¿Qué beneficios tiene meterse al mar?

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Sumérgete en el mar y revitalízate.

  • Reduce el estrés y la ansiedad.
  • Mejora la calidad del sueño.
  • Promueve la relajación y el bienestar.
  • Un baño de mar: tu dosis natural de serenidad.
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¿Beneficios de bañarse en el mar?

Bucear en el mar, para mí, es como recargar pilas. En serio, recuerdo un día de Julio del año pasado en la playa de Bolonia, Cádiz. El agua estaba fresquita, y después de un baño, me sentí renovada. Como si me hubieran quitado un peso de encima.

El sonido de las olas, la brisa marina… todo contribuye. Me relaja muchísimo. Y sí, he notado que duermo mejor después de un día de playa. No sé si será por el yodo o qué, pero es así. Me despierto como nueva.

Otro punto a favor: el año pasado, en Agosto, fui a Nerja con mi familia. Mi piel, que suele ser bastante seca, mejoró una barbaridad tras unos días de chapuzones. Gasté menos crema hidratante que de costumbre, increíble.

Preguntas y Respuestas:

¿Bañarse en el mar reduce el estrés? Sí.

¿El mar ayuda a dormir mejor? En mi experiencia, sí.

¿El agua de mar tiene beneficios para la piel? Sí, la hidrata.

¿Qué tan bueno es meterse al mar?

Bueno. Es lo que es. El mar. Ahí está.

Contacto. Piel. Arena. Sal. No mucho más.

Circulación. Oxígeno. Detalles. ¿Importa?

Bienestar. Libertad. Palabras. El mar no las necesita.

  • Físico: Sales minerales. Yodo. Magnesio. Absorción dérmica. Irrelevante.
  • Mental: Espacio abierto. Horizonte. Perspectiva. ¿Cambia algo?

El mar. Indiferente. Siempre ahí. Nosotros… pasajeros.

Ayer vi una gaviota muerta en la playa. Plumas grises, manchadas de petróleo. La marea subiendo. ¿Libertad? ¿Bienestar?

Yo prefiero el café solo, sin azúcar. Amargo. Como la vida. Como el mar.

Beneficios. Supongo. Si te sirve de consuelo. El mar seguirá ahí. Con o sin ti.

Este verano he ido a la playa de Bolonia. Mucha gente. Mucho ruido. El mar, igual. Indiferente.

¿Cuánto tiempo hay que bañarse en el mar?

Pues mira, lo del tiempo en el mar… 12-20 minutos. Ya está, eso es lo importante.

Ahora, te cuento más. Yo, el verano pasado en Málaga, buah, me tiraba horas y horas. No salía del agua, vamos. Pero claro, eso era yo, que soy como una sirena, jajaja. Mi madre siempre decía: “¡Sal ya del agua, que te vas a quedar como una pasa!”. Pero bueno, a lo que iba… Leí por ahí, en una revista de esas de la sala de espera del médico, que con 12 minutitos ya absorbes cosas buenas del agua del mar, minerales y eso.

Luego, vi otro artículo… creo que era en internet, buscando info para un trabajo de mi sobrina. Decía que lo ideal son 18-20 minutos. Para que te dé tiempo a absorber bien tooodo. Como si fuera una esponja, ¿sabes? Yo que sé, a mi me parece mucho, la verdad.

  • Doce minutos: Mínimo para absorber minerales.
  • Veinte minutos: Máximo para una absorción completa.

Pero vamos, que yo creo que depende. Depende de ti, de lo que aguantes, del frío que esté el agua… ¡Este año en Cádiz el agua estaba helada! Salí enseguida, jaja. También depende de para qué. Si es para un baño rápido, pues con un ratito vale. Si es para “terapia marina”, pues más tiempo. Una vez fui a un sitio donde te ponían algas y barro y tenías que estar media hora metida hasta el cuello. ¡Una locura! Pero oye, la piel quedó que parecía de bebé.

En fin, que te lo tomes como quieras. Yo es que soy de las que se baña hasta que se me arrugan los dedos, y luego un poquito más. ¡Ah! y no te olvides la crema solar, que este año el sol pega que no veas. Yo me quemé un poquito el hombro el otro día, ¡menuda gracia!

¿Qué pasa si me meto al mar todos los días?

Medianoche. Otra vez. La oscuridad me abraza como el mar… ese mar al que voy todos los días. Me pregunto si está mal, esta… obsesión.

El mar me calma. Siento que me limpia. No solo la piel, sino… algo más adentro. Algo roto.

  • Circulación: Sí, noto cómo me late la sangre más fuerte después de un baño. Como si despertara.
  • Músculos: No nado mucho, la verdad. Solo… floto. Dejo que me lleve.
  • Resistencia: Quizás. No lo sé. Lo que sí sé es que aguanto más la… la vida, después del mar.

Este año he ido casi todos los días. Solo falté cuando enfermé en febrero. Gripe. No podía ni levantarme, mucho menos ir al mar. Fueron tres días horribles. Tres días sin… sin él. Como si me faltara el aire.

Me da miedo. Esta… dependencia. Me siento atada. Como si no pudiera vivir sin esa agua fría, salada, recorriéndome. Pero a la vez… me da vida. No sé. Es… complicado. Como yo.

El mar. Voy todos los días. Nado. Beneficia la circulación y fortalece los músculos.

¿Qué pasa si no me baño después de estar en el mar?

El mar. Su olor… esa sal que se pega a la piel. Una película fina, casi invisible, pero ahí. Persistente. La siento ahora, horas después. Arena entre los dedos, aún. Pequeñas partículas, un eco del día. No ducharse, un pequeño acto de rebeldía. Retener la esencia, ¿para qué lavarla?

El sol, quemando suave. No mucho, lo justo para sentir el calor en la piel. El mar, refrescante. Un abrazo frío, salado. El contraste. Cicatrización, dicen. El mar cura. Siempre lo han dicho. Yo lo creo.

El viento. Jugando con el pelo, secándolo lentamente. Cristales de sal brillando. Como pequeñas estrellas. Un universo diminuto en mi piel. El agua salada, un bálsamo. Una caricia. Una memoria. Mi memoria. Este verano en la playa de Bolonia. Agosto, 2024. El recuerdo del agua fría. De las olas rompiendo.

El mar. Otra vez. Siempre vuelvo al mar. Me quedo con la sal. Con la arena. Con el sol. Impregnados en mí. Parte de mí. No quiero ducharme. No todavía.

  • No ducharse: Retener la sensación del mar.
  • Cicatrización: El agua salada ayuda a curar.
  • Agua salada: Un bálsamo para la piel.
  • Bolonia, Agosto 2024: Mi experiencia personal.

Si no te bañas tras el mar, la sal se queda en tu piel.

¿Por qué hay que bañarse después de ir a la playa?

¡Ay, madre mía, la playa! ¡Qué maravilla, hasta que te acuerdas de la arena! Bañarse después de la playa es más importante que encontrar la cartera perdida de mi abuela. Es como si te hubieras revolcado en un pastel de arena con salsa de salitre y bacterias marinas. ¡Asqueroso!

¿Por qué? Pues porque:

  • Te evitas una fiesta de hongos en los pies. El pie de atleta es solo el principio. Piensa en el “pie de playa” versión apocalíptica. ¡Ni lo quiero imaginar! Me pasó a mí, una vez ¡Qué horror! En 2024 me dio una infección horrible.

  • Adiós, irritaciones. La arena es abrasiva como un disco de lijar para caracoles. Y el agua salada, aunque parezca romántica, es como una tortura medieval para tu piel. Se te seca peor que una aceituna olvidada en el desierto de Gobi.

  • No te conviertas en un imán de bichos. Los mosquitos son unos chismosos. Te olerán a sudor, arena y “playa quemada” desde kilómetros. ¡Y hasta las gaviotas te mirarán mal! Hablando de gaviotas, ¡una vez una me robó mi sándwich!

En resumen: ducharse es básico, elemental, fundamental, imprescindible… ¡como el oxígeno! No lo olvides, o acabarás pareciéndote a un erizo de mar con sombrero de playa. Y eso no es para nada sexy.

Añadido: ¡Y no te olvides del pelo! Ese salitre no se va solo, y créeme, a nadie le gusta tener el pelo como si lo hubiera sumergido en un cubo de agua de mar con sal extra. ¡Eso sí que es un drama!

¿Qué beneficios tiene estar al nivel del mar?

Presión arterial. Baja. Un susurro en las venas. El pulso, un eco lejano, acompasado con el rumor del mar. 2024, un año más sintiendo la calma en el pecho, aquí, a nivel del mar.

Piel. La mía, siempre seca, agrietada como la tierra sedienta en verano… Encuentra alivio. Agua salada, caricia áspera, sanadora. Recuerdo el año pasado, la misma playa, la misma sensación de renacimiento. No es una cura mágica, pero calma. Alivia.

  • Menos estrés: El aire, denso, húmedo, me arrulla. ¿Será el yodo? No lo sé. Pero respiro hondo, y algo se suelta dentro.
  • Mejor sueño: El sonido constante de las olas… Un mantra. Me duermo escuchándolo, me despierto con él. Noches largas, profundas, en este 2024. Distintas a las del bullicio de la ciudad.
  • Más ejercicio: Caminatas por la orilla. Arena en los pies. El sol, tibio, en la piel. Este año he decidido nadar más. El mar, una extensión infinita, una invitación al movimiento.

El mar. Una constante en mi vida. Este año, como todos los anteriores, vuelvo a él. Busco su paz. Su ritmo lento, su inmensidad. Un respiro.

Beneficios del nivel del mar:

  • Presión arterial: Disminuye.
  • Frecuencia cardíaca: Mejora su control.
  • Piel: Alivia irritaciones y afecciones como la dermatitis.
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