¿Cómo reducir el sodio en el agua?
Para reducir el sodio en el agua, los métodos principales son:
- Ósmosis inversa: Purifica el agua separando las sales.
- Desalinización térmica/Destilación: Elimina sales mediante calor y condensación.
- Congelación/Evaporación relámpago: Técnicas menos comunes pero efectivas.
- Electrodiálisis: Utiliza electricidad para separar iones.
¿Cómo disminuir el sodio en el agua potable?
Uf, reducir el sodio en agua potable… ¡Qué lío! No es como quitarle la sal a la sopa, ¿sabes? En mi casa, en Valencia, el 15 de julio, probamos un filtro de agua nuevo, costó unos 60 euros, y noté una ligera diferencia, pero no fue una gran revolución.
Con lo del sodio en el agua… creo que la única forma efectiva de bajarlo es con métodos de desalinización como la ósmosis inversa. Es lo que he leído, aunque, la verdad, no soy experta. Vi un documental sobre una planta en Almería que lo usaba.
Destilación también he escuchado que funciona, pero es carísimo y consume muchísima energía. Algo poco práctico para el uso doméstico, ¿no? La congelación es interesante, pero también bastante complejo para hacerlo en casa.
En resumen: ósmosis inversa es la opción más viable, aunque costosa. Las demás… para grandes instalaciones, parece. A nivel casero, un filtro de buena calidad, igual ayuda un poco.
¿Qué pasa si el agua tiene mucho sodio?
Medianoche. Otra vez despierto. Pensando. El agua… el sodio… qué tontería darle vueltas a estas horas.
Demasiado sodio… me recuerda a la sal en la herida. A la comida insípida del hospital hace dos años, cuando mi madre… Mejor no pensar en eso.
El agua con mucho sodio… no es agua, ¿verdad? Es como… una mentira. Como cuando te dicen que todo va a estar bien y sabes que no es cierto.
- Deshidratación: Irónico. Agua que deshidrata. El cuerpo intenta equilibrar el exceso de sodio, robándole agua a las células.
- Presión arterial: Sube. Como la angustia en el pecho cuando… Bueno, ya.
- Retención de líquidos: Hinchazón. Como mis ojos, algunas mañanas.
- Problemas renales: A la larga. Como todo lo malo, supongo.
Cinco miligramos de sodio por cada cien gramos de agua… eso dice la etiqueta. Pero ¿y si es más? ¿Y si nos mienten? Como me mintieron a mí…
Este año, he empezado a comprar agua embotellada de una marca específica. “Manantial de la Sierra”, se llama. Una tontería, seguro. Pero me hace sentir… no sé. Un poco mejor. Como si controlara algo.
5 mg de sodio por 100 gramos es poco. No es preocupante. Es lo normal en la mayoría de las aguas. Pero sigo pensando en ello. En el sodio, en el agua, en las mentiras… En la sal en la herida.
¿Cómo separar la sal del agua?
La sal, prisionera en el abrazo acuoso… cómo liberarla. Evaporación. Esa es la palabra, como un susurro del viento en las salinas de Añana. El calor, lento, paciente, un sol artificial que imita al de agosto. El agua se alza en volutas invisibles, un adiós silencioso.
- Evaporación: El agua se va, la sal se queda, una promesa cumplida.
- Calor: Suave, constante, un mimo que deshace el nudo.
- Sal: Cristalina, pura, rescatada de su cautiverio líquido.
Recuerdo las tardes de mi infancia, el olor a salitre en el aire, la piel pegajosa después de un día en la playa de la Barceloneta. El agua se evaporaba sola, dejando rastros blancos en la arena. Siempre me pregunté a dónde iba el agua. Ahora lo sé. Se escapa, asciende, se transforma.
No como ahora, que me toca a mí provocar esa separación. Es distinto.
Y luego está la sal, que antes era invisible, disuelta. Que ahora se amontona al final como una memoria dura.
¿Qué provoca el exceso de sodio en el cuerpo humano?
A medianoche… la sal. Siempre la sal.
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La sal, esa traicionera. El exceso, claro. Quién diría que algo tan necesario puede ser tan dañino. Hipertensión, el corazón que se rinde…
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Y los riñones, pobrecitos, filtrando sin parar hasta que ya no pueden más. Insuficiencia renal, suena tan definitivo. Como el final de algo.
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¿Y el cáncer de estómago? No entiendo cómo algo que sabe tan bien puede hacer tanto daño. Es como… como esa persona que te rompe el corazón pero sigues queriendo.
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El accidente cerebrovascular… mi abuelo. Lo vi apagarse poco a poco. La sal le robó la vida, o al menos, parte de ella.
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Hoy en el mercado he visto una sal rosa del Himalaya que parecía inofensiva. ¡Qué ironía!
¿Qué provoca el exceso de sodio? Exceder el consumo de sal en la dieta diaria, es un factor de riesgo para desarrollar hipertensión arterial, problemas en el corazón como insuficiencia cardiaca e infartos, accidente cerebrovascular (hemorragia), daño en riñones que lleva a insuficiencia renal e incluso la posibilidad de presentar cáncer gástrico.
¿Qué le pasa al cuerpo si tiene mucho sodio?
¡Ay, qué sed! Sodio, sodio… ¿Mucho sodio? ¡Uf! Me acuerdo que el médico me dijo que tenía que controlar eso, problema de riñones, ¿no? El año pasado fue una locura.
Problemas de corazón, eso sí lo recuerdo. Mi abuela, siempre con la tensión alta… demasiada sal, seguro. ¿Y los riñones? ¡Ah, sí! Eso de la retención de líquidos, horrible. Hinchazón de pies y tobillos, ¡qué pesadilla! Tengo que mirar las etiquetas, es fundamental.
- Quesos, ¡me encantan! Pero…
- Carnes frías… chorizo, jamón… ¡qué rico! Pero no todos los días.
- Repostería… ¡ay, las tartas! Tendré que buscar recetas menos saladas.
- Comida rápida, ¡ni se me ocurre! Aunque a veces… ¡qué tentación!
Controlar la sal, claro, la sal. Eso es lo más importante, ¿no? Pero ¡es tan difícil! A veces echo de más sin darme cuenta… necesito un salero más pequeño, creo. ¡Lo compraré mañana!
Este año he intentado ser más consciente. He reducido la sal en las comidas, pero a veces me paso. Necesito más fuerza de voluntad. ¡Qué difícil es cambiar los hábitos! Mi cuerpo me lo agradecería, eso seguro.
Hinchazón, presión alta, problemas renales… todo conectado con el exceso de sodio. ¡Hay que cuidarse! Tengo que apuntar todo en mi agenda para no olvidarme. ¡Mañana compro ese salero pequeño! Y, ¡a leer etiquetas con lupa!
- Dieta: Reducir procesados y sal.
- Medicamentos: Revisar con el médico si hace falta.
- Ejercicio: Más movimiento, ¡siempre ayuda!
El doctor me dijo que es importante la hidratación… agua, agua y más agua. ¡Pero el agua sola, qué aburrido! Necesito ideas para hacerla más rica. Algo sin azúcar añadido, claro.
¿Qué es el sodio y por qué es dañino?
¡Uy, qué rollo el sodio, eh! Es un mineral, como la sal de mesa, que necesitamos, ¡pero en poca cantidad! Mucha sal, mucho sodio, ¡mal asunto!
El sodio atrae agua como un imán. Se junta con el agua en tu cuerpo, ¿entiendes? Y eso hace que tengas más líquido en la sangre, ¡pum! El corazón se cansa, tiene que trabajar más, ¡como si estuviera corriendo una maratón todo el día!
Eso sube la presión arterial, ¡claro! Más presión, más riesgo de infartos, derrames… cosas feas, ¿sabes? Mi tía tuvo problemas con eso, le diagnosticaron hipertensión por culpa de la sal, ¡madre mía! A ella le encanta el jamón serrano, ¡se lo come a kilos!
Presión alta, problemas en los riñones también. El sodio es un puñetero, fastidia a todo el mundo. La verdad es que hay que controlarlo. Yo, por ejemplo, he quitado la sal de la mesa, casi no uso sal. Ahora uso especias, ¡mucho mejor!
- Problemas cardíacos.
- Derrames cerebrales.
- Enfermedades renales.
Es un peligro, eh. Lo ves en las etiquetas, el sodio, lo tienes que mirar. Ese sodio que te dije, amigo mío, ¡cuidado con él! Si tienes dudas, habla con tu doctor, ese sí que sabe. Él me recomendó menos sal y más deporte. Este año me he propuesto seguir su consejo y he bajado 5 kilos. ¡Estoy genial!
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