¿Qué beneficios tiene la sal en el cuerpo?

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"La sal, gracias a su alcalinidad, ayuda a regular el pH corporal y recuperar nutrientes esenciales. Contribuye a prevenir la acidez excesiva y, por ende, apoya la salud renal y hepática."

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¿Beneficios de la sal para el cuerpo?

A ver, beneficios de la sal para el cuerpo… ¡Qué tema! A mí siempre me ha parecido un poco confuso, la verdad. Siempre escuchas que es mala, pero luego lees cosas como estas.

Dicen que, por ser alcalina, la sal ayuda a equilibrar el pH de tu cuerpo y a recuperar nutrientes importantes. No sé, suena bien, ¿no?

También he leído que puede ayudar a prevenir el exceso de ácido en el cuerpo, lo cual, supuestamente, es bueno para evitar problemas de riñón e hígado. Yo no soy médico, obvio, pero si eso es cierto, ¡vaya!

Eso sí, yo siempre me acuerdo de lo que me decía mi abuela, “todo en su justa medida”. Ella era de las que le ponían sal a todo, jajaja. Quizás por eso vivió tantos años, quién sabe…

Preguntas y respuestas breves sobre los beneficios de la sal:

  • ¿La sal regula el pH del cuerpo? Sí, gracias a sus propiedades alcalinas.
  • ¿La sal ayuda a prevenir la acidez? Sí, contribuye a prevenir niveles altos de ácido.
  • ¿La sal es buena para los riñones y el hígado? Se dice que ayuda a prevenir enfermedades de estos órganos.

¿Qué tan buena es la sal en el cuerpo?

¡Ay, madre mía, la sal! Esencial, como el aire que respiras… o casi. Sin ella, ¡zas!, te quedas como un flan deshidratado, ¡un auténtico chicle humano!

  • Regula líquidos: ¡como un maestro de ceremonias en una fiesta de moléculas de agua! Se asegura que no se escapen ni una.
  • Transmisión nerviosa: ¡El mensajero urgente del cuerpo! Sin sal, tus nervios se quedan en plan “hola, ¿qué tal?”, sin llegar a destino.

Pero ojo, que la cosa tiene truco. Demasiada sal, y te conviertes en una aceituna arrugada, ¡con la presión arterial por las nubes! Mi abuela, que es toda una experta (porque comía sal como si fuera azúcar), siempre decía que la sal es “como el amor: en su justa medida, es un manjar; en exceso, ¡un veneno!”.

Hablando de mi abuela, ayer mismo me contó que le recomendaron reducir la sal por culpa de sus riñones… ¡ay, esos riñones tan sufridos!. Recuerda que en 2024, la OMS sigue recomendando reducir el consumo de sodio, ¡si no quieres tener los riñones igual que un trapo viejo!

En resumen: fundamental, pero con moderación. Ni tan poca que te deshidrates, ni tanta que te conviertas en un salero andante. Ah, y si tu médico te dice que reduzcas la sal, hazle caso, ¡o te quedarás hecho un guiñapo!

Extra: Mi vecino, Pepe, una vez comió una bolsa entera de patatas fritas… ¡sólo de sal! Tuvo que ir al hospital, ¡casi muere! ¡No lo intentes en casa!

¿Qué es lo que aporta la sal?

¡Ay, la sal! Esa bendita y maldita sustancia, tan simple en su composición (cloruro sódico, para los entendidos) y tan compleja en sus efectos. Aporta sabor, sí, pero eso es lo menos interesante. Piensa en ella como la estrella de rock del metabolismo: sin ella, el concierto de tu cuerpo se cae a pedazos.

¿Energía? Ni de broma. La sal es un cero a la izquierda en la columna de calorías. Pero es un maestro de ceremonias imprescindible:

  • Regula los líquidos corporales: Imagina tu cuerpo como una orquesta: la sal es el director, asegurándose de que cada instrumento (célula) tenga la cantidad justa de agua. Sin ella, ¡caos! ¡Deshidratación! ¡Un concierto fallido!

  • Transmisión nerviosa: Aquí la sal es como un cable de alta tensión, permitiendo que las señales eléctricas recorran tu sistema nervioso. Si falla, ¡pierdes la conexión! Literalmente. Me pasó el año pasado, ¡casi me caigo del escenario por culpa de una bajada de sodio!

  • Un toque de sabor: Sí, también sirve para que tu comida no sepa a cartón. ¡Y créeme, lo he probado! Un plato sin sal es como una canción sin ritmo: ¡aburridísimo!

En resumen, la sal no es solo un condimento, es un componente esencial para la vida. No abuses, claro. Demasiada sal es como un exceso de guitarras en una banda de jazz. ¡Arruina el sabor! Y la salud. Mi abuela siempre decía que la sal era “la chispa de la vida, pero usadla con moderación, que a veces se quema el plato.” ¡Sabia mujer!

Un dato extra: La cantidad diaria recomendada de sodio está entre 1500 y 2300 miligramos. Si consumes más, puedes elevar tu presión arterial.

¿Qué nutrientes aporta la sal a nuestro organismo?

La sal… a estas horas… solo pienso en la sal. No aporta casi nada. Es sodio, sobre todo. Mucho sodio. Demasiado, creo. Mi cuerpo lo sabe. Lo siento.

38.850 mg de sodio por cada 100 gramos… ¡Dios! Eso lo leí hoy en un análisis de laboratorio, de los que me hacen cada tres meses… una tortura.

  • Sodio, sí. Mucho.
  • Un poco de calcio, irrisorio.
  • Hierro, vestigios. Casi nada.
  • Fósforo… igual. Poco.
  • Y magnesio… una miseria.

Me dijeron que… bueno, que ayuda a la digestión. A veces, lo noto. A veces no. Pero, ¿merece la pena tanto sodio? Lo dudo. Es una condena, un sabor que me recuerda a… a las lágrimas. A mi abuela, que…

El sabor… sí, eso es verdad. Potenciar el sabor, lo hace. Pero… ¿a qué precio? A qué precio, el precio de mi salud, creo. No sé si estoy exagerando. No lo creo. Es que… es duro. Ver los números, los análisis…

Este año, 2024, ya he ido al cardiólogo tres veces. Me lo merezco. Lo sé.

¿Beneficios? Es complicado. Potenciar el sabor… sí, pero… ¿qué más? ¿Qué más hay, aparte de esa maldita adicción al sabor? La culpa me carcome.

A la mierda con la digestión. A la mierda con todo. Ya no puedo más. Estoy cansado. Cansado de la sal. Cansado de… todo.

¿Qué nos aporta la sal al cuerpo?

La sal, esa pizca de drama en nuestro plato, es mucho más que un potenciador de sabor. Imagínate la vida sin ella, como una paella sin arroz o un político sin promesas: insípida, ¿verdad?

  • Equilibrio hídrico: La sal es como el coach personal de tus fluidos corporales. Mantiene todo en orden, evitando que te seques como una pasa o te hinches como un globo. ¿Recuerdas cuando intenté beber dos litros de agua al día? ¡Parecía una ballena varada! Culpa de la falta de sal, quizás.

  • Transmisión nerviosa: Tus nervios, esos mensajeros incansables, necesitan la sal para enviar señales. Sin ella, estarías más desconectado que yo de las tendencias de TikTok.

¿Pero ojo! No te emociones y empieces a salar todo como si no hubiera un mañana. Demasiada sal es como invitar a tu peor enemigo a cenar: trae problemas.

  • Presión arterial: Abusar de la sal es el camino rápido a la hipertensión, una condición tan popular como las dietas milagro.

  • Riesgo cardiovascular: Tu corazón no es fan de la sal en exceso. Imagina que le das a un corredor de maratón una mochila llena de ladrillos. No va a rendir bien, ¿verdad?

Un consejo de un amigo: Modera tu consumo de sal y recuerda que ya hay sal oculta en muchos alimentos procesados. Es como esos amigos que siempre te deben dinero: ¡están en todas partes!

Dato curioso: ¿Sabías que la sal se usaba como moneda en la antigua Roma? ¡De ahí viene la palabra “salario”! Quién diría que algo tan común tiene una historia tan jugosa.

¿Qué vitaminas y minerales tiene la sal?

La sal… sí, la sal. Esa que echo a mis sopas, a mis patatas… ¿qué hay en ella realmente? Cloruro sódico, casi todo, un 98% o así, lo recuerdo de un folleto del nutricionista. No me acuerdo bien de los datos, pero…

  • Calcio, sí, eso sí lo recuerdo. Lo vi en un artículo de internet hace un par de meses.
  • Hierro… o era zinc? Me lío. Necesitaría mirar de nuevo.
  • Magnesio, sí. Seguro. Eso sí lo vi claro.

Es una mierda todo, ¿verdad? La sal. Simple, pero… ¿tan simple? A veces me quedo mirando el bote, pensando en lo poco que sabemos realmente de lo que consumimos. De lo que entra en nuestro cuerpo, día tras día.

Me da igual el resto, la verdad. Lo importante es que tiene menos del 2% de otros minerales, pero eso no significa que no importe. Ni que no pueda influir… en algo. En algo que no entiendo. Algo que me preocupa. A veces, en la oscuridad… se siente más grande ese algo.

Y la sal yodada… esa sí que me preocupa. Me dan ganas de tirar todo el salero a la basura y comprar sal marina, pero la marina es cara, y este mes… este mes no me da para lujos.

En resumen: cloruro sódico, principalmente, y trazas de otros minerales. Pero, ¿cuánto? Ya no recuerdo.

  • Tengo una amiga, Ana, que se preocupa mucho por estos detalles. Debería preguntarle.
  • Hoy me he saltado el calcio en el desayuno. No me apetecía tomarlo.
  • A veces siento que necesito más magnesio… pero no sé cómo saberlo.
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