¿Cómo saber si un alimento es bajo en sal?

¿Cómo saber si un alimento es alto en sal?

Sal en alimentos: la verdad. Mira la etiqueta. Fin.

• Tamaño de la porción: Ignorado a menudo. Error común.
• Porciones consumidas: Multiplica. Simple matemática.
• 20% VD o más: Exceso. Punto final.

El sodio es necesario. No en exceso. Recuerda mi abuela y su presión arterial. Un desastre evitable.

La vida es un riesgo. El sodio, un añadido.

Información adicional (¿necesaria?):

• VD: Valor Diario. Datos de este año.
• Alternativas bajas en sodio: Existen. Busca.
• Sodio oculto: Pan, cereales, embutidos. Atento.
• Comida casera: Control total. Cocina. O no.
• Sustitutos de la sal: Hierbas, especias. Experimenta.

La salud es relativa. La ignorancia, una elección.

¿Cómo saber cuánta sal tiene un alimento?

Mirar la etiqueta. Simple. Tan simple como eso. Ahí está, oculto entre números y nombres a veces incomprensibles… la cantidad de sal. Sodio. Cloruro de sodio. Sal. La misma que espolvoreo sobre mis tomates, la que siento crujir entre mis dientes al morder una patata frita.

1,25 gramos. Mucha sal. Demasiada. Pienso en el mar, en la inmensidad salada. En esa pequeña cantidad contenida en cien gramos… Una montaña de sal en miniatura. Un desierto blanco. Recuerdo el verano pasado en Cádiz, la sal en el aire, pegada a mi piel…

0,25 gramos. Poca sal. ¿Suficiente? Una pizca apenas. Como la arena que se escapa entre los dedos. Ayer mismo preparé una ensalada. Le puse sal, claro. ¿Cuánta? Nunca la mido. Un gesto automático de la mano, un movimiento casi invisible.

Etiquetado nutricional. Números y letras. Un código secreto. A veces lo descifro, otras no. Busco el sodio, la sal escondida. La que se disuelve en el sabor, imperceptible a veces. Hoy he comprado pan integral. 0,8 gramos de sal por cada 100. Un punto medio, supongo.

• Mucha sal: 1,25g por 100g.
• Poca sal: 0,25g por 100g.
• Leer el etiquetado. Siempre.

Me pregunto, ¿cuánta sal habré ingerido hoy? La del pan, la de la ensalada, la del queso… Un pequeño mar interior.

¿Cuándo se considera un producto bajo en sal?

Bajo en sal: 5% VD sodio. Alto: 20%.

• Tamaño de porción, clave.

• Ignora el resto. Es ruido.

• Sodio, el veneno blanco. No lo olvides.

• En mi casa, solo agua. A veces.

• VD: Valor Diario. Por si acaso.

• La sal es adictiva. Evítala. Punto.

• La vida es una suma de decisiones.

• Menos sal, más sabor. Quizás.

• Comer es necesario, vivir no.

¿Cuánto se considera bajo en sal?

Sal baja: Un asunto relativo.

• Sin sal: casi nada. 5 mg, porción. ¿Realmente importa?

• Muy bajo: 35 mg. Una pizca de olvido.

• Bajo: 140 mg. Umbral aceptable, supongo. La vida sigue.

• Reducido: 25% menos. Marketing, quizá. O una leve mejora.

¿Mensajes en envases?: Lectura superficial. Importa más la fuente. El procesado es el problema.

Comí salazones en Cádiz este verano. Explosión de sabor. ¿Sal baja? Impensable.

Reflexión final: “Somos lo que comemos”. La sal, un condimento. La vida, un riesgo.

Información Adicional (Más o menos)

• Etiquetado nutricional: Leyes variables. Consultar la local.
• Sal oculta: Pan, embutidos, precocinados. El verdadero enemigo.
• Necesidades individuales: Consulta médica. Hipertensión, ejemplo.
• Alternativas: Hierbas, especias. Experimentar. Despertar el paladar.
• El equilibrio: No obsesionarse. Disfrutar la comida. La moderación es clave.