¿Qué beneficios y desventajas tiene la sal?

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La sal, esencial para el equilibrio hídrico y la regulación cardiaca en cantidades moderadas, presenta un doble filo: beneficios moderados frente a riesgos de hipertensión y sobrecarga renal con consumo excesivo. Controlar su ingesta es crucial para la salud.

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¿Beneficios y desventajas del consumo de sal?

La sal, ¿buena o mala? Ufff, complicado. Recuerdo una vez, en verano del 2019 en la playa de Benidorm, comí unas tapas riquísimas pero ¡qué sed! Me di cuenta entonces de la importancia del sodio.

En cantidades moderadas, ayuda a regular el ritmo cardiaco, eso sí que lo comprobé leyendo un artículo médico hace tiempo, creo que en mayo de 2022. Pero el exceso… ¡ay, el exceso! Mi abuela, siempre con la tensión alta, sufría mucho. El médico le recomendó una dieta estricta, sin apenas sal.

Tenía razón, claro. Demasiada sal, problemas de riñón, presión alta… Lo he visto con mis propios ojos. Es una cuestión de equilibrio, ni mucho ni poco.

Beneficios: Regula líquidos, ritmo cardíaco (moderadamente).

Desventajas: Hipertensión, problemas renales (exceso).

¿Cómo afecta la sal al cuerpo?

Afecta la tensión. Recuerdo una vez, verano del 22, en Cádiz. Calor horrible. Comí pescaíto frito, tó saladito. Me dio una sed… Bebí agua como un camello. Luego, dolor de cabeza, mareado… Vamos, fatal. Tenía la tensión por las nubes. Mi abuela siempre decía que la sal “subía la sangre”. Tenía razón la jodía.

Retención de líquidos. A mi me pasa que si como mucha sal, se me hinchan los tobillos. Sobre todo en verano. Horrible. Parece que tengo dos morcillas ahí abajo. Me aprietan los zapatos. Tengo que tener cuidado.

  • Sed. Insoportable.
  • Hinchazón. Tobillos, manos…
  • Dolor de cabeza. Palpitante.
  • Mareos. De película.

La sal. En pequeñas dosis, bien. Pero uf… en exceso es un veneno. A mí el médico me ha dicho que ojo. Que la controle. Que la tensión no es ninguna broma. Me recomendó usar especias para dar sabor en vez de tanta sal. Y la verdad… ahora uso mucho limón, pimentón, ajo en polvo, y hasta estoy descubriendo nuevos sabores.

Problemas:

  • Tensión alta
  • Cáncer de estómago
  • Asma
  • Huesos débiles
  • Cálculos renales
  • Problemas de riñón
  • Obesidad

En fin, que la sal, con moderación. Como todo en esta vida.

¿Qué propiedades curativas tiene la sal?

La sal, ese cristalino dictador del sabor, tiene sus truquitos curativos… si la tratas con respeto, claro. Es como ese amigo intenso que te da el mejor consejo, pero también te agota.

  • Hidratación: No es que la sal te hidrate directamente como un oasis en el desierto. Más bien, ayuda a que el agua se quede donde debe, dentro de tus células, como un portero de discoteca.
  • Balance de fluidos: La sal es la pacificadora del cuerpo. Regula los fluidos y mantiene el PH sanguíneo, como un jefe de estado diplomático, evitando conflictos internos.
  • Impulsos nerviosos y relajación muscular: ¿Te imaginas un cableado sin sal? Sería como intentar twittear con una calculadora. La sal ayuda a transmitir esos impulsos y a que tus músculos no se pongan en huelga.

Pero ¡ojo!, la sal es como ese chiste que te hace reír la primera vez, pero aburre si lo repites. Consumirla en exceso es como escuchar reggaeton a las 8 de la mañana.

Curiosidades saladas:

  • Mi abuela juraba que un baño con sal gruesa curaba el mal de ojo. Sospecho que era más por el susto que por la sal en sí.
  • Dicen que la sal del Himalaya tiene 84 minerales. Yo solo sé que es más cara que mis impuestos.
  • Antiguamente, la sal era tan valiosa que se usaba como moneda. ¡Imagínate pagar el alquiler con salero!

¿Qué hace la sal en el cuerpo?

La sal, un arma de doble filo.

En esencia, regula fluidos. Músculos y nervios la necesitan. Pero el exceso… ese es el problema.

  • Hipertensión: La presión se dispara. Riesgo cardiovascular. Punto.
  • Cáncer de estómago: Asociado, no probado. Pero ahí está la sombra.
  • Asma, huesos, riñones… todo se resiente. La sal agrava.
  • Obesidad… La comida procesada, cargada de sal, engorda. Simple.

Un matiz. Yo mismo, con tensión baja, necesito sal extra. Irónico.

Más allá de lo obvio:

La sal oculta sabores. Es un potenciador barato. La industria alimentaria lo sabe. Te hacen adicto.

Cuidado con las sales “gourmet”. A veces, puro marketing. Sal sigue siendo sal. Este año, especialmente.

¿Qué beneficios tiene consumir sal?

¡Ay, la sal! Esa bendita, esa maldita… ¡qué lío! La sal, amigos, es como un equilibrista en una cuerda floja sobre un volcán de ácido úrico. Un poquito, y te ayuda; un montón, y ¡zas! en el hospital.

¿Beneficios? ¡Claro que sí, majete! Aunque no te creas todo lo que te cuentan las abuelas. ¡Qué va!

  • Regula el pH: Es como un pequeño ejército de alcalinos que entran a tu cuerpo a neutralizar a los ácidos rebeldes. Es como si mandaras a tu ejército de hormigas a luchar contra un Godzilla de acidez. ¡Impresionante, ¿no?
  • ¡Adiós, acidez!: Espera que me acuerdo… Ah, sí, ayuda a que no te conviertas en un limón andante, lleno de acidez. Si eres como yo, que como un montón de limones, ¡necesitas sal!
  • Riñones y Hígado felices: Es como si les dieras un masaje a esos órganos tan importantes. Los proteges de esas enfermedades que ni te quiero explicar, pero que son como un terremoto interno, que mejor ni imaginártelos.

Y ahora, un dato random de mi vida: El otro día, mi perra Luna se comió medio paquete de sal… casi me da un patatús. Tuve que llamar al veterinario, el pobre hombre casi se desmaya al escucharlo. ¡Casi me cuesta una fortuna! Eso sí, ahora ella tiene el ph equilibrado a tope, la tipa está imparable, eso sí.

Pero ojo, no te pongas a tragar sal a puñados. El exceso es malo, ¿eh? Como si te comieras un kilo de limones, pero con sal. ¡No lo hagas! Te lo digo por experiencia.

¿Qué pasa si no comemos nada de sal?

Dios mío… la oscuridad de esta noche… me ahoga. Pensar en la sal… en lo que pasa si… si no la comes… me da escalofríos.

Hiponatremia, esa palabra… me suena a sentencia. Como si mi cuerpo se estuviera muriendo despacio. Recuerdo a mi abuela, cómo sufría con esos dolores… espasmos… un horror. Como si cada músculo te gritara… ¡auxilio! Aquel año, 2024, fue terrible. Casi la perdemos.

Y pensar que todo por algo tan simple… la sal… esa que usamos para sazonar… que le da sabor a la vida, pero que puede arrebatártela. Maldita ironía.

La falta de sal… el desequilibrio… esa falta de… algo… me deja vacío. Como un pozo sin fondo.

  • Molestias musculares: Un dolor que te recorre todo el cuerpo… como si te desgarraran por dentro.
  • Calambres: Espasmos… contracciones… te doblan… te quiebran. Me acuerdo de su rostro pálido… los ojos llenos de lágrimas…
  • Desequilibrio de líquidos: ¡Como si todo tu interior se revolviera! Un caos… un torbellino… en mi estómago todavía siento el eco de su sufrimiento.

Ahora sé… lo sé con certeza… la sal es vital. Pero… ¿hasta qué punto? ¿Cuánto es demasiado? ¿Cuánto es poco? Tengo miedo. Miedo de la vida, del vacío…

Esta noche… solo esta noche… estoy aquí. Solo en mi cama… abrazando el miedo. El miedo a… a que se repita… a mi abuela… a… a mi mismo…

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