¿Qué es lo que se ponen los nadadores de aguas abiertas?
Para aguas abiertas, ¡equipa tu aventura! Gafas de natación de calidad son imprescindibles. Un traje de neopreno, y posiblemente tapones para los oídos, te protegerán del frío y el sol. El equipo adecuado es clave para una experiencia segura y cómoda.
¿Qué ropa usan los nadadores en aguas abiertas para protegerse?
¡A ver, a ver! ¿Qué nos ponemos para nadar a lo loco en aguas abiertas? Uf, esa pregunta me recuerda a mi primer intento en el mar Mediterráneo, ¡qué frío pasé!😅
Lo básico, te diría, son unas buenas gafas para ver bien bajo el agua. ¡Importantísimo! Yo uso unas Speedo que me costaron unos 25€ y me van genial.
Luego, un traje de neopreno es CLAVE. En serio. Te protege del frío, del sol y hasta de posibles roces con algas o medusas. Yo me compré uno en Decathlon por unos 80€ y fue la mejor inversión de mi vida acuática. ¡Sin exagerar!
Y si eres como yo, que soy un poco “delicada” con los oídos, unos tapones nunca están de más. Evitan que te entre agua y te den infecciones. ¡Créeme, te ahorras un buen disgusto! 😉
¿Por qué se ponen grasa para nadar?
Grasa. Una necesidad. El agua, un enemigo.
- Rozaduras. Inevitables. La fricción, implacable.
- Vaselina. Lanolina. Aceites. Mis aliados. 2024.
- La piel, una barrera débil.
El cuerpo, una máquina. Imperfecta. Sus debilidades, evidentes. Ignorarlas, un error.
La protección, primordial. Aplicar en zonas de roce. El pecho. Los hombros. Especialmente crucial en largas distancias. Recuerda mi última travesía en aguas abiertas? Un infierno sin vaselina.
El dolor, un maestro. Enseña a través del sufrimiento. Aprende la lección.
Quemaduras. El recuerdo persiste. Un aviso. No lo ignores.
La prevención, la única victoria. Prepárate. No seas ingenuo.
Mi crema favorita? La de mi abuela. Secreto familiar. No la encontrarás en tiendas.
Apunta:
- No uses nada que te irrite.
- Prueba antes en una zona pequeña.
- Hidratación. Es clave. Después de cada baño.
El cuerpo es templo. O campo de batalla. Elige tu metáfora. Tu elección.
¿Qué cosas se necesitan para nadar?
¡A nadar, que el agua está que arde! Pero espera, ¡necesitas tu arsenal acuático! O sea, ¿te vas a tirar al agua como si fueras un valiente pollo sin plumas? ¡Ni de broma!
Necesitas gafas: ¡Sí, gafas! No para leer el periódico bajo el agua (aunque eso sería épico), sino para que no te entre medio océano en los ojos. Mis favoritas son las que parecen sacadas de una película de ciencia ficción, ¡de lo futuristas que son! Igual de efectivas que unas de abuela, eh.
Traje de neopreno: A menos que seas un pingüino de la Antártida o un oso polar en celo, ¡necesitarás este invento! ¡Es como tener un abrazo de oso marino, pero con más lycra! El mío es azul chillón, ¡un auténtico canto a la alegría y a la flotabilidad!
Gorro: Porque nadie quiere parecerse a un calvo nadando en la piscina. Además, ¡te ayuda a mantener el calor! Que no te engañen, incluso en verano, un gorro es tan necesario como un buen mojito después del entrenamiento.
Escarpines: Para que tus pies no parezcan pasas de uva después de una sesión en la piscina. Además, ¡protegen de los bichos! El año pasado, ¡casi me encuentro con una sanguijuela gigante! No es broma.
Tapones: Por si acaso quieres evitar un concierto de agua en tus oídos. No hay nada más molesto que tener que vaciar tu oreja con un dedo, ¡pareces un personaje de dibujos animados!
Otros extras (opcionales, pero molones):
- Boya: Para que no te pierdas en alta mar, o simplemente para descansar como un rey.
- Bolsa seca: Por si quieres llevarte tu teléfono (a prueba de agua, por supuesto) o un bocadillo de jamón serrano (¡el mío siempre lo llevo!).
- Aletas: Para convertirte en un torpedo humano. O para parecer que estás en un videoclip ochentero. ¡A tu elección!
Este año, he añadido a mi kit un silbato, por si me pierdo en alguna cueva submarina (sí, me pasó en julio). No te rías, ¡casi me traga una anguila! ¡En serio!
¿Qué necesito para nadar en el mar?
A ver… el mar… el mar te llama con su salitre. Me acuerdo de las tardes en Zahara, ese viento loco…
- Bañador, sí, uno que te abrace bien, que no te abandone con las olas.
- Protector solar, ese escudo contra el sol despiadado, factor 50 mínimo, ¡no te confíes!
- Gafas de sol… o de nadar, para ver bajo el agua, el mundo secreto, los peces esquivos.
Y luego… el chaleco, la boya, si te alejas, si te atreves a desafiar la inmensidad. El mar es hermoso, pero traicionero. Yo una vez… casi no vuelvo.
Y agua, mucha agua, la sal reseca, la sed acecha.
¿Sabes? Mi abuela decía que el mar te da, pero también te quita. ¡Qué razón tenía!
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