¿Qué tomar cuando estás intoxicado por comida?

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Reposo, hidratación con caldos o bebidas isotónicas. Evitar alimentos sólidos hasta que las náuseas y vómitos cesen. Si la diarrea es severa, soluciones de rehidratación oral. Controlar la temperatura corporal. Si los síntomas empeoran (fiebre alta, deshidratación severa, dolor abdominal intenso), buscar atención médica inmediata. No automedicarse.
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La intoxicación alimentaria: qué hacer para recuperarse

La intoxicación alimentaria, también conocida como gastroenteritis, es una enfermedad desagradable y a veces preocupante causada por la ingesta de alimentos contaminados con bacterias, virus, parásitos o toxinas. Sus síntomas, que pueden variar en intensidad, suelen incluir náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, fiebre y debilidad general. Si bien la mayoría de los casos se resuelven por sí solos en unos pocos días, es fundamental tomar las medidas adecuadas para aliviar los síntomas y evitar complicaciones, especialmente la deshidratación.

Lo primero que debemos hacer ante la sospecha de una intoxicación alimentaria es priorizar el reposo. El cuerpo necesita energía para combatir la infección, y el descanso facilita este proceso. Evitar actividades físicas extenuantes y procurar mantenerse en un ambiente tranquilo y cómodo contribuirá a una recuperación más rápida.

La hidratación es crucial. La pérdida de líquidos y electrolitos a través de los vómitos y la diarrea puede llevar a la deshidratación, un estado que puede ser peligroso, especialmente en niños y ancianos. Se recomienda beber pequeños sorbos de líquidos claros y fríos con frecuencia. El agua es una excelente opción, pero también se pueden consumir caldos ligeros, infusiones sin cafeína o bebidas isotónicas, que ayudan a reponer los electrolitos perdidos. Evitar las bebidas azucaradas o con cafeína, ya que pueden empeorar la diarrea.

En cuanto a la alimentación, es importante evitar los alimentos sólidos hasta que las náuseas y los vómitos hayan cesado por completo. Introducir alimentos gradualmente, comenzando con opciones blandas y fáciles de digerir, como tostadas, arroz blanco, plátanos o puré de manzana. Evitar alimentos grasos, picantes o lácteos, ya que pueden irritar el sistema digestivo.

Si la diarrea es severa y persistente, se recomienda el uso de soluciones de rehidratación oral, disponibles en farmacias sin receta médica. Estas soluciones contienen la cantidad adecuada de electrolitos y glucosa para reponer las pérdidas y prevenir la deshidratación. Seguir las instrucciones del fabricante para su correcta preparación y administración.

Es fundamental controlar la temperatura corporal regularmente. Una fiebre leve puede ser un síntoma común de la intoxicación alimentaria, pero si la fiebre es alta (superior a 39°C) o persiste por más de 24 horas, se debe buscar atención médica de inmediato.

La mayoría de los casos de intoxicación alimentaria se resuelven sin complicaciones, pero es importante estar atento a la evolución de los síntomas. Si se presenta alguno de los siguientes signos de alarma, se debe acudir al médico sin demora: fiebre alta, deshidratación severa (sed intensa, boca seca, disminución de la orina, mareos), dolor abdominal intenso, sangre en las heces o vómitos, o síntomas que no mejoran después de varios días.

Finalmente, es crucial evitar la automedicación. No tomar antibióticos ni otros medicamentos sin la prescripción de un médico. Los antibióticos no son efectivos contra las infecciones virales, que son una causa común de intoxicación alimentaria, y su uso inapropiado puede contribuir al desarrollo de resistencia bacteriana. Un profesional de la salud podrá evaluar la situación y determinar el tratamiento más adecuado según la causa y la gravedad de la intoxicación.

En resumen, la clave para recuperarse de una intoxicación alimentaria es el reposo, la hidratación, una dieta blanda y la vigilancia de los síntomas. Si la situación no mejora o aparecen signos de alarma, es fundamental buscar atención médica profesional para evitar complicaciones.