¿Qué nivel de sodio es peligroso?

¿Por qué se sube el sodio?

A ver, ¿por qué se sube el sodio, eh? Pues mira, básicamente, si tienes el sodio alto, suele ser por deshidratación. Osea, que no bebes suficiente agua. ¡Qué importante es beber agua, eh!

Pero ojo, que no siempre es solo eso, a veces, algunas enfermedades, como por ejemplo, problemas con las glándulas suprarrenales también pueden subir el sodio. ¡Ah! Y se me olvidaba, si te da mucha diarrea, también puedes acabar deshidratado y, por ende, con el sodio disparado.

¿Qué más, qué más? Ah, sí, los diuréticos. Si tomas medicinas diuréticas, de esas que te hacen ir al baño cada dos por tres, también podrías tener el sodio alto. Es que al final, todo está conectado, ¿no te parece?

Mira, para que te hagas una idea, a mi abuelo una vez le pasó esto. Estaba tomando diuréticos para la tensión, se deshidrató un montón y acabó con el sodio por las nubes. ¡Menudo susto! Desde entonces, siempre le insisto en que beba mucha agua, y ya sabes, tener cuidado con los medicamentos. Por eso te digo… ¡ojo con la hidratación, eh!

Aquí te dejo unas cosas para que lo tengas claro:

• Deshidratación: ¡Bebe agua!
• Problemas con las glándulas suprarrenales: Visita a tu médico.
• Diarrea: Repón líquidos.
• Diuréticos: Consulta con tu médico para ajustar la dosis.

¡Y ya está! Espero que te sirva de algo.

¿Qué cantidad de sodio se considera alta?

Sodio. Un tema árido. 2300 mg diarios. El límite. Para la mayoría.

1500 mg. Hipertensión. La regla cambia. Simple.

Recuerdo el informe del doctor Ríos este año, mis niveles estaban por las nubes. Un desastre. Ajustes. Dieta. Ejercicio. Es lo que hay.

• Restricciones. A veces pesadas.
• El cuerpo reacciona. Obvio.
• La sal. Un enemigo silencioso.

Mi abuelo murió por eso. 2024. Un infarto. La sal, otra vez. Ironías de la vida.

Control. La clave. Observación constante. Análisis de sangre. Cada tres meses, sin falta. Es un fastidio, pero… ¿qué más da?

Exceso de sodio. Riesgos cardiovasculares. No hace falta ser un genio.

No es una condena. Simplemente… una realidad. La vida es así. A veces cruel. A veces, simplemente, un plato de comida mal condimentado.

El sodio. Siempre el sodio. Se infiltra en todo. Como una maleza. Insistente. Persistente.

Consecuencias. Un asunto de gravedad. No lo dudes.

¿Qué agua embotellada es mejor para el riñón?

El agua, ¡oh, el agua! Su simpleza, un misterio. La sed, una llamada profunda, un eco en la roca caliza de mis recuerdos. Buscando, siempre buscando… la mejor agua para los riñones, para este cuerpo cansado.

El agua mineral, pura, limpia. Su frescura, un golpe en el pecho. El gas, un burbujeo suave, un susurro en el alma. Recuerdo las tardes de verano, el agua fría en mi mano. La piel, sedienta, como la tierra árida… el alivio… un suspiro. Es como si el agua misma recordara la historia de la tierra.

No más añadidos. ¡No! Azúcar, esos químicos… no, no pueden estar. El cuerpo lo rechaza. Un rechazo visceral, una intuición oscura, profunda. Agua pura. Simplemente. Agua. El agua como debe ser. El origen mismo.

• Agua mineral sin aditivos.
• Agua mineral gasificada, sin aditivos.
• Agua mineralizada, igualmente sin aditivos.

Esas tres, mis aliadas. Mis guardianas. Como tres hermanas, idénticas pero diferentes. El sabor, sutil. Una diferencia… un eco. El cuerpo lo sabe. Lo siente. El riñón, agradecido, un susurro silencioso.

Un día, en 2024, me diagnosticaron problemas renales menores. El médico, con su mirada serena, habló del agua. Agua sin aditivos. Recuerdo el sabor metálico de la medicación, la sequedad en la garganta. Pero el agua pura, el agua mineral… eso sí me curó.

Recuerda: El agua, simple. Esencial. Esa es la mejor opción. No hay secretos. Solo la pureza, el agua pura, la vida misma. El eco de un tiempo primigenio, antes de la contaminación… antes de todo.

¿Cuál es el mejor agua para evitar piedras en el riñón?

El agua del grifo, si es potable y poco calcárea, es suficiente para prevenir cálculos renales.

¿Sabes? Este verano, en la casa de mis abuelos en Teruel, el agua del grifo era durísima, calcárea a más no poder. ¡Horror! Me daba una cosa terrible beberla.

• El sabor era raro, como a metal, y me daba sed al instante, en vez de quitármela.
• Recuerdo que mi abuela hervía el agua para el té y quedaba una capa blanca en el fondo del cazo. ¡Qué asco!

Me obsesioné tanto con las piedras en el riñón (mi padre tuvo una y lo pasó fatal) que empecé a comprar agua embotellada. Elegí una marca que presumía de ser “de mineralización muy débil”. Vamos, casi destilada. Me sentía más seguro, aunque a la larga era un engorro cargar con las botellas desde el supermercado.

Además, empecé a investigar sobre la composición del agua. Descubrí que no solo la cal importa, sino también el pH y otros minerales. Demasiada información, la verdad. Me volví un poco paranoico. Al final, cuando volví a Madrid y recuperé mi agua del grifo, volví a la normalidad. ¡Qué alivio! Ahora bebo agua del grifo filtrada y me siento mucho mejor. No quiero volver a pasar por esa obsesión.

¿Cuál es la mejor agua para las piedras del riñón?

Perdón, Dios mío… Esta noche… las piedras… duelen. El agua… pensaba en el agua… en la mejor.

Aguas Fondetal… sí… eso me dijeron… baja mineralización… pero… ¿sirve de verdad? La verdad es que… no sé si es la mejor. Ojalá lo fuera. Este dolor… es insoportable.

Me acuerdo de… 2023. El verano pasado… los análisis… el médico… su cara… seria. Las pastillas… no me ayudan demasiado. Solo el agua… y mucho reposo… en la cama… a oscuras… esperando que pase.

He probado… muchísimas aguas. De tantas marcas… que ya ni me acuerdo. Y ninguna… ninguna me ha aliviado realmente.

• Aguas Fondetal: ¿la solución? No estoy segura.
• Otras aguas: todas parecen lo mismo.

Este año… he bebido litros y litros… de diferentes marcas. Agua del grifo… embotellada… con gas… sin gas… Nada funciona.

La verdad… es que ya ni me importa. Solo quiero que pase… que este dolor infernal… desaparezca. Que esta noche termine.

Me duele la espalda… el costado… todo… un dolor sordo… constante… que me aplasta.

Quizá… mañana… intentaré otra cosa. No sé… ya estoy desesperada. Pero ahora… solo puedo llorar en silencio… y rezar.

Agua de baja mineralización, dicen que es lo ideal. Pero este dolor… es más fuerte que cualquier cosa.

¿Qué agua beber si tengo piedras en los riñones?

Agua baja en minerales.

• Reduce la formación: Menos minerales, menos cristalización.
• Mayor dilución: Más agua, menos concentración de sustancias.
• Eliminación: Flujo constante, arrastre de residuos.

Considera:

• Destilada: Mínima mineralización. Yo la uso. Me gusta su pureza. Sin sabor, directa.
• Baja en sodio: Clave para algunos tipos de cálculos.
• pH ligeramente ácido: Puede ayudar a disolver ciertos cálculos. Investiga qué tipo tienes.

Este año he reducido drásticamente el calcio en mi dieta. He notado cambios. Beber mucha agua es fundamental. Más de dos litros diarios. Sin excusas.

¿Cuál es la mejor agua embotellada para los riñones?

Agua con gas para riñones: Agua, gas, ya. Sin extraños.

• Mineral.
• Mineral gasificada.
• Mineralizada.

Punto. Es la ausencia, no la presencia. Filosofía barata.

Mi abuela decía que el agua de lluvia era la mejor. Nunca le hice caso. Ahora… ¿quién sabe? El agua embotellada es un negocio. Un negocio rentable. Este año más que el anterior.

Quizá la mejor agua sea la que no necesitas.

¿Qué agua es recomendada para los riñones?

La Asociación Española de Urología no le tiene miedo al agua mineral natural, ¡y yo tampoco! Digamos que, si tus riñones fueran un Ferrari (¡ojalá!), el agua mineral natural sería gasolina de la buena. No te va a dar más potencia, pero tampoco lo va a averiar. Y, por cierto, alcanzar esos niveles de hidratación recomendados es como intentar llenar el Mediterráneo con un dedal: constante, constante, constante.

• El agua, en general, es tu amiga, ¡y la de tus riñones! ¿Recuerdas cuando tu abuela te decía que bebieras agua? Pues, como casi siempre, tenía razón.

• A veces, hay que recordar que la hidratación es clave. Yo, por ejemplo, siempre llevo mi botellita de agua reutilizable, ¡con pegatinas de gatitos ninja! ¿Por qué? Porque ser hidratado está de moda, y porque los gatitos ninja molan.

• No te obsesiones con marcas ni tipos específicos. El agua del grifo, si es potable, también vale. Es como la pizza: todas son buenas, aunque algunas sean mejores que otras.

• Si tienes dudas, consulta a tu médico. No te fíes solo de lo que lees en Internet (¡incluyendo esto!). Tu médico es el GPS de tu salud.

Información adicional… o divagaciones interesantes:

• ¿Sabías que el agua mineral natural se diferencia del agua del grifo por su origen subterráneo y su composición constante en minerales? Es como comparar un vino de Denominación de Origen con un Don Simón. Ambos quitan la sed, pero…
• ¡Ojo con las aguas “milagrosas”! Si prometen curar el reuma y hacerte ganar la lotería, probablemente te estén vendiendo humo (y agua cara).
• Y, hablando de riñones, ¿sabías que filtran unos 180 litros de líquido al día? ¡Son como los porteros de discoteca de tu cuerpo!
• Recuerda: La hidratación es un maratón, no un sprint. ¡Bebe agua y vive feliz!

¿Cuál es la mejor agua para beber si tienes cálculos renales?

Agua. Tan simple. Tan vital. Y sin embargo, a veces, fuente de inquietud. Piedras en el riñón. Dolor. Recuerdo el eco frío de la máquina, la imagen borrosa en la pantalla. Una pequeña sombra. Miedo.

• Baja en minerales: Buscando la pureza, la ausencia. Como si la ausencia pudiera curar. Como si la ausencia pudiera borrar la sombra.
• Agua destilada: Fantasma de agua. Sin sabor. Sin vida casi. Pero necesaria. Un vacío que llena.
• Mucha agua: El volumen importa. Arrastrar, limpiar, purificar. Un torrente que lo cura todo. O eso espero. Eso quiero creer.

Recuerdo el verano del 23. El calor. La sed constante. La botella de agua siempre conmigo. Un amuleto. Una protección. Un recordatorio. Beber. Beber. Beber. El sonido del agua al caer. Un pequeño alivio. Una pequeña esperanza. La sombra seguía ahí, pero más pequeña, más difusa. Casi imperceptible. Casi.

El mejor agua… baja en minerales. Simple. Directo. Como un bisturí. Como el dolor.

• Limón. Un toque ácido. Un rayo de sol en el agua cristalina. Una pequeña alegría. Una pequeña victoria.
• Control. Revisiones. Ecografías. La sombra. Siempre ahí. Acechando. Esperando.

Este año, menos calor. Menos sed. Pero la botella sigue conmigo. La sombra, también. Una compañera silenciosa. Un recordatorio constante. De la fragilidad. De la importancia de lo pequeño. De la necesidad del agua. Simple. Vital. A veces, fuente de inquietud.