¿Cuándo tomar agua salada?

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Consumir agua salada con el estómago vacío puede provocar náuseas y vómitos. El exceso de sodio es perjudicial para la salud. Se recomienda consultar a un médico antes de usar agua salada con fines medicinales. Su uso debe ser excepcional y bajo supervisión médica.

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¿Cuándo tomar agua salada y para qué?

Uf, agua con sal en ayunas. A mí me suena fatal, la verdad. Recuerdo una vez, 15 de julio del año pasado, estaba en la playa de Zahara de los Atunes y me entró un rebufo de agua de mar. Casi echo la papilla, qué mal sabor. No lo recomiendo para nada.

Prefiero mil veces un zumo de naranja natural por las mañanas. O un café con leche, depende del día. Pero agua salada… puaj. Me da cosa solo de pensarlo. En fin, cada loco con su tema, supongo.

¿Cuándo tomar agua salada y para qué?

Mejor no tomarla, en mi opinión. Puede causar náuseas y vómitos, sobre todo en ayunas. Hay mejores maneras de hidratarse.

¿Cuándo tomar agua con sal?

Agua con sal, ¿cuándo? Principalmente:

  • Después de entrenar, para reponer sales.
  • Si te dan calambres a menudo.
  • Si estás con diarrea o vómitos.

Pero te cuento, una vez, después de un maratón en Sevilla en febrero, me dio un bajón tremendo. ¡Qué frío hacía por la mañana! Luego el solazo… Terminé deshidratado, fatal.

Me acuerdo que me temblaban las manos, veía borroso, y mi entrenador me obligó a beber agua con sal. No me apetecía nada, asqueroso. Pero mano de santo, oye. Al rato empecé a sentirme mejor, menos mareado.

Ahora siempre llevo sales en las carreras largas. Pequeños sobres que mezclo en el agua. ¡Mucho mejor que la experiencia sevillana!

No es solo para deportistas, ojo. Si estás malo del estómago, por ejemplo, el agua con sal te ayuda a reponer lo que pierdes. Mi abuela siempre me daba cuando era pequeño. Decía que era bueno para todo. ¡Qué recuerdos!

Y hablando de abuelas, la mía siempre decía que un poquito de sal en el agua te espabila. No sé si será verdad, pero a mí, a veces, me funciona. Si me noto muy cansado, me preparo un vaso y noto una pequeña diferencia.

Igual es efecto placebo, pero, ¿y qué? Si me ayuda, bienvenido sea.

¿Cuándo es mejor tomar agua de mar?

Mejor momento: mañana en ayunas. Así se asimilan mejor los minerales. Pienso que el cuerpo, al despertar, está más receptivo, como una página en blanco lista para llenarse de energía marina. Curioso, ¿no? Tomo un vasito pequeño, casi un ritual.

Antes de comer (30 minutos). Prepara el estómago. El agua de mar, incluso diluida, tiene un sabor peculiar… A veces me recuerda a mis veranos en Cádiz, con mi abuela. Ella decía que el mar lo cura todo. ¿Exageración? Quizás. Pero algo de razón tenía.

Después del ejercicio. Repone electrolitos. Aquí la lógica es aplastante: sudamos, perdemos sales, el agua de mar las contiene. Aunque a veces prefiero un buen zumo de naranja, natural, claro. Este año he descubierto que el de naranja sanguina me da un subidón increíble.

Diluir siempre. Fundamental. Agua de mar pura… ¡ni pensarlo! Demasiada sal. Un desequilibrio brutal para el organismo. Es como querer abonar una planta con un puñado de sal. La belleza de la naturaleza reside en el equilibrio.

Isotónica: la clave. Diluir el agua de mar en agua dulce potable hasta alcanzar una concentración similar a la de nuestro cuerpo. Buscando esa armonía interna. Una parte de agua de mar por tres de agua dulce es la proporción que suelo usar.

Beneficios del agua de mar. Rica en minerales como magnesio, potasio, calcio. ¿Sabías que el magnesio es esencial para cientos de procesos en el cuerpo? Desde la función muscular hasta la producción de energía. Impresionante.

Precauciones. Siempre consultar con un profesional de la salud antes de incorporar el agua de mar a tu rutina. Cada cuerpo es un mundo, un universo complejo. Lo que a mí me funciona, a ti tal vez no. Y viceversa. Ese es el misterio, ¿no?

¿Qué beneficios tiene beber agua salada?

Pues mira, yo no soy médico ni nada, pero te cuento mi experiencia. Este verano, en la playa de Bolnuevo, Murcia, me dio una sinusitis de caballo. Fatal. Nariz taponada, dolor de cabeza… horrible. No llevaba spray nasal y me acordé de que una señora mayor, en esa misma playa, hace años, me dijo que me echara agua de mar.

Pensé… Bah, qué asco. Pero la desesperación… Total, que cogí agua con la mano y… pfuagh, qué mal sabor. Ardía. Pero al rato… oye, noté alivio. No te digo que milagroso, pero respiré mejor. Increíble.

Luego, en casa, investigué y sí, el agua salada ayuda con la congestión nasal. No es que cure la sinusitis, pero alivia. Como mucolítico, vamos. También me fijé que una herida que tenía en el pie, de una rozadura con la chancla, curó más rápido esos días de playa.

  • Descongestiona la nariz: A mí me funcionó.
  • Cicatrización: Parece que sí.
  • Magnesio: Eso ya no sé, pero bueno, el mar tiene de todo.

El tema del magnesio y el estrés… Igual sí. En la playa siempre estoy más relajada. Aunque no sé si es por el agua salada o por estar de vacaciones, tumbada al sol. Ja, ja. Yo creo que más bien por lo segundo. Pero vaya, que el agua de mar para la nariz, mano de santo. Eso sí, no te digo que bebas litros, eh. Solo para la nariz, y con cuidado.

¿Por qué no se puede consumir agua salada?

Medianoche. Otra vez. La luz de la luna se cuela por la persiana. No puedo dormir. Pienso en cosas raras, como por qué no podemos beber agua de mar. Recuerdo una vez, este verano, en la playa… la probé. Amarga. Horrible.

  • Deshidratación: Me dio sed después. Mucha sed. Es irónico, ¿no? Rodeados de agua y sin poder beberla.
  • Malestar estomacal: Esa tarde tuve dolor de estómago. No sé si fue por el agua salada, o por los churros que me comí después. Pero me sentí mal. Muy mal.

Es como si el cuerpo te dijera que no. Que eso no es para ti. Que necesitas agua dulce. Como la del grifo de mi cocina. Ahora mismo iría y bebería un vaso entero.

  • Daño a los riñones: Leí algo sobre que podía dañar los riñones. Los míos ya sufren bastante con el café que me tomo. No quiero ni imaginarme.

Recuerdo una vez que mi abuela me contaba que en los barcos antiguos, cuando se quedaban sin agua potable, la gente se volvía loca. Deliraban. Morían. Por la sed. Por la sal. Qué horrible.

  • Problemas neurológicos: Creo que también afectaba al cerebro. Alucinaciones, convulsiones…

No sé por qué pienso en estas cosas a estas horas. Supongo que es la soledad. La oscuridad. El silencio. Me angustia saber que hay tanta agua en el mundo y que no puedo beberla. Es como una burla. Una broma cruel. Y aquí estoy yo, despierta, pensando en el agua salada. Y en mi abuela. Y en los barcos. Y en la sed. Y en la muerte.

Este verano fui a la playa de Bolonia. Sola. Necesitaba pensar. Y allí, mirando el mar, probé el agua. Fue un impulso estúpido. Un acto de rebeldía inútil. Como si quisiera desafiar a la naturaleza. O a mí misma. No lo sé. Solo sé que fue una mala idea.

¿Qué pasa si se toma agua salada?

¡Ay, qué mal rollo con el agua salada! Me acuerdo de una vez en la playa, 2024, que bebí un sorbo… ¡qué asco! Salió corriendo hacia el baño.

Náuseas y vómitos, ¡claro! Eso sí que lo recuerdo, como si fuera ayer. Me sentí fatal. Luego me puse a pensar… ¿por qué? El sodio, ¿verdad?

¿Es que el cuerpo no puede procesar tanta sal? Tengo que investigar más sobre eso… ¡Qué pereza! Mejor me tomo un café.

  • Deshidratación: ¿Será por eso también? A ver, busco en Google…
  • Problemas de riñones: ¡Ufff! Me da miedo pensar en eso.
  • Ardor de estómago: Eso sí que lo sentí, ¡qué quemazón!

Tengo que evitar el agua salada a toda costa. Es una putada. ¡Qué asco me da! Ese sabor… ¡ni de broma! Espero no volver a pasar por eso.

En resumen: beber agua salada causa náuseas, vómitos, ardor y deshidratación. El exceso de sodio es el culpable.

Mi hermana, también tuvo una experiencia parecida el verano pasado, ¡casi se desmaya!

Tengo que recordarme a mí misma, y a ella también, que ¡agua dulce SIEMPRE! Menos mal que hay agua potable cerca de casa. Por cierto, ya son las 3 pm. ¡Qué día!

¿Cuánta agua salada es demasiada para beber?

Aquí está. Es de noche y no puedo dormir. Me pregunto cosas raras, ¿sabes?

  • Demasiada agua salada te mata. Es simple.
  • Ayer pensé en mi abuelo. Él decía: “Todo en exceso es veneno”. Incluso el agua.

Creo que lo máximo, lo que he leído por ahí, son unos 50 ml. al día. Más de medio litro (500 ml) y ya estás jugando con fuego.

¿Para qué querrías beber agua salada? A veces, en medio de la noche, pienso en cosas que no tienen sentido. Como ahora.

  • Me acuerdo de la sal en mis lágrimas cuando me dejó.
  • El mar siempre está ahí, pero no calma la sed. Qué ironía, ¿no?
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