.
  • Regulación de la presión arterial.
  • Apoyo muscular y nervioso.
  • Desintoxicación.

(Consulte a un profesional de la salud antes de realizar cambios en su dieta)

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¿Beneficios de beber agua con sal?

A ver, a ver, ¿agua con sal? Recuerdo cuando mi abuela juraba que era la panacea… ¡qué tiempos! Yo era escéptico, lo admito, pero investigué un poco.

Dicen que ayuda a hidratarte mejor, porque los electrolitos te retienen el agua. Suena lógico, ¿no? ¡Qué se yo! Recuerdo un verano en Cadiz, 2015, sudando como un pollo asado y mi amigo bebiendo esa mezcla rara. Decía que le daba energía.

También hablan de que regula la presión. Ahí ya me pierdo un poco más. Lo que sí sé es que el sodio es importante para los músculos y los nervios.

¿Desintoxicación? Hummm… No sé yo, la verdad. Suena a esas modas raras que se inventan, pero bueno, cada cual con lo suyo.

Preguntas y respuestas breves:

  • Hidratación: Contribuye a una mejor hidratación.
  • Electrolitos: Ayuda al equilibrio electrolítico.
  • Presión arterial: Participa en la regulación de la presión arterial.
  • Función muscular y nerviosa: Apoya estas funciones.
  • Desintoxicación: Se le atribuyen propiedades desintoxicantes.

¿Qué tan bueno es tomar agua con sal?

La noche aprieta… y el estómago también. Pensando en el agua con sal… No es buena idea, lo sé. Ya me ha pasado. Un mal trago, literalmente.

Recuerdo esa vez, en verano de 2024, después de la carrera. Sed infernal… agua con sal… parecía buena idea. Estúpida idea. Dolores horribles, náuseas… Me acosté malísimo.

El exceso de sal es un problema. Descompensa todo. El cuerpo trabaja de más para procesar tanta sal. Es una lucha interna, una batalla silenciosa. Te lo aseguro, lo he sentido.

  • Malestar estomacal agudo.
  • Náuseas intensas.
  • Deshidratación (irónico, ¿no?).

Quizás una pizca, para reponer electrolitos después de un esfuerzo físico extremo… pero, en serio, no abuses. Ya lo aprendí a las malas. Ese sabor salado, esa falsa sensación de alivio… fue un engaño. Un engaño que me dejó con el cuerpo revuelto toda la noche.

Es una sensación asquerosa, no lo recomiendo. La próxima vez, agua sola, aunque me muera de sed. El agua con sal, sólo para el enjuague bucal, o en alguna sopa, pero nunca una jarra entera.

¿Qué pasa si todos los días me tomo un vaso de agua con sal?

¡Ay, amigo! ¡Agua con sal todos los días! Suena a receta de brujo, ¡casi vomito solo de pensarlo! Olvídate de desintoxicaciones mágicas, eso es un cuento de hadas para ingenuos. Tu cuerpo no es una alcantarilla que necesita un desatascador de sal.

En serio, ¿un vaso diario? ¡Eso es como jugar a la ruleta rusa con tu presión arterial! Te puede dar un infarto antes de que puedas decir “¡Ay, qué rica la sal!”. Hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca, infartos… ¡la lista de males es más larga que mi lista de la compra en Navidad! Es como meterle gasolina al motor de un coche, pero gasolina de baja calidad, se jode todo, pero de mala manera.

Imagínate, es como si le dijeras a tu corazón: “¡Anda, chaval, trabaja el doble, que te voy a llenar de sal!” Pobrecito, acabará pidiendo una baja por estrés. Y no te hablo de una baja normal, ¡hablamos de baja definitiva!

El sodio es bueno, sí, pero con moderación. Es como el picante: un poco da sabor, mucho te quema la boca y te deja con la lengua roja como un tomate.

Peligros de tomar agua salada a diario:

  • Riesgo altísimo de hipertensión. Mi tío Pepe lo probó, terminó con la tensión por las nubes y tuvo que comer zanahorias durante un mes.
  • Problemas del corazón: ¡infartos, insuficiencias, etc.! Ni se te ocurra, ¡es como invitar a un oso a tu casa!
  • Retención de líquidos: Te hincharás como un globo. Parecerás un personaje de dibujos animados. Y no de esos graciosos, sino de los que dan pena.

Este año, mi prima Inés, intentó lo mismo (aunque ella lo hacía con limón, ¡más insípida aun!), y terminó en urgencias. Así que ya sabes, ¡olvídate de la sal extra, por favor! Agua pura, ¡y a vivir la vida con salud!

¿Cómo hacer agua con sal para tomar?

Agua con sal. Un cuarto o media cucharadita en un vaso de agua tibia.

Agh, qué asco. Ayer tuve que tomarla. Me dolía la barriga muchísimo, un dolor como… ¡Bufff! No sé ni cómo explicarlo, como si tuviera un gremlin ahí dentro haciendo de las suyas. Me acordé que mi abuela, siempre que tenía un empacho, me daba agua con sal. Ella le añadía limón, pero yo no tenía.

Total, que ahí estaba yo, a las 11 de la noche, revolviendo sal en un vaso de agua. ¡Qué horror! Me daban arcadas solo con el olor. Agua tibia, decía mi abuela. Tibia, tibia, no caliente que si no… ¡bah!

Me la tomé de un tirón, tapándome la nariz. Casi vomito, en serio. El sabor… ¡puaj! A salmuera concentrada. Pensaba que iba a ser peor, pero oye, al rato, mano de santo. El dolor se calmó bastante. Luego me fui a la cama, con la barriga aún un poco revuelta, pero mucho mejor.

  • Sal de mesa normal.
  • Agua tibia (no caliente).
  • Un cuarto o media cucharadita de sal por vaso.

Hoy me he despertado nueva. ¡Bendita agua con sal! Aunque ya no me acuerdo muy bien por qué dolía tanto la barriga ayer, creo que comí demasiada sandía, sí, eso fue. Me pasé con la sandía, uf. ¡Un kilo entero casi! Ya no me extraña que me doliera. Me encanta la sandía fresquita, la compro en el mercado de mi barrio, los miércoles. Ahí la tienen buenísima, dulcísima. El puesto de frutas de la señora Elena. Siempre me da las mejores.

¿Qué pasa si tomo un vaso con agua y sal?

Aquí estoy, otra vez, con la noche como única confidente. Y me pregunto, ¿qué pasa si bebo agua con sal? Algo tan simple, tan… doméstico.

Retención de líquidos, supongo. Mi abuela siempre decía que la sal te hincha. Ella, que vivió tantas cosas, entendía del cuerpo y sus pequeños dramas.

  • Ella siempre miraba mis tobillos cuando llegaba del trabajo, “Tienes los tobillos hinchados mija”.
  • Siempre me recordaba que bebiera agua, mucha agua y que no comiera tanta sal.

Es curioso cómo uno olvida esos consejos básicos.

Y luego está el malestar. Esa sensación indefinible que te acompaña, como una sombra. Un peso extra, no solo en la balanza.

  • Me acuerdo cuando estuve enfermo, me dolía todo el cuerpo.
  • No me podía mover de la cama, me sentía fatal.

Un aumento de peso, claro. Otra forma en que el cuerpo grita que algo no va bien. Los números, siempre juzgando. Y uno se siente atrapado.

  • Intento llevar una vida saludable, pero a veces es complicado.
  • Me da mucha pereza ir al gimnasio, lo admito.

Y al final, ¿qué más da? Un vaso de agua con sal es solo un síntoma. De algo más profundo, algo que no sé si quiero mirar de frente.

¿Qué pasa si pones un vaso con agua y sal?

En la quietud de la noche, la sal me recuerda…

Si bebes agua con sal, tu cuerpo retiene más líquido.

  • Te hinchas. Literalmente, como un globo. Me acuerdo cuando abusaba de la sal después de correr. Mis tobillos parecían globos. Horrible.
  • Aumentas de peso. No es grasa, claro, pero te sientes…pesado. Como si llevaras un saco de arena a cuestas. El peso extra me da pereza, aunque quizás ya la tenía de antes.
  • Malestar. No es un dolor agudo, es…una sensación rara. Como si estuvieras lleno de agua sucia. A veces me pasa cuando como comida precocinada. La sal es traicionera, lo sé.

La sal, como tantos placeres, es mejor con moderación.

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