¿Cómo desinflamar después de comer mucha sal?
¿Comiste mucha sal e inflamada?
- Bebe mucha agua para eliminar el exceso de sodio.
- Mantenerte hidratado alivia la inflamación.
- ¡Siéntete mejor rápido!
¿Cómo desinflamar el cuerpo después de comer mucha sal?
Uf, la sal… Recuerdo una vez, el 14 de febrero del año pasado, en un restaurante mexicano en Oaxaca, comí unos tacos al pastor deliciosos, pero ¡qué salados estaban! Me hinche como un globo.
El agua, sí, mucha agua. Eso sí que funciona. Recuerdo que bebí como tres litros ese día, y poco a poco se me fue bajando la hinchazón. Ayudó mucho.
A ver, hidratación es clave. Los riñones trabajan más para eliminar el sodio extra. Eso ayuda bastante a desinflamarte. Es como… si le das a tu cuerpo lo que necesita para limpiar todo ese exceso.
¿Qué hacer en caso de ingerir mucha sal?
Ingerir sal en exceso es como invitar al desierto del Sahara a una fiesta en tu cuerpo. ¡Oh, qué sed! Pero no te asustes, hay solución (más allá de convertirte en camello).
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Hidrátate como si no hubiera un mañana. Agua, agua y más agua. Tus riñones, esos pequeños héroes filtradores, te lo agradecerán eternamente. Piensa en ellos como en el personal de limpieza después de una rave. ¡Ayúdalos con la faena!
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¡A mover el esqueleto, pero sin pasarte! Un ejercicio moderado, como un paseo a paso ligero (imagínate que te persigue un vendedor a comisión), ayuda a sudar. Y con el sudor, adiós al sodio traicionero. Recuerda, no se trata de batir récords olímpicos, sino de sudar la gota gorda… de sal.
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Potasio al rescate. ¿Un plátano? ¡Por supuesto! Pero si no eres fan, echa mano de aguacate, espinacas, o incluso unas buenas lentejas. El potasio es el némesis del sodio, su archienemigo, su “frenemy” favorito.
¿Sabías que… ?
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El sodio es como ese amigo que se cree gracioso pero siempre se pasa de la raya. En su justa medida, es esencial para la vida (regula la presión arterial y el equilibrio de fluidos), pero en exceso… ¡catástrofe!
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En 2024, la OMS recomienda consumir menos de 5 gramos de sal al día. ¡Ojo! Que no es solo la sal que echas al cocinar, sino la que ya viene escondida en muchos alimentos procesados. ¡Ah, la dulce traición de las patatas fritas!
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Yo, personalmente, una vez me pasé con la sal en un guiso. Fue tal el desastre que mis invitados creyeron que era una nueva tendencia de cocina vanguardista. ¡Creatividad forzada por la necesidad!
¿Qué hacer después de comer algo muy salado?
Uf, me acuerdo del cocido madrileño que hice el otro día. Demasiada sal. Fatal. Era para mi madre, que vino a comer. Yo que me quería lucir, ¡Zas! en toda la boca. Me supo malísimo, y a ella… bueno, puso buena cara, pero noté que tragaba con dificultad. Ese sabor a salitre invadiéndome la boca. Horrible. Un desastre total. Me quería morir.
Acabé tirando casi todo. Una pena, porque llevaba horas con el dichoso cocido. Luego, ya con la cabeza más fría, busqué en internet y encontré algunos trucos. Agregué patata, cortada en trozos grandes, a lo que quedaba de cocido. Absorbió bastante sal. También eché un chorrito de vinagre. No sé por qué, pero ayuda. Luego, como ya no quedaba mucho caldo, añadí agua. No quedó perfecto, pero al menos se podía comer. No invité a nadie más ese día, claro.
- Patata: Absorbe la sal. Cortarla grande para poder sacarla luego.
- Vinagre: Neutraliza el sabor salado. Un chorrito, sin pasarse.
- Agua o caldo: Diluye la sal. Si es un guiso.
Mi madre dijo que estaba bueno… pero no me lo creí. Le preparé un sándwich después, por si acaso. Jajaja. Me da rabia, porque el cocido lo hago bastante bien normalmente. No sé qué pasó ese día. A veces los nervios me juegan malas pasadas en la cocina.
Beber mucha agua. Es lo primero que hay que hacer después de comer algo muy salado.
Comer algo dulce o ácido. Ayuda a contrarrestar el sabor salado. Un yogur, una manzana…
Evitar la sal en las siguientes comidas. Obvio. Pero por si acaso.
El otro día, por cierto, comí en un restaurante tailandés. Pedí un Pad Thai. Saladísimo. Insoportable. No me atreví a decir nada. Soy un poco tímido para estas cosas. Bebí muchísima agua, y luego me tomé un helado enorme. Para compensar, supongo. Nunca más vuelvo a ese restaurante. Ojo, que el Pad Thai lo hacen con cacahuetes. Y soy un poco alérgico. Menos mal que no me pasó nada. Doble sufrimiento. Bueno, triple, contando la timidez.
¿Qué hacer cuando se come mucha sal?
Beber agua. Mucha agua. Imagina tus riñones como pequeños filtros de café atascados de sal. Necesitan un buen chorro de agua para desatascarse. ¿Café salado? Puaj.
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Hidratación extrema: Piensa en el Sahara, piensa en tu cuerpo implorando agua, piensa en litros, no en vasos. Yo una vez me comí una bolsa entera de patatas fritas de vinagre y necesité una cisterna. Bueno, casi.
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Movimiento estratégico: No hace falta una maratón, con que muevas el esqueleto un poco, tus riñones te lo agradecerán. Eso sí, si te hinchas como un globo, no te culpes a mí. Yo te avisé del tema cisterna.
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El poder del plátano: Potasio vs Sodio. La eterna batalla. Como Batman vs el Joker, pero en tu organismo. Come un plátano, sé el héroe de tu propia película de superhéroes digestiva.
Mi récord personal de consumo de sal fue en 2023, en un concurso de comer pretzels. No gané, pero aprendí mucho sobre la hidratación y la importancia de tener un buen suministro de plátanos a mano. Ahora siempre llevo uno en el bolsillo. Nunca se sabe.
Y sí, ya sé que parece que me contradigo, pero ¿quién no tiene sus momentos de caos interno? Al fin y al cabo, somos humanos, no robots. Bueno, yo sí soy un robot, pero finjamos que no, ¿vale?
¿Qué consecuencias trae consumir sal?
¡Ay, la sal! Me encanta en la paella, ¡qué rica! Pero… ¿el precio? Hipertensión, eso sí que es un problemón. 30% de los casos, ¡vaya tela! Mi abuelo la tenía, ¡qué sufrimiento! Y el estómago, ¡uff! Cáncer de estómago, ¡qué miedo!
¿Osteoporosis? Mi vecina sufre de eso, ¡pobrecita! Tiene los huesos tan frágiles… Y los riñones, ¡ay, los riñones! Cálculos renales, insuficiencia renal, ¡qué susto! Todo por un puñado de sal.
¡Y la obesidad! Eso sí que es un tema. ¡A mí me pasa! Quiero bajar peso, pero la pizza… ¡es mi perdición! Claro, la pizza tiene mucha sal. Es complicado, ¡lo sé!
Hoy mismo vi un documenal sobre la sal. Decían que… ah, sí, que la sal refinada es la peor. Mejor la sal marina, ¿no? Pero… ¿cuál compro? ¡Necesito comprarme una sal buena!
- Hipertensión
- Cáncer de estómago
- Osteoporosis
- Cálculos renales
- Insuficiencia renal
- Obesidad
¡Joder, qué lista más larga! Casi me da un infarto solo de leerla. Tengo que cuidarme, ¡es verdad! Ayer comí demasiadas patatas fritas…
El exceso de sal es un peligro ¡Hay que controlarse! Aunque… un poquito de sal en la comida… ¡qué rica está! ¿Qué hago? ¡Es una lucha diaria! Necesito una solución. Quizás… ¿debería consultar a un nutricionista?
Mi abuela, que en paz descanse, siempre decía que “menos sal, más vida”. Tenía razón, la muy sabia.
¿Qué tomar después de comer salado?
A ver, despues de atracarte a cosas saladas, ¿qué tomar? Facilísimo, un plátano.
- ¿Por qué? Porque el plátano está lleno de potasio, y el potasio es como el superhéroe que lucha contra el sodio, osea, la sal.
Pero, espera, que no solo el plátano te salva. Tambien valen:
- Alubias blancas: Sí, esas que te hacen echarte unas buenas siestas.
- Verduras de hoja verde: Espinacas, lechuga… ¡a tope con lo verde!
- Patatas: Cocidas o al vapor, que fritas ya sumas más sal.
Y es que, oye, estos alimentos ricos en potasio suelen tener poquita sal, ¡así que matas dos pájaros de un tiro! Aunque, si te pasaste mucho con la sal, igual necesitas beber mucha agua, eh. Yo una vez me comí un bote entero de aceitunas y luego parecía un globo, jajaja. Tuve que beber litros y litros. Y si te sigue sentando mal, pues nada, al médico! Que te miren la tensión, por si acaso.